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miércoles, 1 de agosto de 2018

Zona de amortiguamiento de La Primavera, lucha sin frutos


Colectivos e investigadores sostienen que el bosque tendrá futuro sólo si se establece ese cordón que diluya la depredación urbana.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

La más larga y por ahora, poco fructífera lucha de los ecologistas, en el caso del bosque La Primavera, ha sido establecer una zona de amortiguamiento de la que no se le dotó con el decreto “mocho” de 1980. Fue pionero en esa lucha la asociación civil ProHábitat, que presidía María Casparius, junto con el Colectivo Ecologista, de Mayte Cortés y Jorge Gastón, así como otras instancias de amigos del bosque, lideradas por María del Rayo Calderón y por Jaime Eloy Barajas.

Quien la estuvo a punto de culminar, como funcionario público, fue el investigador de la UdeG, Miguel Magaña Virgen, pero el gobierno de Francisco Ramírez Acuña echó atrás la posibilidad aunque se le había entregado de su predecesor, un documento debidamente integrado. Ahora lo empuja de nueva cuenta el colectivo Anillo Primavera, conformado con investigadores y estudiantes del Iteso, quienes operan desde el comité ciudadano del organismo público descentralizado del área natural protegida.

Posiblemente el único fruto concreto, generado con propósitos más específicos, ha sido el decreto de zona de restauración del Cerro del Tajo, establecido por vecinos y el gobierno estatal apenas en enero pasado, con la expresa intención de contener la urbanización acelerada de esa montaña enclavada al sureste del bosque; la vida y las posibilidades de ese decreto se debaten ahora en los juzgados federales, y establecerán si se trata de una herramienta sólida que pueda rescatar las zonas del bosque que fueron entregadas a la especulación tras recortarse el polígono, de 40 mil hectáreas a 30,500 ha (hoy con menos de 30 mil ha, por el amparo de Santa Ana Tepetitlán).

Pero la solución integral sigue sin llegar. René Solinís Noyola, sobreviviente de Prohábitat, no es muy optimista.

“Estuvimos tratando de hacer un área de amortiguamiento y los dueños de los predios, particulares, nunca quisieron; entonces decían que había que hacer la zona de amortiguamiento adentro de la zona protegida, lo cual era una vacilada; hubo muchas gestiones y pláticas con los directores, con Salvador Mayorga, con José Luis Gámez, pero no aterrizó nada, pero en contra de esos intereses no se pudo”, explica a MILENIO JALISCO.

- ¿Considera que fracasamos como sociedad al no haber sacado adelante esto?

- Yo creo que ha habido más que nada intenciones del gobierno de tratar de hacer algo, pero, no ha podido, por un lado; por otro lado ya nos hicimos viejos y los jóvenes no lo agarran ya, como deben ser las cosas, no le hemos podido poner reglas […] la mancha urbana en esos años apenas era de un tamaño similar al bosque, pero ahora, la ciudad ha crecido demasiado, y ya está por todos lados, más de tres veces, y si a eso juntas que los parques públicos cada vez son menos, y que muchos son rematados el mejor postor, pues a la ciudad no le puede ir bien”. A su juicio, la pasada campaña política es fiel reflejo de la desorientación de la sociedad, pues si bien se afrontan temas serios como la inseguridad y la corrupción, la crisis ambiental generó pocas líneas, evidenciando una fuerte desinformación.

ProHábitat se conformó en 1972, y sus escrituras fueron protocolizadas en 1973.La lucha inicial fue por el patrimonio arquitectónico y cultural, pero después se sumó a la lucha ambiental, y puso dos temas en la agenda de prioridades: los casos de La Primavera y del lago de Chapala. Hoy ya apenas tiene protagonismo, pero en realidad el tema no ha dejado de tocarse.

Magaña Virgen, quien como director general en la Comisión Estatal de Ecología, hoy Semadet, empujó una propuesta de zona de amortiguamiento, señala: “la intención era proteger, era detener el empuje del desarrollo urbano, y seguimos todas las instancias técnicas, pero al llegar a la toma de decisión, no se pudo, y seguimos viviendo bajo esa consecuencia”, sostiene.

El relevo lo ha tomado, de forma clara, Anillo Primavera. En el diagnóstico estratégico elaborado en 2016 por el propio OPD, sus integrantes, sumados a otras organizaciones civiles del comité ciudadano del bosque, hicieron las siguientes observaciones: “históricamente el área metropolitana de Guadalajara ha borrado al bosque de sus planes de ordenamiento territorial. Hay un mal entendimiento de la responsabilidad municipal hacia La Primavera […] en este sentido, los planes parciales de cada ayuntamiento tendrán que entender y salvaguardar la fragilidad ambiental del bosque al interior del polígono protegido, tanto como al exterior considerando una zona de amortiguamiento y transición. Para ello, se tendrán que renovar los instrumentos de ordenación ecológico territoriales con escalas adecuadas para entender la problemática del bosque y su relación con la ciudad. Asimismo, se tendrá que empezar a gestionar el territorio desde una visión de cuenca, esto especialmente para la protección y gestión del agua de la zona, que representa 35 por ciento del consumo en la ciudad”.

Añadieron: “El desarrollo urbano –bien o mal planificado- genera grandes impactos en los ecosistemas en los que se inserta, de ahí que la aplicación de la normativa en cuanto a ordenamientos territoriales resulte fundamental. No obstante, el crecimiento de la metrópoli se ha dado de forma más bien desordenada, en parte porque los planes parciales de las localidades no son compatibles con el plan de conservación del área, aunque también porque no existe un programa de ordenamiento territorial con un enfoque metropolitano”.

Sin embargo, mencionan que “es difícil sostener el diálogo con los ayuntamientos ya que éstos no mandan a sus representantes directos a las juntas de gobierno, sino que envían suplentes quienes permanecen concentrados en sus teléfonos celulares la mayor parte de las juntas”.

La zona de amortiguamiento es la que permite vertebrar los corredores biológicos. “De forma importante se considera que el tema de la conectividad es central, ya que si la reserva se estrangula no se va a poder llegar a hacer mucho”, concluyen. Ese es el temor: que no haya voluntad política para afectar a los dueños de grandes superficies con destino inmobiliario, de parques industriales o de infraestructura. Sería la muerte para La Primavera, al menos, como espacio de vida salvaje

Los ejidos, los once aliados desconfiados

Con la salvedad de Santa Ana Tepetitlán, los ejidos de La Primavera no han combatido la protección de la sierra, pero son aliados incómodos o adversarios del modo en que se ha llevado la gestión desde 1980. Especialmente a partir de 2014, con la conformación del organismo público descentralizado, han acudido a los tribunales a impugnar lo que consideran una escasa representación, aunque al tiempo, colaboran con el OPD en diversas acciones de prevención y restauración.

“De entrada, existe una clara noción entre los ejidatarios sobre los numerosos beneficios que el bosque aporta a la sociedad: oxígeno, agua, captura de carbono para la calidad del aire, y que es en este sentido, funciona el espíritu de la lógica de pago por servicios ambientales”. En San Agustín, municipio de Tlajomulco, “tienen claro que se necesita ordenar el crecimiento, delimitar el área de protección del bosque y, sobre todo, hacerlo valer. El problema, en su opinión, es que el ayuntamiento da luz verde a los desarrolladores para ganar votos, sobre todo en periodos de elecciones. Además, comentan que dentro de los ordenamientos del territorio los ejidos no tienen facultad de cambiar de uso de suelo. Sí hay un lineamiento ecológico que les dicta qué requerimientos necesitan cumplir, pero la administración se coludió y dio la autorización de palabra. Ellos mismos autorizaron desarrollos habitacionales que colindan con las parcelas del ejido, y esos terrenos explotados están llenos de escombro. Esto hace que los fraccionamientos se quejan pensando que son los ejidatarios. Al respecto, se cita un caso de indefinición de una propiedad llamada Villa Felicidad en la zona poniente”.

Estos son conclusiones de una consulta que se les hizo para el diagnóstico estratégico de La Primavera, de 2016. En ese entonces, San Agustín se sentó como único representante ejidal en la junta de gobierno, pues también era la excepción en la andanada de amparos contra ese nuevo esquema de organización y gestión del área natural protegida.

“Existe una fuerte problemática de invasión a ejidos y predios privados al interior del bosque. Los ejidatarios externan su inconformidad con los fraccionamientos que están dentro del bosque y que, a pesar de ser irregulares, no han sido frenados. Un ejemplo de ellos es el fraccionamiento Esmeralda, cuyos desarrolladores vendieron parcela y tomaron posesión de parte del bosque. Otro ejemplos es el fraccionamiento Los Robles. Otro problema que reportan los ejidatarios de Tala y Huaxtla son los terrenos de uso común donde han empezado a aparecer asentamientos irregulares. Los invasores son los mismos ejidatarios que están parcelando las propiedades de uso común, sin embargo el comisariado ha preferido no intervenir para no generar conflictos. La gente se está adueñando de tierras que no son suyas. Hasta ahora sólo se identifican cinco casos donde incluso se ha querido vender la tierra a terceros, pero el comisariado no lo ha permitido. El problema es que los habitantes no entienden que el uso común es sólo un derecho”, añade el documento.

En los ejidos “también han tenido un fuerte problema con los desarrollos inmobiliarios irregulares. En Huaxtla se reporta que los desarrollos se están metiendo a los ejidos gracias a los ayuntamientos que están dando permisos para fraccionar. En San Agustín, los fraccionamientos pegados a la Primavera también están afectando pues tiran sus aguas negras al arroyo y hay tiraderos de basura”.

Por otro lado, Tala ha crecido sin control “pues el ayuntamiento ha hecho acuerdos con desarrolladores inmobiliarios para construir fraccionamientos y cotos. Para ellos es un problema y lo consideran una injusticia, especialmente porque si una empresa quiere instalarse en la zona el ayuntamiento obstaculiza el proceso a pesar de tener todo en regla –y a pesar de la generación de empleos que esto significaría-, pero si se trata de un desarrollo inmobiliario no sucede así”.

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Claves 

Los ejidos de La Primavera 

San Juan de Ocotán Lázaro Cárdenas

La Venta del Astillero

La Primavera

Huaxtla

El Colli

Santa Ana Tepetitlán

Tala

Huaxtla

San Agustín López Mateos

martes, 31 de julio de 2018

Sigue el desorden con bancos de materiales en La Primavera


43 extracciones en torno al ANP, algunas de las cuales son clandestinas y “muerden” el polígono, constituyen un reto de control no cumplido.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

La actividad minera a cielo abierto más agresiva que se realiza en los alrededores del bosque La Primavera, la antigua zona de amortiguamiento que jamás fue reconocida por gobiernos locales y federales, es la de los bancos de material geológico para la construcción. Los datos más actualizados señalan 43 extracciones enclavadas en torno a las montañas protegidas, e incluso hasta 2015, cinco de estas tenían problemas de invasión del polígono protegido. 

