martes, 27 de septiembre de 2011

Nueva fauna para un bosque en peligro


29 nuevos inquilinos de un bosque cada vez menos salvaje. Reconoce experto que se dificulta la supervivencia de vida silvestre en La Primavera

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO

Las carreteras de cuatro carriles ya han cercado completamente al bosque La Primavera; las fincas y la infraestructura lo invadieron por todos los linderos, los cercos dividen potreros, el ganado deambula por diversos parajes, la fauna exótica se solaza en algún rancho, la erosión y los incendios son parte infaltable en la crónica anual. Pero el entramado de la vida silvestre se mantiene, si bien, necesita una ayudadita.

De hecho, la liberación de 29 ejemplares de animales salvajes de ayer se justificó bajo esa lógica, de evitar el empobrecimiento genético que será más acusado en la medida en que las decisiones de desarrollo urbano y de infraestructura se sigan tomando sin considerar el modo en que funcionan los ecosistemas y sus intercambios. Un lince, mapaches, coatíes (tejones), lechuzas, un búho enano, serpientes, tortugas y hasta tarántulas son 29 nuevos huéspedes.

No hay manera todavía de saber a ciencia cierta su destino, aunque el Linx rufus nativo del sur de Jalisco tiene un “chip” para identificarlo en caso de que sea de nuevo atrapado o muerto, como ha sucedido con parientes suyos en el último año. Otro lince juvenil llegará a comienzos de 2012.

“Se seleccionaron los sitios adecuados, hay un programa en el bosque de reforzamiento de poblaciones, de especies nativas, a través de lo que se llama los oasis, áreas de captación de agua, para sustentar poblaciones en las épocas de seca […] al traer a estos animales aquí, lo que estamos haciendo es reforzar el intercambio genético para mantener sanas las poblaciones a raíz de la segmentación que sufre el bosque, y llamar la atención de la sociedad de la importancia que tiene esta área natural protegida”, dijo el director del Centro de Conservación e Investigación de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Civs-Semarnat), Andrés González Rodríguez.

Consideró esencial “llamar la atención de los responsables de este desarrollo urbano de toda la zona urbana de Guadalajara, sobre que debemos de mantener estos corredores biológicos; es factible, no importa que hayan desarrollos humanos, o la construcción de carreteras, cuando están bien planificadas y cuando se está contemplando la vida silvestre, son solución”.

- ¿En qué consiste el dilema genético para un bosque como La Primavera?

- El problema sería si nosotros aislamos esta parte del bosque, en 20 años el intercambio genético por la endogamia [la reproducción entre parientes muy cercanos] es un problema; las especies se van a seguir reproduciendo, pero decaerán genéticamente […] lo que nosotros hacemos al traer animales de otras áreas, es contribuir a sostener este flujo genético, que debería ser normal si existieran estos corredores…

La liberación de fauna atrajo al sector ambiental federal: el delegado de la Semarnat, Luis Gerardo González Blanquet, y el de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), José Manuel Galindo Jaramillo. Nadie del gobierno estatal, que administra el área protegida. Sólo el director del bosque, José Luis Gámez Valdivia, y el personal de su dirección, además de los entusiastas integrantes del CIVS Guadalajara.

El bosque todavía conserva un hálito salvaje, pero es imposible no ver las líneas de electricidad que parten sus laderas; los caminos que lo erosionan; las fincas viejas y nuevas, y hasta algunas avestruces africanas que pastan en un rancho “blindado” con murallas de piedra y rejas de acero, al ingreso de la comarca. ¿Es posible evitar el escepticismo sobre los buenos propósitos?

domingo, 25 de septiembre de 2011

Del evangelio franciscano a la "buena nueva" priista



El creador del Huicot cuenta cómo la política abortó un plan de desarrollo. Concebido como una operación de desarrollo desde la visión de huicholes, coras y tepehuanos, el echeverrismo lo metió en la camisa de fuerza de su doctrina del progreso, señala Manuel Arreguín, arquitecto del plan que quedó enterrado en la demagogia priista

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. 

Hace 46 años, la Sierra Madre Occidental era más remota y no tenía acceso por caminos. Resultaba indispensable tomar avioneta de Guadalajara o Magdalena para atravesar sus escarpadas soledades y llegar a sus modestos centros poblacionales, indígenas o mestizos: San Andrés Cohamiata, Jesús María, Bolaños, Guadalupe Ocotán, San Sebastián Teponahuaxtlán.

Los asentamientos de colonos, algunos con deslumbrante arquitectura colonial, como Bolaños o La Yesca, estaban en el abandono, ante la debacle de los emporios mineros y la incomunicación propiciada por un territorio áspero, dominado por cañones profundos y mesetas agrestes. En las aldeas indígenas, enclavadas en las partes altas, se encerraban en cuanto llegaba el extraño. “Comenzaban a salir en cuanto veían que no traíamos armas”, señala don Manuel Arreguín González, artífice de operación de desarrollo Huicholes Coras Tepehuanos (Huicot), que elaboró penosamente con su amigo Mónico Rosales Hernández, en los años del presidente Gustavo Díaz Ordaz, para verla enterrar entre la demagogia de la Administración de Luis Echeverría Álvarez.

Los bosques eran amplios y misteriosos. Los animales que hoy se han extinguido, como el lobo y el oso, todavía marcaban los anocheceres, y la magia de las religiones milenarias de los aborígenes permeaba a todo el mundo natural y regía el pulso de las comunidades.

La tarea de Arreguín González y de González Hernández se debió realizar, a partir de las pistas de aterrizaje, a pie, venciendo la desconfianza indígena, mediando las rencillas que ya eran permanentes entre el personal del Instituto Nacional Indigenista (INI) y la orden católica franciscana –que se disputaban cuerpos, cerebros y almas de los naturales-, y sobre todo, en un proceso en que alcanzaron la comprensión de que lo que querían y necesitaban los pueblos indios de la sierra para permanecer no era la versión de progreso que luego se les quiso imponer.

Don Manuel, con más de ochenta años de edad, está retirado, pero mantiene la memoria lúcida de sus trabajos en torno al plan Lerma y cómo eso se convirtió después en la operación Huicot, de la que fue expulsado por los políticos del presidente en cuanto estos tomaron la sierra y decidieron que lo mejor para los indios era su conversión a la “buena nueva” priista.


Caminar la sierra
Todo nace de la Alianza para el Progreso que a comienzos de los años sesenta del siglo XX lanza el presidente John F. Kennedy a sus socios en América Latina, como política de buena vecindad. Se pidió una región para establecer un plan de desarrollo, y se señaló la Lerma- Santiago, altamente poblada, productiva, bien comunicada, pero con espacios de montaña semiaislados, poblados de indígenas tanto al sur, en Michoacán, como al noroeste, en Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Durango.

Plan Lerma fue un programa de inversiones que encabezó el ingeniero Elías González Chávez. Se subdividió la vasta demarcación hasta llegar a “grandes unidades de vida colectiva”, explica Arreguín González. De ahí surge la región Huicot, que son los territorios centenarios de los huicholes o wixáricas, los coras o nayeris, los tepehuanos u o’dam, y donde además, la exploración de Arreguín y Rosales se encuentra con un reducto de 300 nahuas que no se sabe bien a bien cómo llegaron a estas montañas: los mexicaneros.

“Anduvimos en la sierra siete meses; entonces no había la cartografía, ni había gps [geoposicionador geográfico] ni nada de eso; esto fue en 1965, nos ayudamos con unas cartas que tenia el ejército, unos mapas con croquis que ellos tenían para la campaña de erradicación del paludismo, y comenzamos a hacer la geografía; luego, los huicholes nos llegaron a enseñar cartas que ellos tenían de cuando tenían su declaración de propiedad, sus títulos virreinales, para completar los trazos…”.

La comunidad “más conservadora o mas clásica” de las costumbres wixáricas era San Andrés Cohamiata. En contraste, “ya estaba más adoctrinada por los franciscanos Guadalupe Ocotán, que era más chica […] luego, en Mezquitic, el INI era el que operaba y tenia ahí una casa; yo fui a México para hablar con el director de esa época, el famoso antropólogo Alfonso Caso, y él se molestaba por la intromisión de los franciscanos; Mónico y yo debimos limar las fricciones entre ellos”.

- Para el INI, los francisanos alteraban la cultura huichola…

- Sí, para ellos sí; los franciscanos tenían dos misiones con los huicholes, pero en Jesús María, con lo coras, era más grande la influencia, pero de la iglesia católica en general, pues tendían una prelatura. Por otro lado, en la sierra había el grupo de los huicholes mayores [de edad] que no quería saber nada de los franciscanos, ni del INI, querían que de nuevo los dejaran solos; y luego habían los que estaban con el INI y los que estaban con los franciscanos, pero los franciscanos nomás tenían primaria, así que después de la primaria pues que Dios los socorra, pero para poder recibirlos ahí ellos los adoctrinaban en la religión cristiana […] los del INI tenían el problema de bajos recursos, tenía personal muy escaso, un doctor, y andaban errantes de un lado para otro.

Lo que le preocupaba más a los indígenas era la cuestión de la tierra. Todos los expedientes de invasión de posesionarios ganaderos que no se han terminado de resolver en el siglo XXI, ya estaban abiertos.

“En Durango ya lo hacían con los tepehuanos y tenían pleito cazado, incluso hicieron una matazón de tepehuanos los de Zacatecas y Durango, por pelearles los límites; los de Durango querían recorrerlos para que les dejaran lo mejor del bosque; y acá con los huicholes se comenzaban a meter por el parteaguas de la sierra de Bolaños, además del lado de Nayarit…”.

Las carencias en asistencia médica eran críticas. En una ocasión, unos hombres tepehuanos dijeron que ellos querían una campana para su templo, que ya tenían sus médicos, pero “un grupito de mujeres alcanzaron a oír y le dijeron a Mónico, eso no es cierto, sí queremos que vengan aquí médicos”.

- ¿En siete meses generaron una estrategia para ayudar a que la región saliera de la marginación?

- Sí, lo que queríamos promover era el desarrollo, a partir de su visión, de su mundo, entonces con toda esta información más lo que nosotros pudimos conseguir con la observación, ya teníamos la estrategia a seguir: primero un plan de acción inmediata, una serie de acciones concretas y físicas, y simultáneamente estudiar a fondo la región […] dentro del plan de acción inmediata, en el plano horizontal buscábamos reforzar lo que habían estado haciendo en forma aislada los del INI y los franciscanos, porque uno de sus problemas era el conseguir alimentos, y lo que queríamos era enriquecer a esos pequeños asentamientos convirtiéndolos en centros de desarrollo básicos, que tuvieran también un dispensario médico atendido por indígenas preparados como paramédicos, y que pudieran manejar ahí algo de medicamentos, y que eventualmente fuera un pasante de medicina […] y que ahí mismo estuviera la escuela, para que tuviera estos elementos básicos.

