miércoles, 31 de julio de 2013

Toneladas de azolve destruyen los esteros

CRISIS PESQUERA EN LA COSTA DE JALISCO / 2




Suelo fértil y contaminación merman pesca estuarina; son males que nacen en las montañas y las zonas agrícolas. En la foto, el estero El Ermitaño, y al fondo, el Hotelito desconocido

Agustín del Castillo / Costa de Jalisco. MILENIO JALISCO

El río de La Eca nace por primera vez, cristalino, transparente y translúcido, como hogar de ajolotes, libélulas y aves que canturrean entre los juncos y las copas de los árboles del bosque de galería que protege sus primeros pasos cuenca abajo, en la sierra de Cacoma, con destino hacia el mar.

Muy cerca del poblado de Jirosto, en Villa Purificación, donde los chiquillos juegan al atardecer en las calles arenosas, las mujeres lavan la ropa y Claro Ramírez recuerda las disputas agrarias por la comunidad indígena y las tentativas productivas que han dejado su huella en el paisaje: laderas pelonas, parcelas desmontadas, vacas desbalagadas entre pastizales invasores de la vieja selva derrotada.

La creciente falta de cobertura vegetal de la cuenca del río Cuitzmala tiene una factura que se paga en el temporal: bajan desde estas prominencias cientos de toneladas de suelo que se desprende por la acción erosiva del agua. Y llegan al litoral. “Los azolves de las talas y desmontes nos llegan con las lluvias, y todos los esteros los tenemos tapados; las especies marinas llegan, desovan y regresan al mar, pero qué pasa, que muchas veces, si el estero está cerrado, desovarán en el mar y sus crías serán pasto de depredadores, entonces eso traerá una merma que nos afecta como pescadores, porque los esteros son los cuneros de las especies que aprovechamos”, refiere David Durán, pescador cooperativista de Punta Pérula, al norte de la bahía de Chamela.

Es un problema mayúsculo. “Prácticamente todos los cuerpos de agua costeros están con problemas de azolves […] entre más deforestación, mayor es el volumen de materia orgánica que se acarrea cuenca abajo, y eso va a generar problemas serios en la parte alta, porque no va a crecer nada allí, y en la baja, pues se van a rellenar los cuerpos de agua costeros, y no olvidemos que entran también desechos de la agricultura y de los poblados; entonces, para hablar de resolver los problemas de la pesca, tenemos que atender esto bien”, advierte el coordinador regional del Instituto de Acuacultura y Pesca de Jalisco, Braulio César Durand Martínez.

Es una historia que se multiplica por toda la región. En el caso del sistema Agua Dulce-El Ermitaño, hay un elemento extra: la existencia de la cortina de Cajón de Peña, que si bien retiene muchos azolves, implica una amplia red de canales que tributan hacia El Ermitaño con abundante materia orgánica y tóxica derivada de los sembradíos.

“La presa se hizo en los años setenta y se puso en operación como en 1976 y, desde entonces, los desechos del distrito de riego entran al estero, […] también tenemos el problema de que las compuertas se abren sin control, sin avisar, y nos llenan el vaso y provocan que se abra la boca de la barra hacia el mar, entonces se pierde toda la producción”, se queja don Carlos Ramírez, miembro de la Cooperativa La Cruz de Loreto.

Esta es una de las más viejas y grandes cooperativas del litoral de Jalisco. En los ochenta fue la más rica. “Hace 25 o 30 años, la cooperativa producía 20 a 25 toneladas de camarón ya seco por semana, hace diez años sacabas una tonelada y ahora no sacas más que unos kilos”, agrega el atribulado pescador.

El distrito de riego implicó derribar selva en la llanura costera, casi 30 mil hectáreas; “estamos de acuerdo en que fue muy importante para la agricultura, pero el sector pesquero fue el más afectado, y le hemos hecho la lucha porque El Ermitaño es muy productivo, hay mucho mangle y esto ayuda mucho al robalo, el camarón, la mojarra, la lisa, la jaiba grande, pero nos mandan corrientes muy fuertes que no pueden ser controladas, y necesitamos una obra que nos dicen es muy cara”, secunda el presidente de la cooperativa, Efrén Rodríguez Pelayo.

La organización también le dio vida a un vaso contiguo que padecía muy alta salinidad, el estero Agua Dulce, llamado así por un canal de más de ocho kilómetros que se abrió en los años sesenta. Hoy, con la declaratoria de sitio Ramsar, no se permite desazolvar el canal y retirar el manglar que lo obstruye, y la laguna podría morir, aseguran los ribereños.

Hay al menos 22 cuerpos de agua costeros entre Puerto Vallarta y el río Marabasco. Todos presentan deterioro acusado a partir de los años sesenta, cuando arranca la época de más intensiva colonización del litoral.