El expansionista mercado inmobiliario de Guadalajara, que ha duplicado el tamaño de la ciudad en menos de 20 años, ha sido el cliente seguro y persistente de los “areneros”. Ese mismo espacio de tiempo ha sido en el que se ha pretendido aplicar legislación estatal –este tipo de bancos son regulados por la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente- tanto por entidades del gobierno del estado como de los ayuntamientos involucrados. Y el historial es de éxitos y fracasos, como reconoce el director de gestión ambiental, cambio climático y sustentabilidad del Ayuntamiento de Tlajomulco, Miguel León Corrales.

Es la parte sur del bosque, en territorio de ese municipio, y en el poniente, en el vecino de Tala, donde se dan las mayores explotaciones de arena. León Corrales destaca que en 2015 reinaba una anarquía en el tema.

“En la zona de La Primavera había diez bancos, pero solamente dos estaban regulares; hemos logrado regularizar el resto, pero tres que no tenían ningún permiso, y que han sido reiteradamente clausurados, cuando hay requerimiento de materiales entran en acción, son reabiertos y no son frenados; son los bancos Hermano Sol, Los Carnalitos y Pontevedra, la clausura se viola, y no sabemos por qué, la Fiscalía Ambiental de Tlajomulco no ha intervenido, si le hemos dado todos los elementos. Es obvio que reabrir un banco clausurado es constitutivo de delito”, señala a MILENIO JALISCO.

En la elaboración del diagnóstico sobre el área natural protegida, se consultó con ejidatarios de San Agustín, pues ese núcleo agrario es el propietario de la zona de La Cuchilla, donde inciden la mayor parte de las explotaciones. “Sobre los bancos de material, los ejidatarios de San Agustín explican que las autoridades los autorizaron de palabra y se salieron de control pues perforaron muy hondo y hay demasiado escombro. Siguen sacando material por las noches. A pesar de esta situación, los ejidatarios afirman no tener una mala relación con aquellos que sacan material pues ambas partes están conscientes que fue el Ayuntamiento quien provocó este desorden”, señala el informe final de ese trabajo (Diagnóstico estratégico para la gestión del bosque La Primavera, 2016).

El investigador de la Universidad de Guadalajara, y ex responsable de impacto ambiental y de gestión en la dependencia que pasó de llamarse Comisión Estatal de Ecología a Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semades, hoy Semadet), Miguel Magaña Virgen, conoce a fondo el problema.

“En la cuestión del suelo del bosque, es muy deleznable, lo cual quiere decir que es muy frágil, que fácilmente se desmorona, es de jal, de arena volcánica; cuando extraes material geológico no sólo afectas áreas de flora y fauna, sino que afectas al mismo suelo, que es lo más importante, ya que si no hay suelo no tenemos nada […] ante esas evidencias, sacamos en los años 90 todos los bancos de material de adentro del área natural protegida; de ahí surgió la gestión ordenada de los bancos de material, los regulamos, fueron las primeras unidades que presentaron estudios de impacto ambiental en la historia del estado, en lo que era la Coese […] lo que hicimos fue proteger el suelo, las condicionantes eran que ese suelo retirado fuera regresado; de ahí nació el desarrollo sustentable de los recursos geológicos: podías sacar el material geológico, sin dañar la propiedad, y más porque el suelo regresaba a su lugar de origen”, refiere el académico del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias

Pero ese esfuerzo se perdió con el paso de los años, añade. La secretaría en la actualidad ejerce poco control, pues los municipios lo han asumido y hay resultados variables, normalmente malos.

“Pudimos sacar adelante una norma ambiental estatal en de bancos de material, donde ya se dice cómo se debe explotar, y establece que las dependencias vigilaran el cumplimiento, pero qué tenemos ahorita: si te das una vuelta por lo que es la carretera a Nogales [prolongación avenida Vallarta], por donde está el CUCBA, enfrente del bosque, verás los grande paredones que evidentemente están fuera de norma; hay paredones de 25 metros en los que no están respetando nada, donde jamás se ha presentado un inspector, y el terreno queda expuestos a un desprendimiento, a un deslizamiento, y es a la vista de todo mundo, no están escondidos, están por la carretera”, agrega.

A su juicio, el control se perdió en las confusiones burocráticas sobre las competencias. “Se dio la situación donde había confusiones; se decía que la ley en los artículos transitorios señalaba que le correspondía por tantos meses al municipio, hasta que tuviera su Dirección de Ecología; los municipios tuvieron sus direcciones y se estaban echando la bolita; pero además, en la secretaría se hicieron de los estudios de impacto ambiental, un proceso administrativo y ya no técnico, así que me parece que los bancos de material y la estructura para extraer material geológico está prácticamente igual que antes de que la interviniéramos”.

Por alguna razón, “tanto a la secretaría como a los municipios dejó de interesarles el tema desde el punto de vista ambiental; hay un interés administrativo y hay una serie de abusos, empleados que tienen por fuera sus consultorías y ayudan a los banqueros a arreglar los permisos administrativamente, para que salgan aprobados”.

La intención original “era de detener el empuje de la zona urbana; hoy, yo no sé si siga habiendo extracción de material geológico de forma clandestina en el bosque, pero el problema no es solo La Primavera, sino que en esa área de amortiguamiento, que está externa al área protegida; quedarse sin suelo, implica no vegetación, no fauna, cambio en el microclima, y entonces están generando una cantidad importante de polvos, que vienen a aumentar las lecturas, los pocos monitoreos que hacen, de partículas suspendidas totales; las zonas están siendo explotadas y abandonadas sin el cuidado, y les quitan un suelo que va a tardar mínimo 300 o 400 años en regresar, es decir, ni siquiera queda para un uso de suelo urbano, y todo eso es muy grave…”.

León Corrales reconoce que ese panorama desolador se encontró cuando asumió el cargo en 2015, y que salvo por los meses que estuvo fuera, se había alcanzado un alto nivel de control.

 “Solamente dos bancos estaban regulares en 2015, con sus licencias actualizadas, así que nos dimos a la tarea de buscar ordenar esto; cuatro bancos que eran irregulares pasaron a ser regulares, y cuál es la ventaja, tiene un dictamen de factibilidad ambiental, así que nosotros como dependencia visitamos una vez al mes los bancos de material, y si están dejando de cumplir con algunas de las condicionantes, les quitamos la factibilidad”, advierte.

El banco de Palo Blanco es el ejemplo de lo que se puede lograr con gestión integral del problema: “cumpliendo con las reglas de una abandono sustentable, hemos logrado esto Palo Blanco, que ya está abandonado, y la tierra va a quedar en condiciones de ser sembrada; una vez que eso quede bien, nosotros les vamos a regresar su fianza, porque esa es la clave de que trabajen bien, que entreguen una fianza que garantice la restitución de las condiciones del terreno”.

¿Cuál es la condición jurídica que aplica Tlajomulco? En el municipio “se tienen operando bancos de material desde la década de los setenta; el estado cede los derechos al municipio aproximadamente en el año de 1998 para regularlos”. De los bancos se extrae principalmente arena de rio, jal, tezontle, tepetate, balastre, basalto.

En 2016 se tenían, para toda la demarcación municipal, ocho bancos regulares, 20 irregulares y siete clandestinos. “Por tal motivo se canalizan los esfuerzos en disminuir esa calidad de estatus en esos bancos y se inicia con una fase de seguimiento a cada uno de ellos exhortándolos en que deben de estar al corriente con la normatividad vigente y elementos técnicos en las áreas de extracción”.

Como producto de la implementación de la estrategia, se logró en 2017 “quince bancos regularizados, cinco irregulares, cuatro clandestinos [tres al borde de La Primavera], tres que siguen inactivos por decisión propia a pesar de que tienen toda su documentación en orden, cinco que se dieron de baja por no tener o alguna otra condición, y tres bancos de material rehabilitados”, listos para reintegrarse a los procesos agrícolas.

Pero Tlajomulco no es Tala, donde la dirección del bosque registra la mayor superficie dedicada a extraer material geológico con hasta 21 explotaciones. Se calcula que 255 hectáreas conforman las extracciones totales del anillo que rodea a la sierra. En buena parte de ellos, sin garantías de que se hagan las cosas como la ley manda.

La norma ambiental estatal

La NAE-SEMADES-002/2003 establece los lineamientos, criterios y especificaciones técnicas con que se debe llevar a cabo la preparación del sitio, la operación y el abandono productivo de los bancos de material de acuerdo al material que se extrae, con la finalidad de mitigar y reducir los impactos ambientales negativos. Esto incluye criterios de seguridad, franjas de amortiguamiento, estabilización de bancales y taludes, la obligatoriedad de conservar en el predio el material de despalme (cobertura vegetal), la superficie máxima a explotar (10 hectáreas), presentar la evaluación de impacto ambiental y sus condicionantes como requisito indispensable para una autorización.

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Claves 

Cuatro acciones para regularizar bancos de materiales en Tlajomulco 

1. Proceder con los bancos de material clandestinos. “Derivado del Diagnóstico de Bancos de Materiales en el Municipio, se efectuaron las siguientes líneas de acción. Se le proporciono a la Fiscalía Ambiental, el diagnostico con la finalidad de que actuara con los bancos clandestinos, que personal de Gestión Ambiental detecto en recorridos de campo, se proporcionó un mapa en donde están ubicados todos los bancos del municipio en coordenadas UTM, con la finalidad de contar con una localización exacta”.

2. De forma inmediata, “notificarles que se pongan al corriente con sus refrendos los irregulares. Se efectuaron visitas y se les notifico de manera verbal y mediante oficio a todos los bancos irregulares de sus faltantes administrativos y en campo”.

3. Taller de capacitación dirigido a los propietarios, promotores y técnicos responsables de los bancos de material regulares con la finalidad de exhortarlos a dar cabal cumplimiento a la normatividad vigente (septiembre de 2016). “Como parte del Taller que se efectuó se acordó que personal de Gestión Ambiental, a partir de octubre del 2016, realizarían visitas mensuales a cada uno de los bancos de material con la finalidad de proporcionar asesoría y señalar las áreas de oportunidad y mejora en los bancos visitados”.

4. En la periferia de los bancos de material se promueve la reforestación con especies nativas y que de esta manera funcionen como cortinas rompevientos y proporcionen belleza escénica, en 2017 se reforestaron en la periferia de algunos bancos más de 2000 árboles.