Desde esa estrategia focalizada, se comenzarían a atender grandes problemas, como las tierras y el acoso de invasores y talamontes.

- ¿No querían caminos?

- No, decían que era abrirles caminos para que los invadieran y les tumbaran sus bosques, así que esto tenía que ser gradual; importaba más la interconexión entre las comunidades; por ejemplo, en Tuxpan quedaban a veces incomunicados en tiempos de lluvia porque ya no podían cruzar el río, entonces era hacer el vado o el puente…



Con Echeverría topamos
Fue cuando el candidato del PRI, Luis Echeverría, reparó en que existía el Huicot y lo integró a sus proyectos de gobierno. “Pero luego empezó la politiquería, y toda la gente de Echeverria quería participar en la operación Huicot, y comenzaron a venir…”.

Además de integrar los liderazgos al PRI, se pusieron a generar obras que no les pedían. “Por ejemplo, en San Andrés está la casa de gobierno, enfrente la cárcel y el templo, y luego sigue una plaza de tierra; ellos todas sus peregrinaciones a Wiricuta las arrancaban ahí, desde el centro, y tenían que pisar la tierra, pero a un arquitecto se le ocurrió que ahí iba ser una plaza encementada, pero no lo dejaron los huicholes[ …] él me preguntó, por qué no quieren eso; yo le decía: es que usted no conoce su cultura, ni cuales son sus creencias, y ellos necesitan sentir la tierra, necesitan pisarla, y usted quiere encementarla, y así pues nomás no”.

Don Manuel y don Mónico quedaron fuera del Huicot. Alguna vez, en México, les preguntaron sobre un plan de caminos. “Yo les advertí: no hay que comenzar con eso, lo único que van a hacer es abrirle la entrada a todos los talamontes, y así los van a fastidiar, mejor abra caminitos interiores que los comuniquen a sus comunidades, y eso de salir al exterior déjenlo gradualmente…”. Lo mandaron con Porfirio Muñoz Ledo, uno de los miembros más poderosos del gabinete presidencial, quien lo saludó y prometió tomar en cuenta sus planteamientos, pero nada sucedió ya.

- No querían a los franciscanos ahí pero luego los fueron a evangelizar como priistas…

- Sí, jaja, total que se hizo un desbarajuste, y quedó en nada, se desperdició una gran oportunidad de llevar verdadero desarrollo.

Los amos del mar


La pesca marina y estuarina es controlada por dos empresas en la zona de Celestún; acaparamientos de permisos y sobreexplotación pegan a pescadores. Foto de arriba, mangle seco en la ría de la zona; abajo, el muelle de Celestún

Celestún, Yucatán. Agustín del Castillo, enviado. MILENIO-JALISCO. Edición del 25 de septiembre de 2011. Este proyecto de investigación fue ganador de una beca de Fundación AVINA en la emisión 2008-2009. FOTOGRAFÍAS: MARCO A. VARGAS


La debacle de las poblaciones de peces y crustáceos con valor comercial en el litoral de Celestún, muy similar al del resto de las costas mexicanas, no deriva solamente del cambio de las artes de pesca y de la presencia de lanchas de motor. Es un problema también de monopolios. En esta región, son dos los grupos que controlan casi todo el mar.

Hulkin SA de CV, con sede en Mérida, se especializa en productos del mar para la exportación a Estados Unidos y Japón; la Industrializadora de Pescados y Mariscos SA (Inpesmar), también enclavada en la capital yucateca, abastece de preferencia el mercado interno nacional. Ambas empresas controlan a los pescadores de Celestún, “es como en los taxis, ellos tienen los permisos y tú solamente puedes trabajar para ellos”, señala Heliodoro Méndez; “fue mi caso, yo tenía mi lancha de motor y los tuve que vender porque estaba obligado a venderles el producto a ellos al precio que les viniera en gana; ya no tienes más opción que trabajar para ellos”.

Don Helidoro Camaal reconoce que se ha sobreexplotado históricamente el mar de la región, pero con la presión de los intermediarios, los márgenes de ganancia son cada vez menores, y aunado a la crisis económica, muchos habitantes de la región se internan al mar en busca de escasas cosechas.

“Antes, de aquí a dos o tres brazas de agua te traías como 200 kilos de pescado; ahora, te metes a 50 millas y a veces no traes ni para el gasto”, explica.

El fenómeno no es casual ni limitado a esta región. “A partir del año 2000 el sector pesquero se enfrenta a una desorganización sin precedentes a causa de problemas de financiamiento, corrupción y manipulación política […] esto lleva a un claro rumbo de privatización del sector, sobre todo, cuando ya en 1992 se había modificado el artículo 27 constitucional liberando las siete especies reservadas al sector cooperativo. En el caso de Yucatán, estas especies reservadas se concentraban en la langosta, el camarón y el caracol, las cuales constituían la razón de ser de las cooperativas dedicadas a la explotación comercial. Además, en ese mismo año de 1992 se observa una reducción del personal asignado al sector pesquero en el estado de Yucatán, y un fortalecimiento del sector privado que ofrece empleo a la población campesina inmigrante y pone en desventaja a los pescadores tradicionales respecto al pago de su fuerza de trabajo”, señalan Julia Fraga, Silvia Salas y Guadalupe Mexicano-Cíntora (La pesca en Yucatán: De la abundancia a la escasez, a la fragilidad de las estructuras institucionales, 2008).

Los investigadores señalan que en 2004 se reportaron en la costa yucateca 1,338 permisos de pesca concentrados en 188 permisionarios, lo que demuestra el acaparamiento.

“Cada permiso de pesca podía amparar desde una hasta una docena de embarcaciones. En la práctica, un permisionario no registra a su nombre todas las embarcaciones que maneja para no declarar la cantidad de medios de producción que en realidad posee […] por ejemplo, un permisionario que tiene 143 embarcaciones registradas a su nombre, contrata a siete personas o patrones que se responsabilizan cada uno de catoce lanchas; cada patrón le asigna tres o cuatro embarcaciones a otra persona; y éste a su vez consigue a dos pescadores para salir a la faena de pesca. Estos pescadores directos entregan el producto a una bodega menor; la bodega menor a otra mayor; y ésta a la bodega matriz en Mérida o en Progreso desde donde se exporta el producto”.

Estas condiciones “reducen los pagos de derecho por permiso, haciendo atractiva la introducción de embarcaciones sin control”.



La captura incluye más de 100 especies, entre peces, crustáceos y moluscos, pero sólo 24 aportan los mayores volúmenes. La captura de 2006 en Yucatán fue de 25.5 mil toneladas, 38% menos que en 1994. “Sin embargo, la presión pesquera se encuentra principalmente en la franja ribereña, dirigida a dos o tres especies de alto valor comercial […] el pulpo (Octopus maya y O. vulgaris), el mero (Ephiphenus sp) y en la langosta (Panulirus argus). El mero y el pulpo aportan el 60 por ciento de las capturas y la langosta el 30 por ciento de las divisas”.

La concentración de la ganancia en pocas manos, los bancos sobreexplotados y la sobrepoblación lleva a muchos, así, a altamar. Allí muchos se pierden para siempre, como el pasó al hijo de doña Ignacia Osorio, Gabriel Pol, quien tiene ocho años desaparecido tras salir a pescar. “La pesca ya no da, se necesita buscar otras opciones para salir adelante”, señala José Isaías Uhcanul, morador de Celestún.

Profepa fortalecerá “lucha contra la impunidad”


Hernando Guerrero Cázares, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente


Procurador federal asegura que se ha trabajado para detener delincuentes pese a tener menos recursos que en 2003, y que será interesante analizar reformas para fortalecer el organismo



Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) necesita ser fortalecida con recursos y personal para que sea un organismo que dé resultados en la persecución de los delitos ambientales y la regulación eficaz de los agentes económicos, reconoce el titular del organismo federal, el jalisciense Hernando Guerrero Cázares.

“Antes de hablar de reformas que pueden ser necesarias, antes de que se plantee si debe operar como el Ministerio Público en lo ambiental, hay que levantar la estructura y hacerla eficaz […] en la actualidad tenemos menos personal que en 2003, para darles un dato comparativo, y sin embargo, hay al menos 170 presuntos delincuentes ambientales sujetos a proceso ante el Poder Judicial; nos queda claro lo importante que es mandar el mensaje de que hay que enfrentar la impunidad ambiental”, explica, entrevistado en su más reciente visita a esta ciudad.

“La Profepa tiene alrededor de 700 inspectores, y si esos 700 inspectores yo los dedicara a vigilar sólo la vida silvestre, los tendría que tener día y noche por todo el país. La realidad es que la Profepa no puede atenderlo todo pero tiene un gran aliado que es la sociedad la que nos denuncia, nos llama, la que directamente nos llama y vamos directo al grano porque recibimos la denuncia”, añade.

Por ello, es medular mantener la confianza de los ciudadanos; los comités de vigilancia participativa que existen en todas las zonas naturales de alto valor para el país, han dado resultado porque los ciudadanos ven que de sus actos derivan acciones de combate de los delitos, pero sobre todo, porque los comités están integrados por ciudadanos que son usuarios de los recursos y han tomado la decisión de protegerlos ante la relevancia que éstos tienen en su calidad de vida y como parte de sus valores, como patrimonio e identidad común.

Como ejemplo de la voluntad de la Procuraduría de detener el tráfico ilegal de fauna, Guerrero Cázares explica que durante 2011, la Profepa ha realizado tres operaciones simultáneas a nivel nacional en las que incautó más de doce mil ejemplares de flora y fauna; de enero a junio realizó 1,096 inspecciones y 182 operaciones, y como resultado, logró asegurar 14,108 especímenes de vida silvestre.

Respecto a la tala clandestina, fueron detenidos 39 presuntos talamontes y se han realizado 178 operaciones en 26 estados, durante los cuales se confiscaron 1,140 metros cúbicos de madera en rollo, lo que equivaldría a más de 110 camiones tipo torton llenos de este producto formado uno atrás del otro.

También alude al caso de las más de 600 mil industrias que tiene el país, de las cuales, en su inmensa mayoría no hay una regulación.

“Recordemos que más de 97 por ciento de las empresas del país son pequeñas y medianas, y algunas micros, sólo 2 por ciento o menos son grandes empresas; pero evidentemente son las empresas de mayor impacto […] si estamos hablando de uso del agua, prácticamente todo se lo llevan las pequeñas y medianas empresas; si estamos hablado de usos combustibles, entonces sí las grandes empresas tienen un gran impacto, sobre todo las acereras o las empresas del cemento, pero ahí ya las grandes empresas están trabajando con nosotros, hay estudios de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte que muestran que del sector del cemento de Norteamérica, el más eficiente es el de México…”.