“La laguna de Navidad parecía un río, había en ese tiempo mucho ostión, almeja, callo de hacha, había hasta lo que no te puede imaginar […] con el callo de hacha se beneficiaba toda la región, venía gente de Mazatlán y Michoacán, de mil a 1,500 gentes, sin exagerar; era una fuente de trabajo que ya se acabó, por las alteraciones que se le hicieron”, explica al sur de la región el dirigente cooperativista de Barra de Navidad, Alejandro Trujillo Hernández.

Es fruto de otro largo historial de errores que vienen desde la sierra de Manantlán y pasan por los megadesarrollos turísticos vecinos. Arriba, en el área protegida federal, cobijados por la generosidad de los chubascos entre relámpagos parpadeantes que iluminan las florestas de pino, los ríos también nacen; cristalinos, transparentes, translúcidos…


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Claves

El dato

- La actividad de la pesca en la costa de Jalisco “se caracteriza por ser de tipo artesanal. Es decir aquella que se realiza cerca de la costa por medio de lanchas o pangas con motor fuera de borda y a través de la utilización de variadas artes de pesca [anzuelo, redes con diferente luz de malla, palangres]”.

- La pesquería no está dirigida a la captura de grandes volúmenes de una o pocas especies (como las pesquerías industriales del camarón o atún), sino que se capturan de decenas de especies distintas con valor comercial también distinto.

martes, 30 de julio de 2013

Huachinango, la ruina de una pesquería

CRISIS PESQUERA EN LA COSTA DE JALISCO / 1


El llamado también pargo rojo representaba hasta 70% de la pesca en el litoral. La pesca artesanal, la única permitida y posible, vive un acusado declive en producción, en valor económico y en sustentabilidad. En la foto, barcazas solitarias en el estero Agua Dulce, de Tomatlán

Agustín del Castillo / Costa de Jalisco. MILENIO JALISCO

"Hoy vas a pescar y encuentras la temperatura a 20 grados; mañana regresas y está a 25 grados, y ya pasado mañana baja a 18; traemos un tremendo descontrol y eso altera la presencia de todas las especies”, señala Ariel Mendoza Rodríguez, presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras de la Costa Centro de Jalisco; así, “yo creo que la principal problemática que tenemos es el calentamiento global”, añade sin dudar, mientras el tesorero de la organización y también pescador, David Durán Holguín, hace una mueca de aprobación.

Anochece en Punta Pérula, la saliente norte de la Bahía de Chamela. La lluvia cae lenta y persistente, pero apenas ahuyenta el calor de la temporada. Tres días atrás pasó la cola del huracán Érick, pero tuvo un impacto mínimo, aunque los mares han estado agitados y eso es arribo de nutrientes y vida. Pero el desconcierto por el sube y baja va más allá de la temporada y es una constante en todos los puntos del litoral. Tan al norte como en Tehuamixtle o Punta Corrales, o al sur, como en la bahía de Navidad.

“Yo entiendo que esto tiene que ver con la corriente de El Niño o de La Niña, cuando llega agua caliente en los tiempos que no la esperamos; nosotros esperamos que en septiembre, a mediados, el agua se empiece a enfriar, y eso nos va a acercar el huachinango, la sierra y muchas especies, que tienen sus tiempos, pero luego resulta que el agua está caliente y fuera del orden […] tenemos décadas en esto, pero no podemos encontrar ya los peces, y de 2005 para acá lo hemos notado de forma muy contundente”, dice don Alejandro Trujillo Hernández, de la Federación Regional de Sociedades Cooperativas de la Industria Pesquera del estado de Jalisco, quien trabaja en las playas de Barra de Navidad y preside la organización líder en capturas, lo que resalta el valor de su testimonio.

Pero no es sólo culpar a un fenómeno tan amplio en patrones y en causas, que termina por establecer apenas responsabilidades impersonales. Hay sin duda, aparejados, una serie de factores locales que incluyen el manejo inadecuado de las cuencas terrestres, taladas en más de 50 por ciento; la sobreexplotación de los bancos pesqueros; el saqueo de especies por la gran industria camaronícola del mar de Cortés y la destrucción de sus hábitats con todo tipo de artes de pesca ilegales.

“Existe la fuerte percepción entre patrones y marineros, de que la pesca ha perdido rentabilidad en los últimos diez años […] entre las principales respuestas están la declinación de la captura -se agotan los stocks [sic] o existencias-, se reducen las ganancias, se incrementan los gastos de producción, y un largo etcétera”, señala el director del Departamento de Estudios para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras, de la Universidad de Guadalajara, Francisco de Asís Silva Bátiz.