Fuente: Dirección de Gestión Ambiental, Cambio Climático y Sustentabilidad


miércoles, 25 de julio de 2018

El Tepopote, ANP que no termina de llegar


Un estudio técnico establecía allí hace un año la primera zona de recuperación ambiental, pero Zapopan propuso un área protegida que no ha sido declarada.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El polígono del cerro de El Tepopote, enclavado al norte de la caldera volcánica de La Primavera y que geológicamente no está integrado al súper volcán, tiene un papel biológico indiscutible como amortiguador de los impactos sobre la también reserva mundial de la biosfera del programa El hombre y la biosfera de la Unesco. Pero además, por allí pasa el principal corredor de especies que le queda al bosque hacia ese punto cardinal, lo que significa un flujo constante con las sierras de Tesistán y San Esteban, y por medio de estas, a la barranca del río Santiago.

Incendiadas alrededor de mil hectáreas de sus encinares los días 1 y 2 de abril de 2017, se activó un movimiento social en Guadalajara para impedir que se den procesos de cambio de uso de suelo. Todo comenzó con la aplicación de la propia legislación federal: el artículo 117 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable establece que en cualquier superficie de bosque o selva que se queme, sea por causas dolosas, imprudenciales o accidentales, no deberá ser objeto de alguna autorización de cambio de uso de suelo. Bajo esa premisa, si un fraccionador quema un bosque para construir, en realidad atenta contra sus propios intereses.

A partir de allí, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial estableció una agenda de trabajo para construir un estudio técnico justificativo (ETJ) que permitiera consolidar un decreto de restauración similar al que se hizo para la zona de El Tajo. Pero en medio de ese proceso, el Ayuntamiento de Zapopan hizo pública su disposición de hacer de esa montaña un área natural protegida de carácter municipal.

“Fue por eso que el trabajo, que ya estaba avanzado, fue puesto a disposición de Zapopan, pues una ANP no contradice en nada las intenciones que estábamos fundamentando. Esperamos que con el proceso del Programa de Ordenamiento Ecológico local, que se está realizando, se sienten las bases, y se termine de consolidar con la revisión de los planes parciales, que será posterior”, dijo a MILENIO JALISCO el director general de Conservación y Biodiversidad de la Semadet, Antonio Ordorica Hermosillo.

Pero un año después, la declaratoria zapopana no llega. Por su parte, los intereses de urbanización siguen presentes: como propietario de 400 hectáreas, el Instituto de Pensiones de Jalisco mantiene abierta una negociación para no ver cancelados sus derechos de desarrollar un asentamiento humano en la zona. Fuentes extraoficiales señalan que ese podría ser un obstáculo que ha impedido cristalizar la promesa municipal. Lo cierto es que una etapa decisiva se da ahora con la consulta pública del Programa de Ordenamiento Ecológico de Zapopan: el texto en consulta considera como política dominante la restauración, “uso predominante área natural, uso compatible agrícola”, condicionados, la industria, la infraestructura, la minería, el turismo. Al margen de ese instrumento, el aún vigente y el plan parcial también en vigor son contradictorios (ver mapa anexo). Será necesario hacer un ajuste para armonizarlo.

La historia reciente de El Tepopte con pocas cifras: “el área de estudio presenta notorias modificaciones y pérdidas la vegetación natural por cobertura urbana, de infraestructura y sobresale el crecimiento por áreas con suelo desnudo al pasar de casi 10 por ciento en 1990, a casi 15 por ciento en 2017. Estos cambios de cobertura muestran la dinámica en un tiempo relativamente corto. Se muestra que en los últimos 27 años existe una pérdida de cobertura de Bosque, que en el año 1990 ocupaba 42.41 por ciento y pasó a tener solo el 28.8 por ciento del territorio”, es decir, 13.6 por ciento menos del polígono total, de alrededor de 1,400 ha.

“Es evidente que el principal problema en la actualidad sobre la zona han sido los incendios forestales que se han incrementado en superficie, los estudios realizados demostraron que de las zonas afectadas por incendios en 2014 y 2017, la severidad del fuego fue en mayor proporción en niveles medios y bajos, lo cual denota de conocer a mayor detalle cada una de estas zonas, ya que esto permitirá aplicar las medidas necesarias de rehabilitación, priorizando las que presenten severidad alta”, añade el ETJ.

En los últimos años “y derivado principalmente de la ocurrencia de dos grandes incendios en 2014 y 2017, el primero con una afectación de 254 ha y el segundo con 904.8 ha, se han reforzado las investigaciones de causas, por lo que se encuentran en medios electrónicos notas relacionadas con investigaciones penales para identificar posibles responsables de provocar los incendios. Visto desde la perspectiva de la prevención, el conocimiento de los agentes de perturbación de la zona permitiría fortalecer los trabajos de restauración, protección y manejo de la zona”. “Perversa”, la ausencia de la Conanp en La Primavera

La Primavera padece el efecto de malas decisiones históricas que no protegieron las 40 mil hectáreas de la caldera volcánica, en aras de negocios particulares de corto plazo, pero en lo posterior, la acción del gobierno federal tampoco es la esperada cuando es el nivel de gobierno que tutela el decreto, advierte el presidente de la Sociedad de Estadística y Geografía de Jalisco, e investigador de la UdeG, Arturo Curiel Ballesteros.

“Hay desinterés y perversión cuando una autoridad que en vez de cumplir lo que le mandata el interés público, se hace de un lado; a mí me dolió lo de Santa Ana Tepetitlán [el juicio de amparo que hizo perder entre 580 y 640 hectáreas del bosque hace diez años] porque ubica a La Primavera como un caso único a nivel nacional; no había hasta ese momento un caso donde se le quitara a un área natural protegida superficie; los mexicanos creemos que no hay nada por encima de la constitución, y que esta dicta el interés, y las áreas protegidas se basan en este principio, pero que aquí se haya permitido quitar el decreto me parece algo perverso, al igual que el cercenamiento de la superficie original no obstante que estaban cobijadas bajo el interés público; eso sólo se explica por perversidad, no hallo otra forma de decirlo”, sostiene.

Esas malas decisiones obligaban a plantear un área de amortiguamiento sobre los polígonos “descobijados”, pero se gastaron miles de horas de discusiones y nunca se llegó a nada. Hasta que llegó el decreto de área de restauración del gobernador Aristóteles Sandoval, en la zona de El Tajo.

“Me vienen dos cosas a la mente; uno de la lectura del decreto, y otro, lo que han hecho en otros lados para establecer un área de amortiguamiento. En lo segundo, lo que han hecho en la historia de las áreas protegidas, de los parques nacionales, en zonas de interés federal en Estados Unidos, ha sido muy interesante: por un lado decretan el polígono, pero decretan áreas de protección estatales a los lados, entonces se conservan valores nacionales que tienen relevancia, y se van haciendo réplicas de los decretos de protección en las áreas colindantes al área protegida principal; esa es la mejor manera en términos políticos. Cuando salió en 1989 la propuesta de un programa de manejo, era un momento muy oportuno para establecer este tipo de cosas”.

Al norte del bosque, por ejemplo, con áreas agrícolas “que uno suponía que a Zapopan le interesaba proteger, pues era famoso el método zapopano de creación de maíz que le dio mucha fama en los años cincuenta a esta área, en el contexto de producción de alimentos [la zona de Tesistán fue mucho tiempo primer lugar nacional en producción de ese grano]; eran cosas fáciles de establecer y que permitirían amortiguar la presión por el norte, pero, ¿ahora qué tenemos? Una invasión de fraccionamientos y un corte de corredores biológicos…”.

Otro punto donde todo se hizo mal es El Bajío del Arenal, donde el decreto de protección nunca llegó, y ahora los intereses se han posesionado de esa superficie, detonada por el estadio de Chivas y las Villas Panamericanas. Y finalmente, con la derrota del decreto por el amparo de Santa Ana Tepetitlán, que cercena hasta 640 hectáreas, y la Conanp promete actuar para reintegrarlas. Diez años después, la invasión hormiga de esa zona amenaza a todo el bosque, pues ninguna negociación prosperó, si es que se hizo alguna (MILENIO JALISCO, 16 y 17 de julio de 2018).

Así se llega al decreto del 28 de enero de 2018. “Todos los esfuerzos que mantengan el interés público son valiosos; me parece necesario para mantener este patrimonio de carácter natural, y manda un mensaje positivo a la sociedad: el interés público debe estar por encima del interés privado. De ahí paso a preguntarme si este decreto garantiza la efectividad de la acción; uno debe irse a la parte de mayor efectividad, y no son las formas más efectivas […] voy a decir algo políticamente incorrecto: lo que yo vi en el decreto, la justificación esencial para decretar un área con este nombre, es para una realidad que no existe; si lo proteges con esta categoría, es porque te das cuenta de los niveles de biodiversidad que hay en el bosque, son tan vastos, que hay que tener algo que detenga la presión, y dejar que el ecosistema se recupere […] cualquier persona que tenga el mínimo conocimiento de biodiversidad, debe pararse arriba del cerro de El Tajo y decir, esta realidad no es; lejos de tener problemas de biodiversidad, el bosque se las ha arreglado para mantener la vida ahí, se puede demostrar que ahí la vida es abundante, por lo tanto, la justificación de decreto no existe, entonces hace frágil su defensa legal”.

A su juicio, era mejor reconocer la biodiversidad y resaltar el interés público de conservarla. “Señores: esta zona se decreta como zona estatal de protección, por el valor que tiene en término de sus funciones, el valor de sus servicios a la población circundante, y eso es suficiente para decretarlo como área natural protegida, y sería más sólido, más permanente, hasta más correcto en término de una decisión política de estado”, concluye Curiel Ballesteros.