—¿Pero qué tanto es la solución del problema que este 2 por ciento de empresas esté cumpliendo y que mejorando los procesos?

—No, es que el problema no se resuelve atendiendo sólo ese 2 por ciento; el problema se resuelve con la atención integral de todas las empresas.

—¿Para lograr esa atención integral de qué se requiere, de más auditores?

—No, para lograrlo se requiere de trabajados coordinados entre federación, estados y municipios, estamos trabajando en varias regiones a través del municipio, en otras a través del estado, para atender a las empresas, estamos en proceso de firma de convenios para atender grandes empresas para integrarlas al cumplimiento, con Nuevo León, con Jalisco…

Así, “lo que nosotros queremos es tener diferentes mecanismos voluntarios para también trabajar con seis mil o siete mil empresas medianas para que trabajen en favor de la sociedad, cuidando el medio ambiente, generando menos residuos, y al mismo tiempo ser más ecoeficientes, y esto a qué los lleva, a ganar dinero; el programa de Liderazgo Ambiental que promovemos de forma paralela tiene un beneficio inmediato, las empresas que han participado y que en este momento son más de 1,500, cada empresa va a ahorrar más de un millón de pesos al año; las inversiones que van a hacer las van a recuperar en menos de siete meses, ningún empresario tiene inversiones que su tasa de retorno sea en menos de un año, y qué es lo que esto produce, enormes ahorros en materia de generación de residuos, se evita la contaminación y se tiene un beneficio social inmediato”.

Sin controles, la justicia en Jalisco



Leyenda negra, alimentada de verdades y acrecentada por malos litigantes. La Procuraduría aprehende sin investigar; los abogados piden “para mordidas” con cualquier pretexto; los jueces son opacos en la rendición de sus cuentas, advierte barra de abogados


Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 24 de septiembre de 2011

El nudo de la desconfianza de los ciudadanos en la prevención, procuración y administración de la justicia pasa por los problemas de control de estas profesiones: desde abogados hasta jueces necesitan instancias que los puedan vigilar, califiquen su actuación ética y en su caso, los sancionen con todas las de la ley, advierte Jorge Rafael Alarcón Álvarez, presidente de la Barra Jalisciense de Abogados Ignacio L. Vallarta.

El profesional del derecho señala que la fama pública de este sector de la sociedad está mezclada de datos reales con exageraciones y mentiras que a veces propalan los propios abogados, por ejemplo, “muchos dicen que hay que sacar dinero para darle al juez, se meten a su despacho, aseguran que se lo dieron, pero el juez no recibió nada y ellos manejan esa idea con los clientes, que no pueden pensar sino que la justicia está al mejor postor”.

Es un “problema de una estructura fallida, sobre todo en la procuración de justicia [...],todos vemos que a las personas las agarran con las cámaras, que las filman y todo, y no pasa nada, las dejan ir; los fracasos de la PGR han sido de antología, lo de Hank, lo del michoacanazo”; esa inconsistencia en el trabajo del Ministerio Público deriva de que las procuradurías “están muy centralizadas, el agente del MP ha dejado de ser el abogado del pueblo [...], están concentrados en la Calle 14 [de Guadalajara], que es una fortaleza en la zona industrial; la gente tiene dificultades hasta para el acceso, y para presentar una denuncia es un trámite terrible”, señala en entrevista con MILENIO JALISCO.

El agente del MP es hoy “un burócrata, el ejercicio de su facultad de investigador es prácticamente nulo; se limita a citar personas, a recibir denuncias, y cuando no van, ‘pues tráiganmelo’; la policía ministerial es hoy una policía aprehensora, son buenos para aprehender pero no hay investigación”; la relación con el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses tampoco es la adecuada, entonces, la ciencia no ayuda a fortalecer las averiguaciones. La consecuencia es que dejan a los jueces sin armas para mantener en la cárcel a un delincuente.

Cambio de naturaleza
“Los procesos de averiguación previa parecen ya más procesos civiles o laborales, porque es el abogado el que va y lleva todo; luego, se limita mucho al MP respecto a la información, debería tener acceso a todos los movimientos bancarios para investigar, desde luego con la autorización de un juez, la policía debería tener facultades de investigación e inclusive la policía estatal, no solo la policía ministerial, de tal manera que se entrecruzaran para integrar mejores averiguaciones”.

En el caso de las policías preventivas, al ser municipales están desarticuladas y debería regresarse a esquemas de coordinación, además de la urgencia de recuperar la moral de los cuerpos policiales con mejores sueldos y una sólida reputación que haga al policía sentir aprobación social y hacer carrera en ese difícil servicio público.

Los fracasos
Del fracaso en la prevención y la procuración de justicia, “la consecuencia es lo que estamos viendo diariamente: estuvo tres meses en la cárcel pero luego salió, y volvió a delinquir; en donde sí hacen carrera es en el mundo criminal, ahí sí hay carrera, tienen sueldos y los protegen, yo creo que ahorita el crimen organizado tiene una mejor estructura que la policía”, añade sin ironía.

—Entre la gente existe la impresión de que la impartición de justicia está al mejor postor...

—Hay muchos casos, no siempre documentados; el abogado le dice al cliente, ‘necesito darle tanto al juez’, y entra al despacho del juez y según el ya se lo dio y el juez nunca se enteró; hay más casos de esos, hay que cuidarse de los abogados también [...] yo confío más en los jueces que en los MP por una sencilla razón: son de carrera, y un juez después de que es reelecto ya es definitivo, es inamovible; eso les da una ventaja [...]”.

Sin embargo, “ el problema más grande que se ha presentado para la independencia de los jueces es que el Consejo de la Judicatura los cambia muy fácilmente, porque no hay un reglamento para la permanencia o cambio de los jueces, sino que se hace a voluntad y se encierra el consejo y pone a temblar a todos los jueces porque a las tres de la tarde les puede llegar un oficio de que se presenten en Colotlán, en Vallarta, en Cihuatlán, a las nueve de la mañana del día siguiente, entonces no hay respeto.

No obstante, la corrupción existe; “para mi, ni jueces ni magistrados deberían tener derecho al secreto bancario, y los exámenes de confianza deberían de aplicarse ahí también, entre ellos, esa es la manera de tenerlos mas controlados, para que sea transparente su vida, pero no para el acceso publico, sino ante los organismos de control y para la policía, bajo otros mecanismos”.

Los litigantes también deberían ser calificados y sancionados. “En muchas partes del mundo existen los comités de honor y justicia; el cliente va y se queja, y se investiga, hay que legislar, hay abogados suficientes, mas allá de toda sospecha, como para integrar esos comités, que vigilen el ejercicio de la profesión”.

Piden liberación de comunero preso en Ameca


Guadalajara. Agustín del Castillo.MILENIO-JALISCO. Edición del 24 de septiembre de 2011

El diputado por el Partido del Trabajo (PT) Enrique Ibarra Pedroza encabezó ayer a un grupo de familiares, amigos, y compañeros de Leonardo Venegas Ramírez, comunero de 78 años preso en el penal de Ameca desde hace seis meses.

Miembro de la comunidad indígena de Camajapa, en Cocula, Jalisco, la privación de su libertad persiste “pese haber sido detenido ilegalmente en San Martín Hidalgo, por policías municipales”, explicó el legislador federal. Esto es efecto de un litigio agrario por superficies cultivables que les habrían sido invadidas por un pequeño propietario.

“En compañía de Gonzalo Gómez, y otros compañeros de lucha social de Leonardo, tuvimos una amplia conversación con la juez Verónica Ucaranza, responsable del proceso penal de Leonardo. Ante ello invocamos argumento de derecho y de justicia, ya que Leonardo se encuentra privado de su libertad gracias a las políticas de criminalización de la lucha social que guía a los gobiernos federal y local actuales”, dijo Ibarra Pedroza.

Los manifestantes platicaron con el director del centro penitenciario, Javier García Muñoz, “a quien le demandamos se le dé un trato justo, digno y humano a Leonardo”.

Leonardo es el líder del grupo indígena asentado en la comunidad de Camajapa, quien fue encerrado en prisión acusado de despojo por defender las tierras que pertenecen a la comunidad desde 1583, según los títulos correspondientes certificados por las autoridades agrarias.

Dos semanas atrás, Ibarra Pedroza, acompañado de los líderes del PT en Jalisco, Gonzalo Gómez y José Luis Plascencia, acudieron al centro de población de Camajapa para sostener una charla de acercamiento y conocer a detalle el caso en busca de asumir su defensa.

“Don Leonardo Venegas se encuentra recluido en la prisión desde hace seis meses en el reclusorio de Ameca, pese a tener 78 años de edad y a su delicado estado de salud que lo acompaña. Vamos a estar al pendiente de ese asunto para lograr su liberación”, dijo Ibarra Pedroza después de la visita a Camajapa.

En esta ocasión, además de manifestarse frente al centro penitenciario, “platicamos con Leonardo, a quien le trasmitimos las muestras de solidaridad y apoyo de sus compañeros de lucha y de los comuneros de Camajapa, [...] nuestra petición de la libertad para Leonardo es no sólo por razones humanitarias de sus 78 años y el precario estado de salud que le acompaña, sino también debido a que no se observó el debido proceso desde el momento de su detención hasta hoy”.

Plantas de tratamiento, mucha inversión, pocos resultados: CEA


Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 24 de septiembre de 2011

Entre febrero y agosto de 2011 se pararon 35 plantas de tratamiento. Foto: Tonatiuh Figueroa
El estado de Jalisco ha apostado por construir plantas de tratamiento para mejorar la calidad de sus cuerpos de agua, pero el problema económico y la falta de organización de los municipios ha llevado a que buena parte de esa inversión no esté generando beneficios, reconoció Manuel Osés Pérez, director de Plantas de Tratamiento de la Comisión Estatal del Agua (CEA) de Jalisco.

“En enero del 2010 todas las localidades con más de 2,500 habitantes debían de tener su planta de tratamiento. Esto no lo hemos cumplido nosotros en el estado de Jalisco, esencialmente hace varios años ya que no cumplimos con las poblaciones de más de 50 mil habitantes, es el caso de la zona metropolitana de Guadalajara y en consecuencia estamos siendo multados por la Comisión Nacional del Agua”, dijo.

Pero este año ha sido particularmente negativo, pues entre febrero y agosto se pararon 35 plantas de tratamiento que funcionaban perfectamente, lo que agregado a 31 plantas que ya no trabajaban desde 2010, y 45 más que no tratan la totalidad de sus aguas negras, acentúan el déficit. Jalisco trataba en enero de 2011 más de 21.9 por ciento de sus aguas negras; ahora, lo hace con sólo 18.7 por ciento.

“Descubrimos que el saneamiento va a la baja desde febrero a agosto, cuando este gobierno se ha caracterizado por el esfuerzo titánico que ha hecho en construir 60 plantas de tratamiento, cosa que no lo habían hecho administraciones anteriores, acciones que tampoco otros estados de la república han tomado. Somos el estado que más plantas de tratamiento ha construido en toda la república mexicana y somos el único estado de esta nación que hemos [sic] obtenido el ISO 9001–2008 en control de calidad de las plantas que nosotros operamos, que son 19”, puso en relieve.

La CEA no debería operar plantas de tratamiento, “las opera por incapacidad de los municipios, de los ayuntamientos, que no tienen dinero, no tienen recursos, no tienen personal calificado y, esencialmente, no tienen recursos económicos, y no operan las plantas por eso. En resumen, todo podríamos definirlo nosotros como falta de recursos por parte de los municipios para operar sus plantas”, puntualizó.


Juicio lleno de vicios: comuneros de Mezcala



Chapala. Las instituciones, “al mejor postor”, asegura Rocío Moreno, activista que fue encarcelada sin motivo. Pobladores de Mezcala preparan ofensiva legal para proteger derechos.

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 23 de septiembre de 2011

Resulta “increíble” que a un particular se le permita denunciar y se le otorguen órdenes de aprehensión contra sus denunciados, cuando ni siquiera ha demostrado la legal propiedad y el mejor derecho sobre el bien en disputa; pero la justicia y las instituciones “parecen estar al mejor postor”, dijo ayer Rocío Moreno, activista de la comunidad de Mezcala, cuya presunta responsabilidad en una acusación de “daños a las cosas”, fue desechada por “falta de elementos”.

Es el caso penal en que ella y diez compañeros comuneros fueron acusados de “daños a las cosas” por un presunto prestanombres del empresario Guillermo Moreno Ibarra, en virtud de lo cual la comunera pisó la cárcel en Ocotlán, pagó una costosa fianza y luego se le ofrecieron disculpas porque no se había acreditado su presencia en los hechos denunciados. Sus diez compañeros tienen aprehensión vigente, pero ya se presentaron al juzgado a declarar y gozan de libertad bajo caución.

En el fondo del caso, un juicio agrario por el cual el Tribunal Unitario 16, con sede en Guadalajara, determinará en breve cuál es el mejor derecho: los comuneros cocas, que tienen títulos del rey de España que fueron reconocidos por el gobierno mexicano en el siglo XX como “inalienables, imprescriptibles e inembargables”, o la cesión de derechos que ostenta el particular, con apenas diez años de haberse adquirido sin acuerdo de asamblea.

“Es evidentemente un esfuerzo por intimidar cuando ya ve perdido el juicio, pero entonces, el mensaje es que con dinero se puede comprar la justicia, ¿se trata de que nosotros también podemos inventar un caso?”, cuestionó Rocío Moreno, entrevistada por vía telefónica.

La impunidad de su adversario va más allá de torcer la justicia penal a su favor: sin permisos de la autoridad federal, desvió un arroyo, construyó una represa y derribó árboles de una zona forestal. A Rocío Moreno le extraña que no haya presencia expedita de inspectores de la Comisión Nacional del Agua y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, cuando se trata de dos delitos que ameritan la acción de la justicia.

Insistió en que una comunidad indígena tiene como máximo órgano de gobierno a su asamblea comunal, y que el goce y posesión de los bienes es estrictamente comunal, es decir, nadie puede “privatizar” ningún bien sin sanción de la asamblea. La acción de desmontar celdas solares de tierras de la comunidad fue orden de asamblea, y los comuneros que la realizaron estaban obligados a realizarla.

El proceso que se sigue aún contra diez comuneros, añade la activista, está viciado: el delito de daño en las cosas se persigue a petición de parte, pero cinco de los comuneros a los que se les dictó auto de formal prisión no fueron mencionados por el denunciante, y por si fuera poco, los comuneros no fueron citados para defenderse.

Así, en Mezcala no pretenden quedarse con los brazos cruzados: habrá acciones legales para contrarrestar este manejo desaseado de las instituciones, advirtió.

En el corazón de las tinieblas


Calakmul, uno de los grandes descubrimientos del siglo XX, estuvo ausente de la historiografía maya hasta 1980. La selva de los Kaan fue de los últimos territorios colonizados en México.

Calakmul, Campeche. Agustín del Castillo, enviado. MILENIO-JALISCO. Edición del 22 de septiembre de 2011. Este proyecto de investigación fue ganador de una beca de Fundación AVINA en la emisión 2008-2009. FOTOGRAFÍAS: MARCO A. VARGAS

La niebla del misterio ha cubierto por siglos estas selvas aún inmensas, hogar de mitos y consejas inmemoriales, de animales fantásticos y fieras, de criminales y fantasmas.

Estos vapores de encantamiento son hoy progresivamente dispersados con la claridad rutinaria de la luz eléctrica o la pestilencia de las lámparas de petróleo; el rumor ensordecedor e incansable de las motoconformadoras y las palas mecánicas; la dureza del chapopote y la violencia de los rifles. La bruma ya fue profanada.

Apenas en 1940 comenzó la colonización verdadera de Calakmul, tras el descubrimiento espectacular por el estadounidense Cyrus Longworth Lundell de la gran ciudad maya, el 30 de diciembre de 1931, guiado por Jesús García, capataz de chicleros (ver Proyecto Calakmul, de William J. Folan).

El nombre parece un capricho, pero lo eligió el propio Longworth, al reparar en dos pirámides que sobresalían. Ca significa dos en maya; Lak, adyacente, y Mul, montículo artificial o pirámide: “Ciudad de las dos pirámides adyacentes”.

La primera expedición formal es de abril de 1932, financiada por el Carnegie Institute de Washington, bajo la batuta de Sylvanus G. Morley. Pero la historiografía maya no tomaría en cuenta el papel protagónico de Calakmul sino en los años 80 del siglo XX, cuando empresas arqueológicas mexicanas (capitaneadas por el propio Folan) regresaron al sitio abandonado mientras los laboriosos colonos ya tocaban a la puerta con la tala excesiva de maderas preciosas, la persistencia de la extracción de la resina del chicozapote y las expediciones de cazadores de jaguares, monos y águilas harpías.

Ahora se sabe que Calakmul fue cabeza de un imperio llamado Kaan o de la serpiente, que estuvo en guerra con la guatemalteca Tikal, y que ese conflicto es la clave de la debacle de esta cultura en el siglo VIII de la era cristiana. Se debió reescribir la historia precolombina.

Al mismo tiempo, se acentuó la lucha por la conservación del patrimonio biológico, pues la colonización intensiva había llevado a cientos de solicitantes de tierras a penetrar la floresta y destruirla con usos y costumbres ajenos a la fragilidad del trópico.

“Al tigre (jaguar) se lo echaban porque decían que comía gente; muchos lo mataban, le quitaban los colmillos y la piel y la guardaban. Recuerdo que mi papá tenía bastantes pieles de venado, las trataba con sal y quedaban tiesas; otro señor trataba pieles de lagarto, pero había un tráfico con las del tigre y otros felinos”, señala Santiago Pérez Oy, de Zoh Laguna.

Los colonos enfrentaron otro factor que era secreto del aislamiento centenario: los huracanes. “Ha sido una constante desde la época prehispánica, con las implicaciones de interrupción de los ciclos de sucesión ecológica y de la estabilidad de los asentamientos humanos [...] entre 1871 y 1990 cerca [sic] de catorce tormentas ciclónicas mayores han afectado el área con intervalos aproximados de 8.5 años” (Programa de manejo de Calakmul, 1999).

La presencia de una política formal de protección por parte del gobierno federal, a través de la reserva de la biosfera federal, y del estado de Campeche, que ampara las selvas de Balamkú y Balamkim, abonan hoy en una difícil y precaria coexistencia.



Esto permite aún avistar fenómenos extraordinarios como la migración diaria de los murciélagos del “volcán” de Balamkú: los viajeros llegan al anochecer de un día primaveral, cuando comienzan a revolotear los pequeños mamíferos en la parte baja de una cueva. En un momento cae la oscuridad, y comienza lento un remolino.

Cientos, luego miles, luego decenas de miles de quirópteros, cada vez más rápido, danzan en círculos y se elevan unos 25 metros, arriba del dosel de la selva. Entonces salen como erupción en busca de alimento, pero no todos regresarán: en los primeros instantes, un búho salta de una rama y pesca implacable su presa.

El torrente se intensifica y oscurece parcialmente el cielo estrellado. Miguel, el guía, calcula que dos millones de seres alados se dispersarán sobre miles de hectáreas de la selva maya antes de regresar, al alba. Lo que no sabe es si esta explosión de vida y muerte ha de sobrevivir a los tiempos de los hombres.

Líderes “secuestran” al sindicato del IMSS


Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 22 de septiembre de 2011

El Movimiento de Resistencia Sindical de los Trabajadores del Seguro Social denunció presiones, hostigamientos y amenazas de parte de la dirigencia sindical que encabeza en Jalisco la diputada priista Clara Gómez Caro, y a escala nacional, el diputado panista Valdemar Gutiérrez Fragoso.

Ambos políticos, aseguran los opositores, buscan evitar que los trabajadores que disienten con su método de monopolizar el poder tengan representación en la asamblea nacional que se realizará el próximo 7 de octubre, cuando se pretende consagrar la reelección de dirigentes seccionales, en consonancia con la prolongación del poder que obtuvo el diputado Gutiérrez Fragoso a escala nacional, que pretende ejercer hasta el año 2018.

Lidia Negrete Salazar y Felipe Rodríguez Avelar denunciaron violencia verbal, despidos, suspensiones de días de trabajo y de derechos laborales, como las medidas de hostigamiento que ha decidido la dirigencia de la Sección III, que encabeza la diputada Gómez Caro.

Los quejosos convocaron a los empleados del IMSS a que alcen la voz si han sido víctimas de represión; se les castiga a través de suspensiones que bajan sus prestaciones, o sanciones con notas de deméritos, para descontarles dinero.

El próximo 30 de septiembre habrá un foro nacional en Guadalajara para acordar acciones de la disidencia de cara a la asamblea del 7 de octubre.

Jalisco, un mundo “casi perfecto”



II Informe Cuatrimestral de 2011 del Ejecutivo. Emilio González Márquez señala avance de 86% en metas; dice que Guadalajara y el Congreso estatal no dan buen ejemplo

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 21 de septiembre de 2011

Emilio González Márquez presumió ayer que Jalisco es la entidad con mejor calidad de vida en México, que los porcentajes de cumplimiento del Plan Estatal de Desarrollo rebasan 86 por ciento y que en renglones como inversión privada, combate a la pobreza, transparencia y desarrollo regional, la entidad le pone el ejemplo al país. Así de claro.