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Claves

Juicios de amparo contra decreto de El Tajo

513/2018, Juzgado Sexto de Distrito Fraccionadora Vistas del Valle SA. Contra el decreto DIGELAG DEC 001/2018, publicado el 28 de enero de 2018, “por el que se establece la aprobación la zona de recuperación ambiental Cerro El Tajo, con una superficie de 1,684.3 hectáreas”. Se niega suspensión definitiva. Afectada interpone queja contra suspensión. Juzgado sobresee el juicio. Afectada interpone revisión, aceptada el 11 de julio por el Tercer Tribunal Colegiado del Tercer Circuito, ahora en proceso

576/2018, Juzgado Cuarto de Distrito

Banco Invex, grupo financiero e Inmobiliaria Rincón del Palomar SA. “Contra la emisión, refrendo y promulgación por sí o por conducto de sus subordinados del decreto DIGELAG DEC 001/2018, la omisión de publicar el Programa de Recuperación Ambiental Cerro El Tajo a que se refiere el artículo quinto del decreto DIGELAG DEC 001/2018. Todas y cada una de las consecuencias de hecho y de derecho del acto reclamado […] la aplicación por primera vez- en perjuicio de las aquí quejosas, de los preceptos y ordenamiento que se indica en el inciso b) de este apartado, es decir de la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente del Estado de Jalisco, ello en el decreto DIGELAG DEC 001/2018 […] que viene a restringir los derechos de uso, goce y propiedad de la superficie inmobiliaria y derechos que estas quejosas ostentan en términos del capítulo de hechos de esta demanda”. Demanda en fase de ampliación

540/2018-4, Juzgado Noveno de Distrito

Ejido San Agustín, de Tlajomulco de Zúñiga. “contra el decreto DIGELAG DEC 001/2018 por el que se establece la aprobación la zona de recuperación ambiental Cerro El Tajo”. Se concede suspensión de plano “para el efecto de que las autoridades responsables se abstengan de realizar algún acto que tenga por efecto privar total o parcialmente, de forma temporal o definitiva, de los bienes agrarios". Quejas interpuestas por Semadet y Unión de Colonos de la Puerta Sur AC se declaran “infundadas”. Juicio en proceso

542/2018. Juzgado Sexto de Distrito

Estructuras Residenciales SA de CV. Contra el “programa de recuperación ambiental de El Cerro de El Tajo”. En proceso, sin suspensión vigente

541/2018. Juzgado Segundo de Distrito

Desarrolladora Lemar de Jalisco SA de CV. Contra el “programa de recuperación ambiental de El Cerro de El Tajo”. En proceso, sin suspensión vigente

544/2018. Juzgado Tercero de Distrito

Bosques de Zapopan SA de CV. Contra el “programa de recuperación ambiental de El Cerro de El Tajo”. En proceso, sin suspensión vigente

Fuente: Semadet Jalisco



martes, 24 de julio de 2018

El Tajo, un golpe al negocio inmobiliario en La Primavera



Llegó a su tope la posibilidad de urbanizar esta montaña cercenada al decreto original; su rescate constituye el primer polígono de amortiguamiento en la historia de La Primavera.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Ha llegado a su final la historia de la urbanización del Cerro de El Tajo, cercenado hace cuatro décadas del polígono del fallido Parque Nacional La Primavera, hoy área de protección de flora y fauna, en los linderos entre Zapopan y Tlajomulco, por presuntas gestiones del banquero Juan García Sancho, primo del entonces secretario de Hacienda, y a la postre presidente de la república, José López Portillo.

Tras el gradual cambio de uso de suelo forestal sobre 613 hectáreas, para albergar dos de los proyectos residenciales más pujantes de la metrópolis, El Palomar y Bugambilias, y una serie de colonias periféricas cuyo éxito comercial derivó de la condición de su vecindad con el bosque, el gobierno del estado y grupos vecinales empujaron el decreto de recuperación ambiental de enero pasado, que justifica el final de la expansión urbana en el polígono de 1,684 hectáreas bajo las premisas del alto valor de sus servicios ambientales, y de los riesgos que entraña continuar la colonización de una montaña con altas pendientes y suelos inestables. Huelga decir que el proyecto que motivó la movilización de los colonos y el respaldo estatal fue el proyecto Santa Anita Hills, aprobado por el gobierno de Tlajomulco en las administraciones anteriores, y que motivó un expediente de hechos ante la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte que no ha culminado.

En la argumentación acerca del valor de los servicios ambientales, además de ser parte del corredor biológico que ocupan las más de mil especies animales y vegetales del área natural protegida, se destacan la recarga de agua (ocho millones de litros anuales por hectárea, de acuerdo a los promedios que presenta este tipo de bosque y suelos volcánicos) y la calidad climática (con temperaturas promedio diez grados celsius por debajo de las que presenta la zona urbana).

En el tema de riesgo, el Estudio Técnico Justificativo de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial se fundamenta en un trabajo realizado por académicos y coordinado por el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), en el cual se arrojaron datos que demuestran que las altas pendientes en 90 por ciento del terreno, así como los riesgos por inestabilidad de suelos y consecuentemente, deslizamientos, en más de 60 por ciento, fijan condiciones para impedir nuevas urbanizaciones.

La prohibición es explícita en el texto del decreto, aparecido en el periódico oficial El estado de Jalisco, el 28 de enero de 2018: “La Zona de Recuperación Ambiental Cerro El Tajo, se establece a efecto de: 1. Evitar los cambios de uso de suelo forestal a urbano en la zona de recuperación ambiental; 2. Evitar la urbanización del polígono que comprende la zona de recuperación ambiental; 3. Contribuir a la continuidad del bosque de Pino-Encino en el cerro el Tajo, estableciendo la frontera forestal, con el Área de Protección de Flora y Fauna Primavera; 4. Contribuir a la conservación y estabilidad de las laderas del cerro El Tajo, evitando modificaciones en la topografía del lugar”.

El decreto fue emitido por el gobernador del estado, y de acuerdo a las modalidades legales que ofrece la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (artículo 64), no hace necesaria una consulta pública, lo que habría sido usado por las empresas inmobiliarias para tratarlo de frenar. No obstante, nueve juicios ante tribunales federales, instaurados a partir de la publicación del decreto, tratan de echarlo abajo. La titular de la Semadet, Magdalena Ruiz Mejía, confía en que no tengan éxito y este modelo pueda replicarse a otros polígonos desprotegidos de un área natural que debió nacer con 40 mil ha (MILENIO JALISCO, 10 y 11 de julio de 2018).

Riegos, el criterio

“Una de las ponderaciones que hacen novedoso este tema es precisamente, el tema de defender un espacio en el criterio de riesgo, y ese dato técnico nos permite no pasar el proceso de consulta pública, porque el riesgo una vez determinado no puede ser sometido a una ponderación de esa clase, hay una responsabilidad institucional de hacerle frente y de fijar las restricciones necesarias para evitar que se traduzca en un desastre para la población”, destaca Ruiz Mejía.

“Esto no significa que ignoráramos que se iba a judicializar; como ocurre con otros decretos de protección, pero resulta importante la ponderación del riesgo porque da fortaleza a lo que se ha determinado; en ese combate jurídico, y en todo el proceso para constituir la zona de recuperación, hemos contado con el apoyo de las organizaciones civiles, y eso le da más solidez. Confío que los jueces, que ya están aplicando criterios derivados de los tratados internacionales en materia de medio ambiente y derechos humanos, lo liguen al tema de riesgo y nos permitan blindar este proceso”, agrega.

“Ahora son más visibles las afectaciones de inundaciones, de incendios, toda esta presión por daños patrimoniales y riesgo a vidas humanas, que deriva de un mal manejo territorial, ha motivado a grupos ciudadanos por defender, y eso también movió a la autoridad local para revisar los instrumentos disponibles; reparamos que estaba en la ley esta figura pero no se había aprovechado, y de ahí se construyó esta estrategia que hasta ahora se ha defendido de modo bastante sólido”, secunda el responsable de áreas naturales protegidas de la dependencia, Antonio Ordorica Hermosillo.

El tema se seguirá en el frente judicial por los meses siguientes. “Yo esperaría como ciudadano, que las nuevas autoridades, estatales y municipales, independientemente de que hay mas zonas de recuperación en ciernes, terminen de fortalecer el decreto y amplíen aún más la participación ciudadana, porque ante intereses inmobiliarios fuertes, van a impugnar uno y otro, y tienen recursos para hacerlo; nada ayuda mejor que un buen ordenamiento ecológico municipal, y que los planes parciales de desarrollo urbano también se alineen para consolidarlo”, sostiene.

De hecho, la voluntad política del gobierno de Tlajomulco para alcanzar una zona libre de nuevos fraccionamientos no bastó. Tania Vázquez, quien preside la Unión de Colonias de la Puerta Sur, organización que ha trabajado activamente para enfrentar los intereses inmobiliarios, lo puntualiza. 

“Desde el inicio de nuestra lucha por evitar el daño a las 60 hectáreas boscosas donde se pretende construir Santa Anita Hills decidimos no quedarnos solo con el apoyo que momentáneamente nos daba el municipio con la auditoría y sus resultados en la administración del alcalde Alberto Uribe. Después de algunos intentos logramos ser recibidos por secretaria Magdalena Ruiz, quien apoyó en diversas situaciones; meses después logramos que el gobernador nos recibiera y a partir de ahí hubo una serie de situaciones derrumbes en Condominio Santa Anita y un deslave en San Martín del Tajo,y un estudio de riesgos emitido por Imeplan cuando estaba Ricardo Gutiérrez Padilla a partir de las cuales la secretaria de Semadet tuvo la visión de que se podía proteger; coincidimos en esto y supimos qué hacer, con quién hablar e insistir para que el decreto ocurriera”, destaca.

Así, “se logra tener estudio justificativo que respalda el decreto y que tiene que salir como área de restauración ecológica ante circunstancias urgentes que acontecían en ese momento, pues el TAE [Tribunal de lo Administrativo del estado] había levantado la suspensión que dos años atrás nos había otorgado contra Santa Anita Hills; el bosque peligraba y había que salir urgentemente a proteger, fue así que el lunes 28 de enero se hacía público el Decreto del Cerro del Tajo que entre lo más importante para nosotros era que algo que inició por proteger de la no urbanización a 60 hectáreas terminó siendo de 1,684 ha”.

Ese decreto, admite Tania Vázquez, “está siendo impugnado, y nosotros como Unión de Colonias de la Puerta Sur, fuimos llamados por el gobierno del estado como terceros interesados en defenderlo. La sociedad debe llevar las luchas hasta este punto para intentar obligar a las autoridades hacer lo correcto. No sabemos qué ocurrirá, los juicios siguen su curso y las primeras impugnaciones se resolvieron a favor de preservar el bosque, pero aún faltan más amparos a resolver”.

No es para menos. “Los intereses inmobiliarios en una zona que te invita a vivir en el bosque destruyéndolo, son ciegos y sordos a las razones de por qué no se puede seguir urbanizando la zona de amortiguamiento del bosque La Primavera. Importante la unión entre la sociedad y académicos que amamos al bosque para que valoremos la importancia de tener un decreto como este y ver de qué forma apoyamos con acciones para defender el bosque de uno de los tantos peligros a los que se enfrenta”.

A juicio de la lideresa vecinal, lo que está en juego con la suerte del decreto de restauración será definitivo para las posibilidades de rescate de La Primavera, en las diez mil ha que se le cercenaron hace cuatro décadas.