Enfático, contundente e histriónico, lamentó ante decenas de funcionarios públicos ligados a su Administración y a su partido, Acción Nacional, que a su gobierno sólo le quede poco más de un año de ejercicio, mientras otras experiencias gubernamentales, como las del Congreso del Estado y la del Ayuntamiento de Guadalajara, se hunden en el descrédito. “Yo dejé a Guadalajara en primer lugar nacional en transparencia, y ahora está reprobado”, aseguró sin citar al alcalde priista Aristóteles Sandoval, blanco reiterado de sus comparaciones.

El lugar en que rindió su segundo informe cuatrimestral del año no parece elegido al azar. Al poniente de la ciudad, a un lado del puente atirantado —cuestionado pero luminoso monumento a su obra pública—, y en los novísimos salones del magnífico hotel Riu, símbolo de la calidad de vida conquistada por los rutilantes jaliscienses y sus avecindados.

En la descripción del mundo que González Márquez dio ayer, cuatro integrantes de su gabinete hablaron con antelación ante un auditorio plenamente dispuesto, de los grandes ejes del Plan Estatal de Desarrollo, y mostraron cómo, si se usa la estadística de forma selectiva, se construyen escenarios totalmente favorables.

Ejemplos: dijeron que Jalisco es primer lugar nacional en producción agropecuaria (pero ya lo era hace 30 años, cuando funcionaba el antiguo régimen priista); que este gobierno ha tecnificado más de 35 mil hectáreas de riego (la FAO reportaba en 2000 casi 350 mil ha bajo esas condiciones para el estado); que el estado invierte 0.03 por ciento de su productor interno bruto en ciencia y tecnología y es el que más lo hace en el país (pero los organismos internacionales recomiendan... 1 por ciento del PIB); que 31 áreas naturales tienen algún esquema de protección (el gobierno de Emilio ha creado tres estatales, a las que destina... cero pesos); que 44 mil vehículos más se han sometido a la verificación en comparación con agosto de 2010 (aunque hay un padrón de 2.6 millones de autos y faltan 1.9 millones de verificar)...

Y por el estilo. No obstante, nadie puede decir que la autocrítica no estuvo presente: “Nos falta todavía”, decían los funcionarios y repetía el gobernador.

También se omitieron los datos alarmantes de la deforestación (segundo lugar nacional), el incremento de las denuncias de delitos (cuarto), el incumplimiento generalizado del saneamiento de aguas (81 por ciento), y la enorme migración a Estados Unidos, en virtud de la cual las zonas rurales de Jalisco siguen vivas.

Entre los rumores de su presunta declinación a la carrera presidencial panista, Emilio González exigió continuidad a sus logros y dijo que el Congreso del Estado ha sido omiso en reformar la ley para garantizar la transparencia.

“No somos perfectos... pero estamos avanzando”, apuntó modesto, como para convencer a cualquier incrédulo entre los presentes en la fiesta inolvidable del Riu.

Buscan en Tabasco ejemplo de saneamiento


Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 21 de septiembre de 2011


La disputa por el tipo de proyecto con el que se sanearán las aguas de la ciudad de El Grullo, de 35 mil habitantes, municipio integrado a la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila (JIRA), se definirá en las siguientes semanas, pues el próximo 30 de septiembre, funcionarios municipales y de la Comisión Nacional del Agua (CNA) acudirán a Macultepec, en Tabasco, para observar un gran humedal de 125 hectáreas que entró en operación desde 2005.

A la visita está invitado personal de la Comisión Estatal del Agua (CEA), principal opositora a establecer este tipo de sistemas en El Grullo. En Macultepec se tratan 125 litros por segundo; en el municipio jalisciense se plantea tratar sobre 14 hectáreas de humedales 60 litros por segundo.

Un proyecto de humedales “consiste en el uso de elementos de tratamiento físico: pretratamiento, clarificador y bioquímico: pantanos artificiales de flujo superficial, los cuales actúan como reactores biológicos en la degradación de la materia orgánica presente en el agua siguiendo una cinética de primer orden; microbiológico: unidad de desinfección ultravioleta para la eliminación de los gérmenes que causan la contaminación fecal de las aguas”, señala la presentación del proyecto Macultepec, que fue facilitada por la JIRA a este diario.

Este tipo de sistema ofrece mejores resultados de los que plantea la norma oficial mexicana (NOM) en materia de descargas residuales municipales, “ya que se registra un valor de 30 miligramos por litro para DBO [demanda bioquímica de oxígeno] y sólidos suspendidos totales. La NOM-001-SEMARNAT establece un valor promedio mensual de DBO 30 mg/l y SST 40 mg/l, para aguas residuales tratadas descargadas en ríos con protección a la vida acuática”.

Previo a su construcción, se padecía en la zona “un importante nivel de contaminación [...] la contaminación vertida al arroyo impacta de manera directa en los pantanos de Centla, donde finalmente tributa el arroyo Garduza, y contribuye a acelerar el proceso de extinción de uno de los humedales identificados como importancia internacional”.

El arroyo Garduza es un cuerpo de agua para el uso público urbano o cuerpo tipo B, el cual tiene como concentraciones promedio mensuales permisibles para SST y DBO 75 mg/l; pero “con estas concentraciones de contaminantes, no se puede pretender iniciar la recuperación de este cuerpo de agua ya que la carga orgánica con dichas concentraciones afecta sustentablemente la vida acuática”, añade el documento.

La inversión inicial fue de 25 millones de pesos, pero el costo de operación, mantenimiento y reparación es de 155 mil pesos al mes. El costo de la planta a 60 años será de 62.9 millones de pesos; 25 pesos por habitante al año o 0.31 pesos por cada mil litros saneados.

Abengoa hará acueducto El Zapotillo-León

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 20 de septiembre de 2011

La Comisión Nacional del Agua (CNA) falló el concurso público internacional CNA-SGAPDS-OCLSP-JAL-GTO-10-001 CP para la construcción del acueducto El Zapotillo-Altos de Jalisco-León, Guanajuato, el cual fue a favor del grupo que encabeza la firma Abengoa México, formado con capital de origen español.

El director del Organismo de Cuenca Lerma Santiago Pacífico, Raúl Antonio Iglesias Benítez, explicó que la oferta de ese corporativo cumplió en cada uno de los procesos que se realizaron con todos los requisitos financieros y técnicos señalados en el concurso, con lo cual garantiza satisfactoriamente el cumplimiento de las obligaciones derivadas del mismo.

Abengoa, que también incluye a las empresas Abeinsa Infraestructuras Medio Ambiente y Abeinsa Ingeniería y Construcción Industrial, presentó la propuesta económica con un valor presente neto de la contraprestación de 4,569 millones de pesos.

En contraste, el consorcio liderado por la agrupación Samsung presentó una propuesta económica con un valor presente neto de la contraprestación por un monto de 12,156 millones de pesos, 166 por ciento más que Abengoa México.

El acueducto se construirá mediante un contrato de prestación de servicios y la concesión es por 25 años, e incluye elaboración del proyecto de ingeniería, construcción, equipamiento, operación, conservación y mantenimiento de la infraestructura.

Al proceso de fallo dio fe un observador social, y se contó con la presencia de la secretaria ejecutiva de la Comisión Estatal del Agua de Guanajuato, Angélica Casillas Martínez, y el director general del Sistema de Agua Potable de León, Guanajuato, Emiliano Rodríguez Briceño, entre otros.

Algunos de los municipios de Jalisco que se verán beneficiados son Cañadas de Obregón, Jalostotitlán, San Miguel El Alto, San Julián y Encarnación de Díaz.

Jalisco retrocede en saneamiento



El estado dejó de limpiar el agua negra que producen unos 220 mil habitantes. 66 plantas tratadoras construidas no operan por falta de recursos, pero entre enero y agosto se pararon alrededor de 35, muchas de ellas de construcción reciente, señala la Comisión Estatal del Agua

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 20 de septiembre de 2011

Entre enero y agosto de 2011, alrededor de 35 plantas de tratamiento de aguas dejaron de operar en Jalisco, lo que ha significado un retroceso de 3.3 puntos porcentuales en la cobertura del servicio, según información de la Comisión Estatal del Agua (CEA).

Así, de 21.9 por ciento de saneamiento del total de aguas a tratar, que se registraba en enero de este año, al corte de agosto y con las 66 plantas sin operar (ver gráfico anexo), ese porcentaje se ve seriamente afectado. Actualmente se está saneando 18.6 por ciento en todo Jalisco, lo que regresa al organismo a su planteamiento sobre la necesidad de generar un nuevo esquema para garantizar la operación de las plantas, como lo propuso la pasada semana.

De hecho, la CEA no es pesimista en el tema, pues si bien destaca que el porcentaje de saneamiento en la zona conurbada de Guadalajara es apenas de 3 por ciento, una vez que entre en funciones la planta de El Ahogado, que está a punto de terminarse, se rebasará 20 por ciento de cumplimiento, y con la entrada en operación de Aguaprieta, que se espera sea durante 2013, se alcanzará más de 90 por ciento en la capital de Jalisco.

Las estadísticas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales revelan que en la entidad se generan 15,487 litros por segundo de aguas residuales municipales. Si en 2007 se reportaba un cumplimiento de 22 por ciento, sostenido hasta comienzos de 2011, en siete meses se desplomó a 18.6 por ciento.

3.3 por ciento es en volumen alrededor de 511 litros por segundo, cantidad de agua negra que produce una población de 225 mil habitantes. El dato más preocupante es que se trata de inversiones que ya fueron realizadas en el pasado por el sector público. Las causas de que 66 plantas de tratamiento no operan hoy (35 en los últimos siete meses) son diversas, pero según el organismo estatal, se tienen primordialmente razones económicas: los ayuntamientos, responsables según el artículo 115 constitucional de financiar su operación, no tienen recursos porque sus presupuestos son bajos y no se suele cobrar a la población una tarifa que permita la sostenibilidad económica del servicio.

Algunos costos de inversiones recientes de plantas de tratamiento hoy sin operar: dos millones de pesos para la de la cabecera municipal de Bolaños, con “sistema primario” de saneamiento; cuatro millones 620 mil pesos para la de la cabecera de Jilotlán de los Dolores, con “reactor anaerobio de flujo ascendente”; 500 mil pesos para la fosa séptica de Mixtlán y seis millones 436 mil pesos para la planta de humedales artificiales en Copala, municipio de Tolimán.

Para enfrentar el problema, la CEA ha planteado la necesidad de un aumento presupuestal para poder subsidiar las plantas que no operan, de manera temporal, sujeto a convenios con municipios y siempre que estos se comprometan en un plazo a generar condiciones para la sostenibilidad financiera de los proyectos (ver nota contigua).