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Claves 

Los datos duros 

La zona de recuperación ambiental cerro El Tajo, ubicada al sureste de La Primavera, se extiende sobre 1,684.03 hectáreas, de las cuales, 613 ha están urbanizadas y el resto es bosque (975 ha), zonas sin vegetación y áreas de pastos

Los dos ejes de la determinación del gobernador para este decreto son sus servicios ambientales, que deben ser recuperados, y sobre todo, el tema de riesgo, basado en dictámenes de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos, y el estudio de riesgos del IIEG de Jalisco, que determinó que las pendientes y el tipo de suelos hacen peligroso mantener la urbanización

Los tres polígonos del área son el bosque natural (998 ha), Bugambilias (279.8 ha) y El Palomar (405.9 ha). 87.8% de Bugambilias y 88% de El Palomar ya están urbanizados

El Decreto “no se pronuncia respecto a la propiedad de los predios que se encuentran comprendidos en los polígonos de la zona, ni tiene la finalidad de imponer un derecho real sobre los mismos, materia de la Declaratoria, sino únicamente regula el uso que le deben dar los habitantes, propietarios, poseedores y visitantes a los predios que se encuentran en el área, a fin de que se conserven los servicios ambientales de la zona y se garantice el derecho a vivir en un ambiente sano para el desarrollo y el bienestar”

En su interior, sólo se pueden realizar “ 1) obras que garanticen la infiltración de agua proveniente de los arroyos y afluentes superficiales y protección de drenes naturales. 2) Acciones necesarias para asegurar el aporte de escorrentías a la cuenca correspondiente. 3) Obras de conservación de suelo y acciones de rehabilitación topográfica para evitar erosión. 4) Rehabilitación ambiental y reforestación con especies nativas. 5) Eliminación de fuentes de contaminación de suelo y agua. 6) Conservación de flora y fauna silvestre”

Fuentes: Estudio técnico justificativo y decreto de zona de recuperación ambiental Cerro El Tajo, 28 de enero de 2018, periódico oficial El estado de Jalisco



miércoles, 18 de julio de 2018

40% de urbanizaciones en La Primavera son privadas


El fenómeno de la ilegalidad en asentamientos privados se ha dado sobre todo en fraccionamientos que ya existían, y se expanden silenciosamente.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El último cambio de suelo importante al interior del polígono protegido de La Primavera, lo constituye el rancho de La Cuesta, construido a mediados de la década pasada, hoy conocido como Pic Nic, que se ubica en el ingreso oriente del área de protección de flora y fauna, sobre prolongación Mariano Otero. Su edificación llevó a la construcción de bardas perimetrales y a instalar malla ciclónica sobre el camino, además de fincas y corrales que están en uso.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), entonces bajo la responsabilidad de Martha Ruth del Toro, sancionó a su propietario, Ramón Sánchez Enríquez, por carecer de autorización en materia de impacto ambiental, pero al establecer un “expediente de daños”, que el sancionado cumplió en todos sus términos, le dio legalidad al proyecto.

El pequeño propietario siempre ha defendido la vocación ambiental de su proyecto: lo tiene registrado como unidad de manejo para conservación de vida silvestre (abreviada a Uma), reproduce venado cola blanca y suelta ejemplares para contribuir a la repoblación del bosque. Ha instalado una torre de detección de incendios y presta siempre sus instalaciones para los combates de incendios, como ocurrió el pasado mes de abril, en que se siniestraron más de tres mil hectáreas.


Más allá de que las bardas y las mallas siguen allí, lo que genera cuestionamientos permanentes de ambientalistas que visitan la zona, se puede decir, en descarga de este particular, que una mayoría de propietarios con derecho sobre el bosque tienen poco o nulo interés en su preservación. Si no existiera una dirección, si no hubiera programa de manejo, nadie se ocuparía de los incendios o de los saqueos sobre sus predios. Es una realidad para buena parte de los que tienen derechos sobre los alrededor de 421 predios, que al menos en el último corte, existían en el bosque (ver MILENIO JALISCO, 6 de marzo de 2014). Don Vicente Arregui, uno de los más veteranos propietarios, es también de los que nunca ha visto su rancho de 400 hectáreas, enclavado entre Cerro de San Miguel y Llano Grande, como una oportunidad para especular.

“Construí una cabaña en el setenta cuando la compré, después la arregle, pero todo fue antes del decreto de 1980. Tengo una pequeña parcela, quince hectáreas, donde sembramos maíz, porque como es zona alta, no se da la caña. Lo demás es bosque y cerro, y de hecho, en la propiedad esta la torre tres, la uno y la dos están en Planillas y Nejahuete, y la de cerro de San Miguel, está dentro de la propiedad”.

De este modo, el rancho de don Vicente Arregui se ubica contiguo a la zona con mayor diversidad biológica de La Primavera. Su responsabilidad como dueño es alta.

“Por allí tengo fotos de pumas, por allí llega el águila real. Antes no había casi apoyos, tuvimos un incendio fuerte hace 20 años, nos pegó fuerte desde San Miguel a la zona de la falda del cerro de Planillas. Luego otro llegó hasta el cerro de San Miguel y hacia Llano Grande, por Tala, de hace seis años. No había las brigadas ni los medios que hoy tienen. En 1998 casi me andaba quemando, de hecho se me quemo parte de la casa; así que con la gente que tenía traté de apagar todo, sin estar capacitados, por lo menos en la finca, porque ya en el campo qué haces, mejor ni meterte. Yo sí he visto que bajado mucho la incidencia de incendios en los últimos años. Ya es ganancia”.


Don Vicente ha tenido algunos financiamientos por servicios ambientales; “uno fue para restauración y otro para restauración y conservación, para hacer represas en los arroyos para el tema de la erosión, y fueron dos fonditos […] hace poco metimos otra solicitud, pero ese tipo de fondos los han ido reduciendo, y no alcancé…”.

“Para mí esto de mi rancho ha sido un asunto personal, un asunto hasta de salud; hace cinco años tuve un problema de salud y me dijeron los doctores que gracias a que estoy en el cerro, eso me ayudó a recuperarme y a estar en actividad; es un lugar al que tengo un aprecio y me ha dado satisfacciones en el plano personal, de goce, de disfrute, en la cuestión familiar y de la naturaleza, no tanto en lo económico; el maicito apenas da para mantener el lugar”.

La positiva gestión de los últimos años, en la que reconoce al organismo público descentralizado, pese a estar enfrentado junto con otros parvifundistas por el tema de lo que consideran una representación raquítica en la junta de gobierno, ha hecho prosperar fauna y flora.

“Me ha tocado encontrarme con pumas, y sí me han afectado, porque me mataron una vaca, y le reclame a al OPD, oye me mataron a una vaca. Pero no sirvió, porque debía haber llenado unos requisitos para acreditar el daño y que me repusieran la vaca, no se pudo, pero al menos ayudó al bosque…”.

- Siempre ha circulado la historia de que uno de los hermanos Zuno mató al último puma como en 73 o 74, ¿es verdad?

- Ah sí, me acuerdo lo de ese puma, fue famosísimo, hasta salió en la foto, fue por el lado de Tala. Algunos de los Zuno eran guías de cacería en la costa, ellos organizaban y cobraban a los americanos hasta diez mil dólares, y los llevaban a cazar jaguares. En La Primavera dejó de haber puma mucho tiempo.


Fueron más de 20 años para que se escucharan los primeros rumores del regreso del Puma concolor. “Yo me enteré por lo de las fotos, y luego ya me los encontré personalmente. Si retrataron ya a dos parejas es una buena señal”.

Gracias a la técnica del fototrampeo, don Vicente ha detectado en su predio a muchos herbívoros, a búhos de grandes dimensiones [reales o cornudos] e incluso a al águila real.

- ¿No hubo lobos? Está muy cerca el rancho de La Lobera.

- Sí, pero hace como 100 años; si llegó a haber, esos no los vieron ni mis abuelos…

Finca por finca

En el año 1993, estaban construidas sobre propiedad particular, fincas que ocupaban una extensión de 9.3 hectáreas, diseminadas por el norte, el oriente y el sur del bosque. En 2015, el análisis de fotos satelitales reveló una superficie ocupada de 36.45 ha, para constituir prácticamente 40 por ciento de las urbanizaciones al interior del polígono protegido.

La zona con mayor incidencia está al norte: el gran fraccionamiento de Los Robles, que colinda con el ejido Emiliano Zapata y que ocupa la mayor parte de esa superficie: prácticamente 21 ha. El problema de este crecimiento se ha dado ante la indefinición de límites municipales, pues las licencias las otorga El Arenal, pero Zapopan está al norte y Tala al sur. En 1999 sólo crecía sobre 9.5 ha, lo que demuestra que no ha dejado de crecer. Otro fraccionamiento grande es Pinar de la Venta, pero es preexistente al decreto y sus zonas de crecimiento, como el caso de El Palomar y Bugambilias, no están dentro del régimen protegido.

Al sur, la antigua brecha a San Isidro Mazatepec, que nunca se terminó, es la que presenta más “invasión hormiga”, propiciada por la atomización de las viejas propiedades de Cástulo Romero y Jorge Dipp, o el desinterés de muchos propietarios que al verse impedidos a fraccionar con el decreto de 1980, abandonaron sus predios, al grado de que mucho ni siquiera saben su ubicación actual.