Según el investigador Adalberto Noyola, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, esto podría resolverse más rápido si se atiende el tema de la tecnología; señala que si bien, “las tecnologías para el tratamiento de agua más utilizadas en México corresponden a las lagunas aerobias y los lodos activados […] se podrían introducir nuevas tecnologías, como el tratamiento anaerobio, cuyos costo de operación y mantenimiento son más bajos que los sistemas aerobios”, lo que contribuiría a la ansiada sostenibilidad.

Un caso documentado de este problema son las diferencias entre la CEA y el Ayuntamiento de El Grullo (apoyado por la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila) por el tipo de proyecto de tratamiento. Las autoridades municipales promovían un sistema de lagunas de oxidación que en su momento fue respaldado por un consultor contratado por la misma CEA: AyMA Ingeniería y Consultoría SA de CV (en el proyecto ejecutivo dice: “Los requerimientos mínimos de energía, la gran confiabilidad del proceso debido a que está poco expuesto a fallas de operación, y los mínimos requerimientos de mano de obra calificada la convierten en una operación con alto índice costo-beneficio”). Pero la CEA consideró que la gran extensión de los humedales haría onerosa la operación del sistema. El debate no termina.


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Buscan reactivar a 44 plantas

El agua sin tratar es uno de los problemas más severos que padecen las comunidades humanas y silvestres.

Entre los impactos más importantes, está la disminución de fuentes de agua potable, que reduce la calidad de vida de los seres humanos; la afección a la salud humana, por enfermedades gastrointestinales principalmente en niños; la eutrofización (ingreso de materia orgánica) de cuerpos de agua matando la vida acuática; la disminución en la calidad de cultivos; los daños a la salud animal y la proliferación de fauna y flora nocivas.

Por ello, la CEA planteó la semana pasada invertir 40 millones de pesos adicionales —lo que obliga a una ampliación presupuestal— para operar al menos 44 de 66 plantas que están sin operar.

Los esquemas financieros fueron presentados a los municipios en el marco de Modelo Agua Jalisco en noviembre de 2010: “En él se seleccionaron 22 municipios que presentaron a esta instancia su carta de intención de los cuales quince ya cuentan con un organismos operador de agua”.

La propuesta es que el estado, a través de la CEA, opere la infraestructura de manera temporal y otorgue un subsidio según la capacidad de saneamiento. En plantas de uno a 11.9 litros/segundo, el estado ofrece un subsidio de 70 por ciento; en las de 12 a 22.9, la oferta es de 50 por ciento, mientras que en la infraestructura de más de 23 litros, la CEA aportaría 30 por ciento.

El listado de plantas y municipios a beneficiar es el siguiente: Tomatlán, siete plantas; Zapotlanejo, Jocotepec y San Miguel el Alto, cuatro plantas cada uno; Ameca y Cuquío, tres plantas cada uno; Tepatitlán, Villa Hidalgo y Zapotlán el Grande, dos plantas cada uno; y con una planta, los siguientes municipios: Ayutla, Magdalena, Etzatlán, San Juanito de Escobedo, Mazamitla, Tapalpa, Amacueca, Encarnación de Díaz, Lagos de Moreno, San Julián, San Ignacio Cerro Gordo, Tototlán y Talpa de Allende.

Dependerá del Congreso del Estado que estos recursos se asignen a la Comisión Estatal del Agua para lograr el propósito de operar estos “elefantes blancos”.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Calakmul, la salvación de la selva





La mayor reserva tropical de México, enclavada en un deslumbrante reino maya extinto, y designada “patrimonio de la humanidad” en 2002, es parte de un proyecto para mantener al segundo mayor macizo de bosques tropicales de América


Calakmul, Campeche. Agustín del Castillo, enviado. MILENIO-JALISCO. Edición del 18 de septiembre de 2011. Este proyecto de investigación fue ganador de una beca de Fundación AVINA en la emisión 2008-2009. FOTOGRAFÍAS: MARCO A. VARGAS


La tarde declina cuando los viajeros arriban a la gran planicie sobre la que se asienta la capital del reino de la Serpiente (Kaan en protomaya), hoy reducida a unas ruinas gigantescas llamadas Calakmul, devoradas por una selva milenaria y multicolor que se extiende por todo el horizonte.

Calakmul tuvo como primer gobernante un “Creador del Cielo” y en los tiempos de su cruento enfrentamiento con Tikal, fue presidida por un “Testigo” del mismo empíreo (griego, empyrios, “en fuego”). No parece gratuito que la metrópolis quisiera ser dueña del mundo.

En unos minutos, el sol se ha puesto y la noche invade la atmósfera sofocante. Entonces, el fuego del cielo se enciende. Surge primero una nerviosa traza luminosa que agrieta la bóveda despejada. Se extingue pronto, pero en otro rincón se enciende otra serpiente, que crece larga y esplendorosa, avariciosa de tierra y de materia sólida, para morir en tres segundos sobre su intenso fulgor, Y otra, y otra, y otra, se multiplican en miríada, fabricadas en un firmamento recargado de electricidad, como una fiesta a la cual los mortales sólo pueden asistir como lejanos y perplejos espectadores.

Los relámpagos resquebrajan la quietud de las hoy modestas aldeas humanas. Luces, viento, caos, fascinación, estos destellos de cosmogonía y serpientes de fuego recuerdan la inmensidad del cosmos y el melancólico destino de las civilizaciones.

Calakmul, el reino de Kaan, quiso ser dueña del mundo, pero sus sueños duermen entre piedras colosales que se desmoronan al influjo del sol, el agua y el viento, debajo de una selva diseñada para enterrar el lustre finito de sus constructores.



Caciques y conservación
Calakmul, además de ser una magnífica ciudad frustrada, es uno de los tesoros del país. Sus ruinas y su pedazo de biosfera fueron declaradas en 2002 “patrimonio de la humanidad” por la UNESCO, en 2002. Es la selva tropical protegida más extensa de México, con una superficie original de 723 mil hectáreas (decreto presidencial de 1989) que creció a más de un millón de hectáreas debido fundamentalmente a la creación de dos reservas estatales de Campeche, Balamkú y Balamkim.

Tiene frontera con la Reserva de la Biosfera Selva Maya, de El Petén de Guatemala, y corredores biológicos hacia Sian Ka’an, de Quintana Roo, y Montes Azules de Chiapas, lo que multiplica su importancia: la comunidad científica internacional habla de la Selva Maya como un solo bloque de ecosistemas en tres países (México, Belice y Guatemala), el mayor del continente tras la inmensa Amazonas.

Antes de la protección, fue tierra de caciques que iban por sus maderas preciosas. También fue vista como una gran reserva para cazar jaguares, tapires y águilas elegantes y harpías o para capturar monos o aves de ornato.

Un testigo de las transformaciones es Santiago Pérez Oy, habitante de Zoh Laguna, un antiguo campamento de Caobas Mexicanas, del empresario Abraham Perlo.

Los murciélagos de Balamkú, uno de los prodigios de la selva

“Mi papá llegó aquí en 1940, pues la empresa, que tenía una explotación en Colonia Yucatán, al ver que se acabó el bosque, se vino para acá; el gobierno de Campeche le dio una concesión de maderas preciosas e instaló un aserradero de 12 pulgadas, que producía como mil pies de caoba al día”.

Zoh Laguna fue creciendo en la medida en que llegaban más trabajadores y se expandía la tala. Todas las selvas de la península estaban divididas en concesiones madereras. Según su testimonio, Perlo no era mal patrón y estimulaba a sus trabajadores más cumplidos con vales extra para adquirir despensas. Y si bien era de ascendencia judía, obligaba a sus empleados a acudir a misa católica y participaba en todas las fiestas y peregrinaciones; “es curioso, se sentaba en primera fila y no toleraba las faltas”.

La empresa tuvo altas y bajas económicas. “Se llevó todo, nomás tumbaban y nunca reforestaban, pensaron que nunca se iba a acabar”, refiere don Epifanio Borges, viejo trabajador y chiclero. La concesión de 50 años venció, el hombre murió y los hijos ya no pudieron sobrevivir a la pérdida del monopolio. Los trabajadores quisieron mantener la empresa tras un largo pleito laboral, pero fracasaron.

Cuando se estableció la reserva federal en 1989, los ejidos locales se resistieron. Acosados por el fantasma de que perderían sus tierras y no podían tocar animales y plantas, la situación se puso tan álgida, que dos inspectores forestales federales fueron asesinados en circunstancias nunca aclaradas, lo que provocó gran preocupación en el gobierno federal, que temía levantamientos similares a los zapatistas en Chiapas.

“Dicen que unos chiapanecos se enojaron porque les confiscaron sus motosierras […] había un solo camino para entrar y salir de la selva, los esperaron y los agarraron a balazos”, señala Miguel Álvaro Méndez, que trabaja para la reserva de la biosfera pero es miembro de la diáspora chiapaneca que comenzó a llegar tras la explosión del volcán Chichonal, en 1982.

La falta de tierras y los impulsos de colonización de los gobiernos mexicanos desarrollistas habían hecho la zona un auténtico crisol: hoy viven personas originarias de 25 entidades federativas, lo que ha hecho una integración complicada.

La reserva dirigió una ofensiva gubernamental para legitimarse con proyectos productivos, creación de infraestructura y dotación de servicios básicos, sin distingo de comunidades atendidas. Fue tan exitoso, que eso derivó en la creación del municipio de Calakmul, en 1996, y en el respaldo que las labores de conservación reciben desde entonces por parte de ejidos y propietarios.

La tierra del jaguar
Las vastas soledades de la selva maya son ricas en especies. Jaguares, ocelotes, tigrillos, tapires, pecaríes, venados, monos araña y saraguato, tucanes, águilas. Predomina la selva mediana, pero hay representación de selva baja inundable, selva caducifolia y selvas altas en el lindero con el Petén guatemalteco.

Por eso era un gran coto de cazadores. “Llegaban por Escárcega, del lado de Campeche, venían en camiones de redilas de tres toneladas, traían herramientas, planta eléctrica, focos, armas y hasta cocinero, como le hace n en África […] cazaban el jaguar con carnada, borregos vivos o carne de caballo, y duraban semanas adentro de la selva. Había guías en los pueblos que los llevaban por un buen dinerito, y le daban a todo lo ue se les atravesaba”, recuerda Epifanio Borges.

El jaguar y en general, los gatos de piel moteada fueron protegidos en los años 80, pero no cesó el furtivismo y hacerse de la vista gorda hasta que entró en funciones la reserva de la biosfera. “Hace como 22 años se acabó casi todo, pero todavía en los años 90 venían de fuera a cazar águila elegante, que se parece a la harpía, pero es más chica; un señor de Xpujil los llevaba al sur de la reserva”, pero con el aumento de la presencia institucional, ese fenómeno se redujo casi al mínimo

A don Epifanio le parece que los jaguares han vuelto a prosperar. No en balde, en 2005, se hizo la ceremonia del año del jaguar entre las ruinas mayas, con presencia del entonces presidente Vicente Fox. “Ahora les da por atacar borregas, a veces se llevan hasta catorce en una sola matada, porque se excitan y atacan todo lo que se mueve”; las quejas se multiplican entre los ganaderos, pero asegura el viejo que el fondo de aseguramiento que instituyó el gobierno federal está resolviendo los problemas: un ataque comprobado del felino deriva en el pago de la pieza cobrada.

Poco a poco se conocen más maravillas de Calakmul, como son los murciélagos que todos los anocheceres emergen de una cueva en Balamkú: dos millones de seres pequeños que se dispersan por la floresta y son alimento de depredadores, polinizan y esparcen semillas para el sostenimiento de este viejo mundo amenazado.




Salida
Es de nuevo noche cuando los viajeros abandonan la mística comarca sobre la carretera a Escárcega, recientemente ampliada con sus pavimentos en perfecta negritud, sus balizamientos bien trazados, sus fantasmas reflejantes que marcan carriles.

Calakmul, da un último regalo luminoso, instantáneo como los relámpagos de la víspera, estremecedor: al entrar a una curva, el vehículo dobla y se encuentra por tres segundos con una pantera moteada, que sólo mueve la gran cabeza para observar el auto, mientras acelera su raudo cruce hacia el sur de la selva.

Tras la epifanía, el regreso a los dominios efímeros del hombre.


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Carreteras, el gran desafío




La conservación biológica de Calakmul se debió a su poca población, la cual derivaba de agua escasa e inaccesibilidad geográfica. Pero en los años 60 del siglo XX, la historia dio un giro al abrirse la carretera que conecta a Xpujil, la cabecera municipal, con Escárcega al poniente y Chetumal al oriente, además de obras hidráulicas que asentaron pueblos y los permitieron crecer en medio del clima tórrido.

En los último años, una nueva vuelta de tuerca: si bien, la reserva de la biosfera federal y las dos reservas estatales extienden un sistema de protección sobre más de un millón de hectáreas, la ampliación y mejora de la infraestructura genera alarma entre los ambientalistas: es el caso de la ampliación de la carretera Xpujil-Escárcega, de siete a doce metros, sin pasos de fauna, y de la ampliación del tendido eléctrico paralelo, que potencializa las posibilidades de los esquemas de colonización agresivos que registra la historia mexicana del último medio siglo.

El informe “Análisis ambiental y económico de proyectos carreteros en la Selva Maya, un estudio a escala regional”, publicado en 2007 por los investigadores Dalia Amor Conde, Irene Burgués, Leonardo C. Fleck, Carlos Manterola y John Reid, de Duke University, Conservación Estratégica CSF y Unidos para la Conservación AC, destaca el alto impacto de este proceso, si bien, se logró reducir al convencer a la Comisión Federal de Electricidad de no abrir la servidumbre de su tendido de alta tensión un kilómetro al norte de la ruta carretera, sobre la selva.

“Las carreteras afectan de forma directa la vida silvestre, ya que incrementan la mortalidad de las especies con alta movilidad y promueven la fragmentación del hábitat. A mediano plazo, esos efectos pueden desembocar en la pérdida de hábitat, el aumento del efecto de borde y un incremento en la accesibilidad a los bosques para actividades extractivas”, destacan en la página 35 del documento.

La ampliación de la carretera Escárcega-Xpujil “afectará la conectividad para varias especies debido a: 1) el aumento en el tránsito diario promedio anual, el cual se estima entre 1,887 y 2,170 vehículos; 2) de una carretera tipo C cambiará una carretera tipo A-2, lo que permitirá el aumento en la velocidad hasta 110 kilómetros por hora; y 3) la ampliación de la carretera de 7 a 12 metros. Es altamente probable que la mortalidad de especies aumente por atropello, y que la conectividad disminuya debido al tráfico. Esto es alarmante debido a que esta carretera divide la reserva de la Biosfera de Calakmul y a la reserva estatal Balam-kú en dos, por lo que el objetivos del CBM [Corredor Biológico Mesoamericano] de mantener la conectividad de los parches de selva conservados del norte de la península con los del sur se verán severamente afectados” (pág 52).

Las estimaciones de la deforestación que ha sido ocasionada por esta obra, según los expertos, van de 16,972 hectáreas para 2015, y un acumulado de 47,488 ha perdidas en 2030, aunque se evitó deforestación por más de 41 mil ha que ocasionaría el tendido eléctrico un kilómetro al norte.

Esta ampliación ya es una realidad, así como sus consecuencias: la muerte de animales silvestres se exhibe de forma cotidiana sobre el amplio asfaltado, mientras los pueblos comunicados siguen en crecimiento.

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Amenazadas, 311 mil ha de selvas

La Selva Maya que comparten México, Guatemala y Belice, con casi 13 por ciento de la biodiversidad mundial (incluye Chiapas), podría ver acelerados sus procesos de destrucción con la construcción de una amplia red de carreteras por sus gobiernos nacionales.

Los corredores a desarrollar son Caobas-Tikal, San Andrés-Mirador, Mirador-Calakmul, Uaxactún-Mirador, Yaxhá-Nakum-Naranjo, Melchor de Mencos-Arroyo Negro, Lamanai -frontera con Guatemala, El Ceibo-El Naranjo, y Escárcega-Xpujil.

“Si todos los proyectos mencionados son implementados en la región, se deforestarían alrededor de 311,170 hectáreas de selva en los próximos 30 años. Esto causaría la liberación de por lo menos 225 millones de toneladas de dióxido de carbono, que implicarían un costo global ambiental de por lo menos US$ 136 millones (valor presente)”, dice el informe.

Esto “incrementará la vulnerabilidad del ecosistema ante incendios y huracanes. Aumentarán presiones antropogénicas como la toma de tierras dentro de áreas protegidas, la tala irregular de madera y el contrabando ilegal de flora y fauna”, además de la formidable barrera para la movilidad que significa para muchas especies una carretera convencional.

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Madera para una economía precaria




Los mayas descendientes de los rebeldes del siglo XIX, hoy levantan en las selvas de Quintana Roo un modelo económico que les permita conservar su apego a la milpa y las tradiciones, al tiempo que acceden al desarrollo.

Son la variada flora y fauna locales la materia prima de cambio. Sus bosques tropicales, situados entre dos enormes áreas naturales federales: Sian Kaan al oriente, Calakmul al oeste, son un gran corredor biológico, pero los aborígenes se niegan a aceptar una reserva protegida en sus ricas florestas, que a su juicio pasarían a ser controladas por la burocracia ambiental; como en otros sitios del país, confían en que los usos comunitarios mantengan la integridad de los ecosistemas y le permitan un mejor futuro.

Los 20 ejidos integrados a la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya emergen de la antaño próspera economía de la fabricación de durmientes, que les permitió establecer una base organizativa regional que mejora sus oportunidades en un entorno competido, ahora que entran en los aprovechamientos forestales.

“El durmiente nos hizo ver que esta región tiene una alta capacidad productiva, y de las principales fortalezas que dejó fue una organización para la producción, y sin intermediarios; a diferencia de la madera en rollo, el durmiente trabajó con créditos bancarios, porque Ferrocarriles Nacionales nunca daba anticipos, pagaba la madera al recibirla en sus centros de concentración; se hicieron organizados y administrados, en esa época la gente compraba camiones, reparaba escuelas, ponía canchas, pagaba la instalación de la luz porque había dinero”, explican Victoria Santos Jiménez y Rosa Ledezma Santos, directivas de la organización.

Es sabido que esa economía cerró prácticamente en 1998, con la privatización de Ferronales, pero de forma gradual, se ha ido accediendo al libre mercado. Por un lado, los campesinos se convencieron de la pertinencia de adquirir la tecnología de los microaserraderos y ahora están en la etapa de aprendizaje de ese sistema.

Uno de los problemas más serios fue el paso del huracán Dean, en 2007, pues el gobierno suspendió en su mayor parte los aprovechamientos que estaban debidamente autorizados como efecto de la contingencia, lo que propició por un lado un escaso aprovechamiento de maderas muertas y su conversión en combustible para incendios, pero además, dañó el proceso de cambio. “En lugar de reajustar los programas de manejo prefirieron imponer el acto de autoridad”, señala Rosa Ledezma.

No obstante, sigue la transformación. “El microaserradero sirve para el ejido más chico y para el más grande, porque es por módulos y te permite caminar por pasos; si eres un ejido grande y necesitas 20 módulos, puedes empezar por cuatro, luego sumas cuatro hasta completarlo; nuestra experiencia de los años 70 con el durmiente es clave, porque nadie le da a un ejido un crédito por cuatro millones de pesos para un aserradero tradicional, pero puedes obtener 300 mil o 400 mil para ir comprando módulos del microaserradero portátil, que además tiene menos impacto ambiental”, observa Victoria Santos.

Los 20 ejidos por año tienen posibilidad de producir hasta 400 mil metros cúbicos de madera, una gran potencia forestal nacional si se llega a cuajar el sistema (Jalisco completo apenas da ese volumen), sin afectar existencias ni procesos de la naturaleza, asegura.

Uno de los ejidos con mejor organización y que lograron mantener su aprovechamiento pese a Dean es Betania. Don Pedro Celestino, presidente ejidal, destaca que de 11,030 hectáreas, tres mil ha se dedican a conservación, unas 45 ha son para agricultura de autoconsumo, y el resto de aprovecha de forma ordenada, sobre la base de 20 especies, tanto madera como “palizada”, que son árboles delgados muy usados para construcciones en la industria hotelera.

“Los compañeros estamos metidos en el trabajo, aprender para producir sin dañar al bosque, y además hacer otras cosas, como el ecoturismo; ese es el camino que hemos marcado”, puntualiza.

Un oficio que agoniza



Epifanio Borges Montoy • Chiclero de las selvas mayas

•En privado

Calakmul, Campeche. Agustín del Castillo, enviado. MILENIO-JALISCO. Edición del 18 de septiembre de 2011. Este proyecto de investigación fue ganador de una beca de Fundación AVINA en la emisión 2008-2009. FOTOGRAFÍAS: MARCO A. VARGAS


Un oficio en vías de desaparecer en el México tropical es el del chiclero. Son los recolectores de la resina de un árbol llamado Chicozapote o Zapote Blanco, que tuvo alta demanda mundial porque el chicle o goma de mascar se producía con ese material. Los chicleros fueron, parafraseando a Joseph Conrad, “una avanzada del progreso”, entendido como la conquista y transformación humana de los parajes más salvajes y remotos que le quedaban al país hace más de medio siglo.