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Claves 

Historia de los asentamientos 

Fraccionamientos privados y ejidales en el interior del polígono protegido de La Primavera 

Año 1993

En la zona del cerro de El Colli: Volcán del Colli, La Gloria del Colli y 12 de diciembre, 1.53 hectáreas

En el ejido Santa Ana Tepetitlán: Lomas de La Primavera, 704 m2

La Cebada, 1.3 ha

Colonia López Mateos, 2.75 hectáreas y “Centripostes”, 0.9 ha

La Venta del Astillero, 3,550 m2

En Los Robles, 7.02 ha

Año 1999

Zona de El Colli: 2.34 ha

Santa Ana Tepetitlán: Lomas de la Primavera, Brisas de La Primavera, Arenales Tapatíos y El Tizate, 1.74 ha

La Cebada, 3.82 ha

Colonia López Mateos, 2.75 ha, Centripostes 0.9 ha (sin cambios significativos)

La Venta del Astillero crece a 1.59 ha

Los Robles se va a 9.48 ha

Año 2008

Zona de El Colli, crece a 6.04 ha, aparecen instalaciones del Cinvestav (Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN)

Ejido Santa Ana Tepetitlán, crecen a 7.34 ha

La Cebada, crece a 6.05 ha

Colonia López Mateos crece a 2.9 hectáreas y Centripostes se duplica a 1.83 ha

La Venta del Astillero, crece a 6.49 hectáreas Pinar de la Venta, sobre 6,100 m²

Los Robles, se va a 15.83 ha

Año 2011

Zona de El Colli: crece a 6.56 ha. En El Bajío se consolida la instalación del Cinvestav, y la Villa Panamericana invade con 2.5 ha el polígono protegido

Ejido Santa Ana Tepetitlán: crece a 10.59 ha

La Cebada crece a 7.48 ha

Colonia López Mateos se mantiene con 2.9 ha y Centripostes con 1.83 ha. Rancho La Cuesta o Pic Nic, con 5,700 m² La

Venta del Astillero crece a 10.21 ha de asentamiento humano Los Robles crece a 16.7 ha

Año 2015

Zona de El Colli crece a 7.41 ha

Ejido Santa Ana Tepetitlán, se va a 20.51 ha La Cebada crece a 8.05 ha

Colonia López Mateos y Centripostes se mantienen en 2.9 y 1.83 ha. Zona del Pic Nic se va a 1.24 ha de construcciones

La Venta del Astillero crece a 15.04 ha y Pinar de la Venta registra dentro del polígono 9,800 mz

La Mesa del Burro, 1.3 ha Los Robles crece a 20.92 ha

Año 2017

Ejido Santa Ana Tepetilán, 29.91 ha

La Venta del Astillero, 18 ha

Fuente: análisis de fotos de satélite y ortofotos entregado al gobierno del estado, 2018


lunes, 16 de julio de 2018

Invasión de La Primavera en Santa Ana, fuera de control


Casi 45 por ciento de la superficie invadida con asentamientos irregulares al bosque, se tienen en este extremo de la ciudad

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

A diez años de que un tribunal colegiado determinó excluir del área de protección de Flora y Fauna La Primavera, un polígono de entre 580 y 641 hectáreas del ejido Santa Ana Tepetitlán, la invasión de asentamientos irregulares ya rebasa 30 hectáreas, con un impacto o huella urbana que puede ser más del doble. Las autoridades reconocen que se trata de un problema que se salió de control, y que amenaza seriamente la conservación del área natural protegida.

Un informe entregado al gobierno del estado, a que tuvo acceso MILENIO JALISCO, confirma mediante análisis de una serie histórica de fotos digitales y de imágenes de satélite, que la decisión judicial de suspender la aplicación del decreto de 1980 en la zona –la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas no supo defender el decreto, a diferencia de casos como Tulum en Quintana Roo o Cumbres de Monterrey, donde un enfoque similar fue exitoso-, precipitó un problema de invasiones irregulares que hasta 2008 era de 7.64 ha, para cuadruplicarse en la actualidad.  Te recomendamos: El decreto fallido y la protección a medias del bosque La Primavera

La Conanp se comprometió a trabajar para reincorporar la zona al ANP, pero no sólo no lo ha logrado, sino que el asunto se complicó. Ninguna autoridad ha hecho valer el derecho ante las condiciones de ilegalidad de esa expansión, pues al tratarse de zonas boscosas, y no haber cambio de uso de suelo forestal, la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) debe intervenir y clausurar. 

La segunda autoridad involucrada es el propio Ayuntamiento de Zapopan, que es responsable de todos los permisos para desarrollos urbanos. Y aunque les aclaró a un grupo de ejidatarios quejosos, apenas el 21 de mayo pasado, que no ha emitido uno solo, la autoridad debería clausurar las fincas que no tienen permisos, y no otorgar, en medio de la precariedad social de los compradores, servicios de agua, recolección de basura y eventualmente seguridad pública, que son los reproches que le hicieron los ejidatarios durante una manifestación en esa fecha.

El informe técnico fue entregado al gobierno estatal, y contiene, en general, las invasiones que padece La Primavera en los ejidos Emiliano Zapata, La Primavera, La Venta del Astillero, El Colli, Santa Ana Tepetitlán, Adolfo López Mateos, Huaxtla y Santa Cruz del Astillero. Las imágenes analizadas corresponden a los años 1993, 1999, 2008, 2011, 2015, 2016 y 2017. El total de invasiones es de 67.2 hectáreas, superficie que a la densidad normal del área metropolitana de Guadalajara puede albergar hasta cinco mil habitantes.

Santa Ana Tepetitlán, al oriente del ANP, concentra 44.5 por ciento de la superficie invadida del bosque. Le sigue La Venta del Astillero, al norponiente, con 18 ha (26.8 por ciento). 28.7 por ciento se lo reparten el resto de los ejidos. Otro dato digno de conocerse es que en 2011 había 34.7 ha invadidas, prácticamente la mitad de la superficie actual.

El ejido promovió el juicio de amparo 413/2001, y se les concedió por el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa y del Trabajo, y por el Primer Tribunal Colegiado del Tercer Circuito, en la revisión 465/2007, con el voto dividido de los ministros: dos de ellos consideraron válido equiparar por sus efectos jurídicos una expropiación (en la cual el Estado se queda con la propiedad de los bienes) con una declaratoria de área natural protegida (en la que sólo limita sus usos), y al no haber sido notificados los quejosos del decreto de la reserva de 1980, ni mucho menos oídos y vencidos, como lo establece el artículo 14 constitucional, determinaron que el decreto del presidente José López Portillo violó sus garantías individuales (archivo de MILENIO JALISCO, ediciones del 7 de junio de 2007 y del 7 de julio de 2008).

Pero el proceso de “liberación” de las tierras, que había sido demandado por la dirigencia campesina, contó con acciones de un grupo disidente que encabeza el ejidatario Tranquilino Flores Aguilar, quien insiste en el grave perjuicio que trajo para el propio núcleo ejidal, y además, se les salió de control. El anterior presidente del comisariado ejidal, Rodolfo Aguilar de la Rosa, reconoció a los miembros de la junta de gobierno de La Primavera que era necesaria una intervención a fondo para rescatar el bosque ejidal. El 18 de mayo pasado, las autoridades actuales, encabezadas por Bernabé Sánchez Lazo, dijeron:

“…durante muchos años nuestro ejido ha sufrido toda clase de atropellos, en particular en la superficie que ocupa parte del uso común, motivo por el cual, las actuales y anteriores autoridades ejidales […] se han dado a la tarea de tratar de frenar los atropellos de los cuales ha sido víctima el ejido, así como el deterioro ambiental sufrido en particular en la superficie que encierra parte del bosque La Primavera, motivo por el cual se han girado infinidad de escritos a diversas dependencias con el objeto de solicitar su intervención…”.

Son predios que, conforme con las leyes ambientales y la Ley Agraria, “no permiten ser fraccionados, y/o subdivididos en parcelas o solares destinados a asentamientos humanos; sin embargo, y no obstante las restricciones urbanísticas en la zona, las tierras del ejido han sido constantemente amenazadas e invadidas por acaparadores de tierras que a través de asociaciones ficticias y otras constituidas legalmente, convocan a grupos vulnerables para vender lotes de terrenos fuera de todo procedimiento legal y de manera masiva han invadido gran parte de los terrenos…”.

Ha habido acciones para frenar tiraderos de escombro, o de basura, pero que se quedan cortas frente a la realidad: ni los campesinos, ni el sector oficial, encuentran aún la receta para hacer frente a este desafío. Y La Primavera padece una invasión hormiga a la que no puede hacer frente, hasta ahora, con medios legales.

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CLAVES 

La postura del ejido sobre la responsabilidad institucional 

1 Mediante resolución judicial, y por petición del Ejido, se determina excluirlo del polígono de protección del Área de Protección de Flora y Fauna La Primavera

2 La invasión y despojo de predios es materia jurisdiccional que deberá hacer valer el Comisariado Ejidal ante las autoridades correspondientes

3 De acuerdo a lo previsto por el artículo 38 fracción VIII de la Ley de Gestión Integral de los Residuos del Estado de Jalisco, compete a la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente la regulación y destino final de los residuos de manejo especial (escombro)

4 El relleno y desvió de cauces por escombro, al ser cuerpos de agua, su determinación compete a la Comisión Nacional del Agua y la supervisión y posible sanción a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. (Se requirió delimitación en junio de 2017 a la Conagua)

5 La instalación y servicio de energía eléctrica fue proporcionado por la Comisión Federal de Electricidad

6 El municipio no ha emitido licencias de construcción en la zona ni la instalación de desarrollos inmobiliarios, pero tampoco los ha clausurado

Fuente: Ejido Santa Ana Tepetitlán

jueves, 12 de julio de 2018

El decreto fallido y la protección a medias del bosque La Primavera


Proteger 40 mil hectáreas de bosque y hacerlo parque nacional fueron dos metas que no se cumplieron con el decreto de 1980, lo que dejó un ANP más frágil y expuesta (III de III partes).

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El presidente Luis Echeverría Álvarez tuvo en su escritorio el decreto de parque nacional de La Primavera desde los meses finales de 1975, pero nunca lo firmó.

Los empresarios de las colindancias habían logrado excluir hasta diez mil hectáreas, fuera para desarrollos inmobiliarios a la postre altamente exitosos y con altos márgenes de utilidad, pues la vecindad con un área natural protegida les dio un valor de marca, lo que poco ha servido a favor de la propia zona protegida; o fuera para trabajos mineros que a futuro, terminaron generando una presión que aún hoy no se acaba para el bosque: los bancos de material geológico, una verdadera minería a cielo abierto que alimenta la expansión urbana de la ciudad.

Pero la suerte de los dueños de grandes predios al interior, se podría calificar de ambigua. Para don Vicente Arregui, uno de los propietarios que adquirió en esos años y se sumó a la asociación que pugnaba por evitar la expropiación de las tierras forestales, la clave fue el enfrentamiento entre los empresarios inmobiliarios tradicionales amparados por políticos jaliscienses de viejo cuño, y el emergente poder de la familia Zuno, los cuñados del presidente de la república, tras décadas de eclipsamiento desde la polémica destitución como gobernador del patriarca, José Guadalupe Zuno Hernández, un político obregonista en los agitados años veinte.

La postura respaldada por Zuno, por la Universidad de Guadalajara y por diversos organismos civiles, era el parque nacional y la expropiación del bosque. La de la asociación que encabezaban Dipp y su representante legal, Cástulo Romero Valencia, era oponerse a ese decreto, bajo la lógica de que era posible un aprovechamiento racional del patrimonio natural. Movían intereses y dinero, sin duda. Y había una capacidad de histriónismo a la que Dipp siempre le sacó provecho.

Por ejemplo, recuerda con gracia que en una de sus giras por Jalisco, Dipp Murad se tiró en el piso al paso del camión presidencial, y logró una entrevista con el mandatario. Luego, optó por “internacionalizar” el conflicto. “Echeverría andaba por Egipto, y que se reúne la asociación que él encabezaba, y que se van a Egipto a entrevistarlo […] la cosa era ir hasta allá para hacerse notar y hacerle saber la gravedad del asunto”, destaca Arregui.

- ¿Usted fue como representante con la comisión?

- No, yo me enfermé y no fui, y en mi lugar fue un ingeniero que acaba de fallecer, Octavio Velasco, el que hizo el Parque Metropolitano. Naturalmente supe lo que sucedió: el presidente estaba en Alejandría, y llegaron al palacio en que estaba hospedado, Ras el-Tin, en la orilla mediterránea del puerto fundado por Alejandro Magno a finales del siglo IV antes de Cristo.

“Le dicen los encargados: oiga, aquí hay un par mexicanos que llegaron a visitarlo; ¡ah cómo!, pásalos si vienen desde allá, respondió Echeverría. Eran don Jorge y el ingeniero Octavio; total que le dicen al presidente que no procedía, que los pequeños propietarios no estaban de acuerdo, y quehacer el parque iba ser un problema social, que había otras maneras distintas a la expropiación…”.

Lo dejaron pensando. “Después me enteré que Echeverría llegó a tener el decreto en su escritorio, pero que nunca lo firmó […] de algún modo le despertó la conciencia, o quizás estaba peleado con su mujer ese día, jajajaja”.

- ¿Y cuál era el argumento de los propietarios: queremos conservar el bosque, pero no queremos la expropiación?

- No, todavía no había el espíritu conservacionista. Muchos de ellos seguían pensando en pesos y centavos, y a la hora que se detiene la construcción de la carretera a Tala pues ya no iba a haber el flujo que se esperaba, y ante la incertidumbre, solamente El Palomar y Bugambilias se lanzaron a hacer rápidamente obras; porque todavía no había ningún decreto […] muchos propietarios, al ver que no habían logrado el fin económico que pretendían, abandonaron eso, de hecho hay cantidad de propiedades abandonadas, yo tengo amigos que compraron y no saben en dónde está su terreno, ni han ido, ni les interesa…

Jorge Dipp siguió en negociación con el siguiente presidente, su amigo José López Portillo. Pero don Vicente cree que fueron tirantes en algunos momentos. Además, el peso de la UdeG fue relevante para mantener la idea de alguna forma de protección.

El señor Arregui le compró su rancho de 400 hectáreas a un matrimonio de San Isidro Mazatepec, el esposo era José Luis Sánchez Díaz y decidió vender parte de sus muchísimas propiedades, como el rancho El Poleo, “y le vendió a Manuel Covarrubias y al ingeniero Hernández Montes. Su esposa había enfermado y no podía atender”.

- ¿Jorge Dipp cuándo llegó y cuántas tierras tenía?

- Híjole, no sé si con chuecuras, se sospechaba, pero eran de la ex hacienda La Primavera, él hizo un trato hace 70 u 80 años; tenía un aserradero y llego a explotar madera. Esa finca era lo último que tenían cuando entrego las 5,300 hectáreas al gobierno; lo último era el casco ese, tenía un arroyo que pasaba por atrás, con mucha agua, y sembraba caña. Cástulo Romero era su abogado y socio, todo un personaje, era un tipo de cuidado; por ahí en los setenta , a don Jorge todavía le vivía su hijo, le afectó mucho cuando se mató, y empezaron a hacer un fraccionamiento allá arriba, en el cerro de San Miguel, Ciudad La Primavera. Pero nos estaba invadiendo un montón en nuestra propiedad, y un día le dije, oiga don Jorge, están ahí sus mojoneras, y de ahí para allá es mío… cómo cree don Vicente, me contestó, son estos ingenieros pendejos...

- Era muy hábil.

- Era hábil como la chingada: a ver Cástulo ve con Vicentito y que escoja la tres por uno lo que le estamos invadiendo, tres tantos de tierra; y sí, me llevó a ver, es donde tenía la UdeG una propiedad, una casita con su arroyito; pero luego se mata el hijo en un accidente de aviación, se le bajó el ánimo y ya mejor lo abandonó. Y hoy sigue así, todo hundido, y están las calles trazadas…

- ¿Ya no hizo la lucha con López Portillo para poder sacarlo adelante?

- No, ya no, era un proyecto muy soñador, cómo vas a meter medio millón de personas, ahí la bronca siempre es el agua […] todavía le sufrimos, yo estoy la mitad del tiempo en el rancho, y en los meses secos hay que acarrear. Es que llueve y se absorbe, es un suelo poroso, absorbe todo.

De los Zunos y los otros

Luis Echeverría se casó con Esther Zuno Arce, y los hermanos, José Guadalupe, Rubén, Álvaro y Andrés, salieron a las ligas mayores de la política local una vez que Echeverría asumió como presidente de la república. El mismo patriarca hizo personal el empuje del decreto, coincide el arquitecto Fernando González Gortázar, quien aunque era hijo de Jesús González Gallo, y su hermano, el líder parvifundista y futuro senador Jesús (apodado'El Chacho') tenía ostentosos enfrentamientos con los Zuno Arce, no tuvo obstáculos para hacer una relación personal con el viejo promotor del Centro Bohemio, famoso por sus discrepancias con el arzobispo Orozco y Jiménez, y en general, por su enfrentamiento a los católicos tapatíos, que 20 años después vieron en González Gallo un aliado de sus causas.

“Yo me empecé a involucrar en La Primavera cuando aún estaba en vida don José Guadalupe, cuando empezó a escribir de crear el área protegida en tiempos de su yerno; yo tenía muy buena relación con el viejito Zuno, y la impresión en mi familia era que don Guadalupe aborrecía y era enemigo acérrimo de mi papá […] los nietos, los hijos, siguen creyendo lo mismo, que eran enemigos mortales, y es una mentira completa, cuando mi papá terminó su gubernatura, yo era muy chiquillo, se publicó un libro muy pequeño, que se llama realizaciones de un gobierno, en lo que se repasaba lo que había hecho mi papá, y en ese libro hay varios textos escritos por don Guadalupe Zuno […] don Guadalupe y mi papá se entrevistaban, platicaban, cuando se creó una cosa rara que se llamaba Instituto Jalisciense de las Bellas Artes…”.

Fue ese acercamiento el que le dio a González Gortázar la percepción clara sobre los valores y las fragilidades de La Primavera, y lo convenció de que su futuro debía ser el de una zona protegida.

Cuando finalmente, en 1980, el presidente José López Portillo emitió el decreto, no fue un parque nacional y no sería expropiado, lo que significó una victoria para el movimiento empresarial que encabezaba Dipp. Pero fue una victoria pírrica: la zona de protección forestal y refugio de fauna silvestre era un verdadero impedimento a los grandes proyectos inmobiliarios que los terratenientes habían añorado. En cuanto a la lucha por la conservación, tampoco las trajo todas consigo: todo el cordón de tierras boscosas de las orillas fue excluido. Los dueños de esas posesiones fueron los verdaderos ganadores, porque lograron fincar proyectos de vivienda para las clases más pudientes de la ciudad, con la aquietadora mercadotecnia verde, ¿qué era más ecológico que vivir al lado del bosque?

Allí comenzó una lucha que no ha terminado 38 años después: la de crear un área de amortiguamiento, justo lo que canceló el decreto cercenado.

Una de las organizaciones pioneras de esta preocupación ha envejecido tras el fallecimiento de su motor más visible, la ambientalista María Casparius, reconoce su esposo, René Solinís.

“Estuvimos tratando de hacer un área de amortiguamiento, y los dueños de los predios, particulares, nunca quisieron. Ellos decían que había que hacer la zona de amortiguamiento adentro de la zona protegida, lo cual es una vacilada. Fueron muchas reuniones, muchas discusiones técnicas, pero poco se logró”, dice.

- ¿Consideran que fracasamos como sociedad al no haber sacado adelante este planteamiento?

- Yo creo que ha habido esfuerzos pero no se ha podido; nosotros ya nos hicimos viejos y los jóvenes no terminan de ver la importancia de esto […] se va ir perdiendo el bosque así de fragmentando y de aislado por la urbanización, y se van a acentuar los problemas ambientales, problemas de agua, de especies de fauna y flora; el clima también, todo el medio ambiente, lamentablemente…


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Claves 

Una cronología 

1980
El presidente José López Portillo declara la zona de protección forestal y refugio de fauna silvestre La Primavera, en decreto aparecido el 6 de marzo en el Diario Oficial de la Federación, con 30,500 ha. La propiedad pública se nutre de 5,300 ha donadas por el empresario Jorge Dipp como permuta por impuestos atrasados.

1987
Comienzan los trabajos de exploración de la geotermia por la Comisión Federal de Electricidad, que serán clausurados en 1991 ante la protesta de la sociedad tapatía por los daños ambientales.

1988
La UdeG emite un plan de manejo que será la base del futuro programa oficial. 1995 Se firma el acuerdo de coordinación Semarnat–gobierno del estado para transferir la administración del área natural protegida. La CFE suspende sus trabajos en el campo geotérmico de manera oficial. Se suspende la explotación de material geológico al interior del bosque.

1996
Se constituye el Comité Técnico para la Administración del Bosque La Primavera y se nombra al director del área protegida: Salvador Mayorga.

1997
Se constituye el Fideicomiso para la Administración del bosque; se instala la dirección ejecutiva.

1998
Devastador incendio en Planillas, la zona del Espinazo del Diablo, afecta más de 1,500 hectáreas, y urge a ampliar inversiones en infraestructura: comienza la rehabilitación de una red de caminos y torres.

1999
Comienza la delimitación física de los vértices del polígono del área natural protegida.

2000
Se crea Fomento y Protección de Bosque La Primavera AC, en apoyo a las gestiones de recursos. Se inscribe el decreto del área protegida en el Registro Público de la Propiedad.

2001
Tras consulta pública, se publica oficialmente el Programa de Manejo del bosque.

2002
Se expropia de forma concertada el predio Agua Brava para la instalación del centro de operaciones del área. Casi 700 ha por alrededor de 19 millones de pesos.

2005
El incendio más devastador de que se tenga registro pasa por más de 11 mil hectáreas y provoca una contingencia ambiental en Guadalajara.

2006
La Primavera es incluida en la Red de Reservas de la Biosfera del Programa el Hombre y la Biosfera de la Unesco.

2007
Se elabora el Plan de Acción a 30 años, hasta ahora no respetado. El ejido Santa Ana Tepetitlán gana un amparo para excluir casi 600 ha del área protegida.