La historia de Epifanio Borges Montoy tiene retazos de epifanía, pecado y expiación. Vio como pocos humanos los esplendores de la selva maya que se extendía inmensa entre las majestuosas, y hasta hace poco, olvidadas ruinas mayas de Calakmul, y hacia el sur, más allá de las fronteras nacionales con Guatemala y Belice. En su oficio, holló esas remotas florestas acompañado de muchos recolectores; detrás de ellos venían los constructores de caminos y los talamontes, oficios que tampoco le fueron ajenos.

Nació en el municipio de Hopelchén, “llegué a esta zona en 1955, con trece años de edad. Vine con mis tíos, uno era el capataz, y con mi padrastro, y al final mi mamá, que era cocinera; en la Central Chiclera de Altamira estuvimos acampamentados, fue el año en que llegó el huracán Janet a Chetumal”.

El meteoro arrasó con el entonces pequeño pueblo costero de once mil almas que era capital del territorio de Quintana Roo, y le pegó a la selva. Y como hubo presupuesto público para rehabilitar camino y extraer maderas muertas, la desgracia de unos fue ingresos extra para los esforzados chicleros

La extracción de resina era actividad principal, pero la madera la aprovechaban en las secas. “Sólo era madera preciosa, el durmiente se manejaba en al zona de Escárcega, por ahí pasaba el ferrocarril…”.

El trabajo de los chicleros era realmente de exploración y constituyeron los primeros asentamientos humanos en siglos en algunas zonas de la selva. “Contrataban a la gente y se la traían aquí en avioneta; se formaban grupos de 20 a 25 personas, con dos cocineras, y los transportaban a parajes para formar sus campamentos; en tres a cuatro días tenía uno que hacer su champa [tienda] de guano, de palma, y se armaba todo y empezaba uno a trabajar; en ese campamento duraba uno tres o cuatro meses, o según se fuera alejando el trabajador, se abría otro campamento…”.

La resina del chicozapote es “un látex blanco”; el chiclero le hace cortes finos con machete e introduce la resina líquida en sacos de dos y medios kilos, que luego fríe para “acosturarlo”.

Sólo si hay mucho descuido se mata al árbol. Un chicozapote aprovechado vuelve a ser visitado a los siete años. “En esos tiempos había de 600 a 700 chicleros en toda la geografía de Quintana Roo, Guatemala, y Belice”, pero hace dos décadas, las resinas artificiales redujeron drásticamente la demanda mundial. Don Epifanio, de 67 años, ya vio pasar sus mejores años, y hoy apoya labores de conservación en la reserva de la biosfera de Calakmul, donde evita que se corten árboles o se colonicen parajes valiosos para la vida silvestre.

El oficio de chiclero se extingue más rápido que las aún enormes pero alteradas florestas tropicales de México y Centroamérica.

Día de la Independencia

Crónica: Desfile



La lluvia, el cansancio de una ciudad que castiga a quienes la transitan y fantasmas más oscuros no impidieron la vistosidad tradicional de los contingentes escolares, policiales y de rescatistas

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 17 de septiembre de 2011

Tras la noche de los últimamente parcos festejos del cumpleaños de don Porfirio Díaz, transformados en el “grito de Dolores” por la mercadotecnia revolucionaria, unos 20 mil tapatíos acuden la gris y húmeda mañana del 16 de septiembre a la avenida homónima para festejar el Día de la Independencia, que algún sarcástico señala como “Independence day” cuando los ruidosos helicópteros Bell 214 de la Policía Federal Preventiva, de tecnología estadounidense, irrumpen sobre las calles y alteran la atención de los ciudadanos de su fascinación por el espectáculo marcial.

La lluvia, el hartazgo por el caos vial, y los temores propios de tiempos de violencia masiva, son factores que han ahuyentado a muchos de los habituales asistentes al acto cívico, 201 años después del verdadero comienzo de la gesta independentista, en cuya primera etapa, Guadalajara y Jalisco tuvieron papeles protagónicos.

Lo del chubasco pocos lo esperaban, tras muchas jornadas de calor y sequía. Poco antes del amanecer cayó una fuerte tormenta eléctrica que se prolongó por casi tres horas en algunos puntos de la ciudad, e incitó a muchos habitantes a permanecer en casa. Los registros más altos de la Comisión Nacional del Agua marcaron a las siete de la mañana 9 milímetros en la estación de Colomos, pero quién niega la majestad inhibitoria de rayos y centellas.

Así, el Centro, alrededor de las 10:00 am, luce con gente sobre el eje 16 de Septiembre-Alcalde, pero medianamente activo fuera de esa zona, con muchos locales cerrados, aunque presencia nutrida de ambulantaje y de policías municipales, que ya han cerrado los accesos viales.

En la zona del paso de los contingentes, llena de curiosos, no se impide el libre tránsito sobre las banquetas. “A mí me parece que esta vez muchos no quisieron venir, siempre pasa cuando llueve tanto”, comenta don Epifanio Pérez, vecino de Analco que acude con sus nietos a admirar policías, bomberos, agentes de Protección Civil, escuelas privadas militarizadas, policías federales y elementos de la Procuraduría de Justicia del estado, que —dicen— nunca habían puesto pie en algún desfile; serán cosas de imagen y popularidad.

Los tapatíos se ven contentos, toman fotografías y video: banderas nacionales, efigies guadalupanas, estandartes olvidados, vehículos nuevos y no tanto, uniformes coloridos, gestos adustos y graves que simulan la Vemoción patria.

“Se ven muy guapos con esos uniformes y además, se trata de defender nuestro país de sus enemigos, y les debemos dar un aliento”, comenta la profesora Martha Alcantar: “Estamos los mexicanos cansados de no poder salir a las calles, por eso debemos venir, a decirles a los delincuentes que somos más”, dice con voz alzada, casi en arenga; otros asistentes la ven de reojo, asombrados de la ardiente catilinaria.

¿Quién inventó los desfiles? Grecia, o Roma, o los guerreros, o las naciones donde el pueblo debía ser deslumbrado con pruebas de que la renuncia a la libertad individual vale la pena ante el orden, la disciplina y la mano vigorosa que preserva el pacto social. A fin de cuentas, es un rito balsámico para recuperar una sensación de seguridad, hoy perdida.

Campo vs ciudad, la guerra por el agua



Una querella que las ciudades sólo ganan en el corto plazo. La concentración de poder en las urbes lleva a colapsos ambientales: experto. También contribuye la acumulación de representación, dice investigador del ITESO. Pero a la larga, la destrucción de los recursos naturales las hace perdedoras

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 12 de septiembre de 2012

No hace falta cristalizar una escena de la saga cinematográfica Mad Max o más recientemente, Quantum (del agente 007), para asistir a una guerra por el agua. En esta región del país ya se han vivido fuertes tensiones que conducen a ella. Y aún sin fusiles y disparos, las áreas rurales de El Bajío y de Los Altos mantienen hostilidades con las zonas metropolitanas de Guadalajara y León. En desventaja.

Esto piensa el investigador del ITESO, Rodrigo Flores Elizondo, quien ha dedicado buena parte de su trabajo de los últimos años a documentar la disputa por los recursos. Dada la circunstancia política y social tendiente a la urbanización, son las ciudades las llamadas a ganar, en el corto plazo, este tipo de disputas, como sucedió en el caso de la cuenca Lerma y está a punto de resolverse con la controversia de mil habitantes alteños contra el proyecto El Zapotillo.

“Lo que estamos viendo ahorita es la ciudad contra el campo, y esto es algo como de la Edad Media, pero al revés: el campo tenía todas las posibilidades de desarrollarse frente a las pequeñas ciudades, que después empiezan a crecer [...] siglos después, ves que las urbes prosperaron demasiado y ahora le quitan los recursos al campo; en México lo que tenemos es que las ciudades tienen agua subterránea y de repente empiezan a necesitar agua superficial, y a absorber los recursos que serían para el campo y para los ecosistemas, y en consecuencia, lo que hacen los del campo es tomar el agua más fácil, la que nadie les va a reclamar, no otro distrito de riego sino de los ecosistemas también, o usar el agua negra de las ciudades”, subraya en entrevista con MILENIO JALISCO.

Esta historia “la podemos ver reeditada en la crisis que hubo del agua aquí en Guadalajara contra el campo de Guanajuato, a fines del siglo XX; tenemos esa sequía reflejada en el bajo nivel del lago de Chapala, y empiezan a entrar varios agentes para gestionar el problema; logran firmar ese acuerdo de la distribución de aguas superficiales en el 2004 y el resultado es que todos dicen que fue un ganar, ganar, pero los agricultores siguen inconformes; y lo que sucedió es que ellos se oponían a los trasvases y el acuerdo los hizo ley[...]”.

—¿Eso es un triunfo de la ciudad?

—Sí, el resultado de la política optima conjunta es que gana la ciudad [...] hay un análisis político que dice que no es nada más que sea la ciudad más capaz o más eficiente para usar el agua; siempre hay un línea política que da muchas luces utilizando la metodología del agente, de las necesidades del agente, y el enfoque de la construcción social del medio ambiente, y así uno puede empezar a sumar agentes para ver cómo construyen nuestra visión del medio ambiente...

Lo que está detrás de esta aproximación “es que la naturaleza ahí está, los árboles, el agua, pero las forma en que las sociedades humanas se relacionan con ella, se apropian de una parte sí y otra no, cuál explotamos, quién se queda con la ganancia, quién paga los costos, todas son construcciones sociales, no están dadas por la naturaleza; qué agentes están involucrados, cuáles tienen más capacidad que otros para hacer un cambio, cuáles sufren más los costos”.

Todo esto integra los análisis de la construcción social del medio ambiente, “para empezar a seguir esas líneas políticas que nos preocupan de la ciudad al campo, y en este episodio del lago de Chapala a principios de siglo podemos involucrar a los gobernadores, primero a los ambientalistas que son los que estaban haciendo ruido a fines del siglo XX y a los agricultores, que son los que empiezan a sentir castigadas sus concesiones de agua, pero luego empiezan a entrar los políticos, que definen el rumbo a favor de la ciudad.

—¿Estas guerras está el campo condenado a siempre perder?

—Va a perderlas porque las ciudades concentran el poder político y los votos [...] pero la ciudad contra el campo será finalmente una derrota para la ciudad, porque es insustentable un conglomerado de tantos millones de habitantes, lo mejor seria que hubieran varios desarrollos medianos, equilibrando el uso de los ecosistemas locales.

—O sea, el triunfo inmediato es de la ciudad por su poder político, pero a la larga la ciudad sacrifica sus propias bases...

—Es correcto, vamos a extrañar la vida del campo, porque la vamos degenerando, la vamos destruyendo; se dice que en Temacapulín, Acasico y Palmarejo no juntas mil personas, pero por qué mandar agua para las zonas metropolitanas cuando puedes desarrollar Lagos de Moreno y generar menos problemas. Es por eso una visión más cercana a la lógica inmediata de lo político.
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