2009
Inicia el Centro de Atención a Visitantes Agua Brava; se instala la caseta Agua Brava. Geotermia recibe autorización. Evidencias de fototrampeo del regreso del puma.

2012
Incendio devastador sobre casi ocho mil ha, replantea la necesidad de mejorar la conservación del bosque

2014
Se formaliza el organismo público descentralizado, pese a la oposición de propietarios y ejidatarios. Se asignan 19 millones de pesos, el presupuesto más alto de su historia

miércoles, 11 de julio de 2018

La Primavera, auge y fracaso de grandes negocios inmobiliarios


Tráfico de influencias y circunstancias políticas permitieron zonas de exclusión del bosque, pero también hubo grandes negocios fracasados (II de III partes).

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El nombre del banquero Juan García Sancho está ligado al de los negocios inmobiliarios que han prosperado en la franja de diez mil hectáreas de bosque que no fueron protegidas en La Primavera. Lo más extraño es que este empresario no vio ya la prosperidad del fraccionamiento El Palomar, tal vez el proyecto de su vida: deprimido y agobiado por sus acreedores, se quitó la vida la segunda semana de septiembre de 1975. El 22 de septiembre fue “destapado” como candidato del PRI, su primo, José López Portillo.

“Se suicidó días o semanas antes de que destaparan a López Portillo como candidato a la presidencia; en Guadalajara se comentó mucho, que hubieran bastado dos o tres semanas que Juan hubiera atrasado su suicidio, para que pasara a ser banquero de nuevo, con el apoyo de López Portillo […] se deprimió y suicidó por su problema económico y porque una mujer con la que andaba, que no era su esposa, lo abandonó y se fue a vivir a España con otro hombre que era su amigo. Él era mucho más viejo que yo, si mi hermano Jesús era ocho años mayor, yo creo que García Sancho era más de quince, y ahora tendría más de 90 años”.

Quien narra esta historia es el arquitecto Fernando González Gortázar, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2012, un artista cuya obra llena muchos espacios de identidad de Guadalajara, pero además, al ser hijo del exgobernador Jesús González Gallo, un conocedor de la elite que gobernó la ciudad y el estado desde los años 50 del siglo XX.

El doctor honoris causa por la UdeG (2013) recuerda que un primo segundo suyo, Carlos de Obeso Orendain, era “mano derecha” de García Sancho. “La familia García Sancho tiene una larga historia tapatía, Concepción era la directora eterna del Hospicio Cabañas, cuando aún era hospicio, y Juan que era el más chico, de cuatro hermanos, dos de los cuales eran gemelos, de repente, de un día para otro resulto ser un magnate”. Lo recuerda como un hombre dominado por el dinero y despiadado, y que también tuvo visión de negocios. El símbolo –que no llegó a construirse- de ese fraccionamiento, fue justamente un conjunto escultórico denominado El Palomar, autoría de uno de los tapatíos más famosos del siglo XX, el arquitecto Luis Barragán.

“Es que por el proyecto de Luis Barragán, El Palomar se llama así, porque la maravilla que ideó Luis Barragán era un palomar gigante, que no se hizo, pero quedó el nombre […] cuando iba a ser el aniversario 450 de la fundación de Guadalajara, el director de El Occidental, que en esa época era un periódico importantísimo, quizás el más importante, era Guillermo Chao; una vez me habló y me dijo: oye, quiero que el periódico empiece a promover la construcción de algo que simbolice los 450 años de la ciudad, y le dije, pues que hagan El Palomar de Barragán, no puede haber un símbolo más grandioso, y que lo hagan en el Cerro del Cuatro, que en esa época no estaba invadido de antenas…”.

Para el historiador Juan José Doñán, el tráfico de influencias que implicó El Palomar asestó un daño duradero a la conservación del bosque, porque sentó precedentes para favorecer zonas de exclusión.

“Cuando él logra los permisos para construir en La Primavera, va a abrir una patente de corso, con los otros fraccionamientos posteriores, Bugambilias, Rancho Contento […] si la autoridad federal había dado ya ese permiso, para algo que está en una cota más alta del cerro, ¿por qué no iba a dar para otros en cotas más bajas? Se suicidó porque tenía deudas muy grandes, tenía muchísimos acreedores, es como una historia novelesca, porque menos de dos semanas después destapan a López Portillo y se hubieran acabado sus problemas”.

El suicidio fue en el hotel Monte Carlo, que entonces tenía a su cargo. Los acreedores se quedaron con el proyecto, y ya no siguieron con la obra de Barragán, pero el fraccionamiento ha tenido una larga y exitosa trayectoria como negocio inmobiliario, en el cerro de El Tajo, al sureste de La Primavera.

A Dipp... la ley a secas

- Don Jorge, ¿qué pasaría si la propuesta del gobierno fuera que no se habite La Primavera?

- Es una idiotez, es como una casa abandonada, y lo que le pasa a una casa abandonada es que se cae; La Primavera deshabitada se muere, el hombre es el que le da vida a la naturaleza y la naturaleza al hombre, se complementan.

Este pasaje lleno de voluntarismo cósmico, tipo Schopenhauer, es en realidad una perla emitida por un hombre pragmático, seductor, “self-made man”, habilísimo en las relaciones públicas personales, que se ostentó como defensor de bienes naturales de Guadalajara y sus regiones circunvecinas… a la vez que hacía negocios con ellos. Es Jorge Dipp Murad, uno de los más conspicuos integrantes de la diáspora libanesa que ha hecho huesos viejos en la capital de Jalisco. La entrevista la realizó el reportero en agosto de 1998 en la oficina del empresario, en la zona industrial. Lucía ya enjuto y cansado, pero desprendía una fuerza interior que quizás sea la clave de su éxito en el mundo de los negocios… y de su fracaso inmobiliario en La Primavera

Jorge Dipp Murad, en su despacho de 1998 (Especial) Dipp Murad traía posiblemente el proyecto inmobiliario más ambicioso en el bosque: Ciudad La Primavera. Con helipuerto y aeródromo, campos de recreo, fincas campestres, caminos empedrados y todos los lujos de habitar la ciudad. La intención expresa era alojar medio millón de habitantes. El entonces mayor propietario del bosque se ostentaba en 1972 como dueño de unas 7,500 hectáreas. Amigo de gobernadores, de secretarios de estado, de presidentes. Logró convencer a Alberto Orozco Romero de convertir la sierra en una reserva urbana. El negocio pintaba como el mayor de su vida.

“López Portillo y don Jorge eran muy amigos; se hablaban, y don Jorge era muy insolente con el presidente, cosa que hacía que me cayera muy bien”, recuerda González Gortázar. “Se comenta que siendo López Portillo secretario de Hacienda al final del sexenio de Echeverría, llegó a visitarlo don Jorge y López Portillo muy enojado le dijo: estoy perfectamente enterado de que tú estás en quiebra técnica, de que debes más dinero del que tienes, y que pese a eso sigues pidiendo prestado, dando garantías falsas, y que él le contesto: claro Pepe, eso hago, y exactamente está todo el país igual…”. El trato era familiar, de confianza extrema, de camaradas. Sin embargo, López Portillo no permitió el desarrollo inmobiliario en los predios de Dipp, y por el contrario, le tomó 5,290 ha “a título de donación”, por deudas fiscales del magnate tapatío. Ese terreno formó la base del patrimonio público que se sostiene en La Primavera: el propio presidente en funciones lo donó al gobierno de Jalisco.

- Don Jorge presumió en la entrevista de hace 20 años que él era el principal donante de área pública en La Primavera, pero nunca dijo que tenía problemas fiscales que lo obligaron a ser benefactor.

- Sin duda, y quien financiaba los negocios de don Jorge era la Secretaría de Hacienda, o sea, López Portillo.

El origen de esa amistad puede ser las raíces jaliscienses de la familia López Portillo. Dipp se había logrado introducir en la alta sociedad tapatía desde los años treinta (MILENIO JALISCO, 30 de marzo de 2018). “Cuando era candidato a la presidencia hubo un gran mitin en la plaza de la Liberación, donde López Portillo dijo: ‘una pena tengo en mi vida, la de no haber nacido en Guadalajara; y un orgullo tengo en mi vida, la de llevar sangre de muchas, pero muchas generaciones de jaliscienses’. Ya te imaginarás que a todos los concurrentes se los echó a la bolsa; yo nunca conocí a López Portillo, más que una vez, siendo presidente, pero conocí a Margarita, su hermana […] si la conocí muy bien, porque iba a visita mi mamá con mucha frecuencia a su mamá, doña Cuquita, es decir, eran tapatíos a más no poder; nomás eran tres, Margarita, Alicia y José, y el único de la familia López Portillo que no vivió en Guadalajara fue José, pero doña Cuquita vivió casi hasta el final, ya muy viejita se la llevó a morir a México, era una personas encantadora”, agrega el artista.

La visión inmobiliaria de La Primavera era muy común en esos años 70, más allá de que para muchos representaba más la utopía bucólica frente a la ciudad que crecía y se desordenaba. Don Vicente Gerardo Arregui compró en esos años y recuerda que se puso de moda comprar a lo largo del camino a San Isidro Mazatepec, una carretera que se prometía, pronto sería completada.

“Hubo mucha compra de gente de Guadalajara, más que nada en cuestión de bienes raíces, especulativa. Don Jorge ya tenía su rancho en La Lobera, que conservó incluso cuando hizo la donación. No había autoridad, ni limitantes, no había organismos reguladores para el cuidado del bosque y la ecología. Aquello era tierra de nadie…”.

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Claves 

Una cronología 

1943
Se inaugura el primer balnerario del bosque, denominado La Primavera

1959
Una sociedad mercantil extranjera adquiere 10 hectáreas para abrir el SPA más antiguo

1968
Se establece el fraccionamiento más antiguo al interior del bosque: Pinar de la Venta

1970 y 1972
Decretos estatales para hacer de La Primavera “zona de utilidad pública y suo turístico” y “reserva urbana” de Guadalajara

1974-1975
La Secretaría de Recursos Hidráulicos establece la delimitación preliminar para un decreto de parque nacional, y luego, la definitiva

1976
Se entrega al presidente Luis Echeverría la propuesta de parque nacional, en junio de ese año. 33 organismos de interés social y la Universidad de Guadalajara lo proponen

1980
Rechazada la propuesta de parque nacional, el presidente José López Portillo decreta el 6 de marzo “zona de protección forestal y refugio de fauna silvestre”

Fuente: Plan de Manejo Bosque La Primavera, 1989, Facultad de Agricultura y DICSA de la UdeG
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