“Hay un contexto de proceso de modernización de la flota pesquera caracterizado por la sustitución de los motores fuera de borda -de dos a cuatro tiempos-, y equipos de pesca, posibilitado por el acceso a créditos proveniente de programas gubernamentales federales y estatales, lo que ha permitido que el poder de pesca –la capacidad para infligir mortalidad por pesca-, se incrementara en los últimos siete años”.

Y si bien, los académicos advierten que no hay estadísticas confiables, a nivel de cooperativas se han hecho esfuerzos que demuestran la tendencia a la baja. Anexo a este texto se puede consultar un levantamiento con datos de las cooperativas de La Manzanilla y Barra de Navidad, las principales de la región, que revelan el descenso en la producción del pargo rojo o huachinango (el producto estrella de la pesca artesanal de Jalisco) de más de 50 por ciento en lo que va del siglo XXI.

Y si bien, las estadísticas del gobierno federal no demuestran la drástica línea de descenso, a un escenario de tres décadas presentan lo siguiente: en 1990 se registraron 35 mil toneladas de captura, con el punto más bajo en el año 2002, con apenas poco más de 11 mil t. En 2010 registró una producción de 21.122 t. Si se toma la cifra de 1990, hay un descenso de casi 30 por ciento (ver el Anuario estadístico de pesca 2010 y los datos del sistema productivo pesca en el Ordenamiento Ecológico Territorial de Jalisco, 1997).

“La pesca ha dejado de ser una actividad viable; la mayoría debe dedicarse a otros trabajos para sobrevivir, de jornaleros o albañiles, o de plano, migrar a Vallarta o Estados Unidos”, explica don Carlos Ramírez, uno de los veteranos de la cooperativa de La Cruz de Loreto, en Tomatlán.

Hay especies vivas que son emblemas en estos tiempos de cambios. El huachinango (Lutjanus peru), que es una variedad de pargo muy apreciada en las mesas mexicanas, conocido también como pargo rojo o platillero (la variedad juvenil cabe perfectamente en un plato), ha sumado históricamente las mayores capturas de la pesca en el litoral jalisciense, hasta 70 por ciento del volumen total. Su pesca es sustento de al menos 1,102 pescadores agremiados en 44 organizaciones costeras del estado.

Se trata de un pez residente de los bajíos costeros de los mares tropicales de América, de Perú a Sinaloa, que puede vivir más de 30 años, pero que ha sido fuertemente presionado, junto con otros pargos (las otras dos especies de pargo más capturadas en la zona son el L guttatus y L argentiventris). Su comportamiento está regulado, como el de otros peces, por la temperatura del agua. Si en la zona donde se alimenta de crustáceos y moluscos no hace frío, no se acercará a la costa. Peor: los grandes barcos de Sinaloa, Nayarit y Colima, hacen capturas “incidentales”, destruyen los frágiles biomas que reproducen a sus presas, y arrasan las piedreras del fondo marino donde el huachinango se refugia por las noches.

La caída de las pesquerías de Lutjanos peru es así reflejo de todo el mal manejo de los mares mexicanos y globales. El drama de extinciones y supervivencias como telón de fondo de un desastre económico y un posible fracaso social de consecuencias imprevisibles.


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CLAVES

El huachinango ha sido tradicionalmente el principal recurso que se captura en el litoral de Jalisco, con 70% del total; sin embargo en los últimos años su producción ha declinado hasta la mitad, lo que es más marcado en el “huachinango platillero”, que es la talla de mayor demanda y mayor valor comercial

Como respuesta, los pescadores han incrementado su esfuerzo a la captura de especies reservadas como los peces dorados, vela, marlin y atún, aunque se reportan como captura incidental, pues presiona fuertemente para impedirlo la poderosa élite social que practica la pesca deportiva mexicana

El grupo de mariscos está compuesto por langosta, pulpo, ostión y caracol y forman el segundo grupo más productivo, también con declinaciones de 50% desde 2002. Algunas especies, como el ostión, están a punto de desaparecer. Una clave del problema es el azolvamiento creciente, por deforestaciones, de los esteros y lagunas costeras donde se reproducen

Las variedades denominadas “segundas” abarcan más de cien especies de peces, pero también presentan el mismo declive. Los datos han sido medidos en el caso de dos cooperativas de la Costa Sur: la de Barra de Navidad y la de la Manzanilla


viernes, 26 de julio de 2013

Tres grandes opositores al nuevo OPD del bosque La Primavera




Dos ejidos y un propietario quieren más poder de decisión; El argumento central es que se violan sus derechos de propiedad con un organismo presuntamente “impuesto”

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

El triunfo legal que logró el ejido Santa Ana Tepetitlán en 2008 —un juicio de amparo confirmado por un Colegiado que separó sus 640 hectáreas de bosque del decreto protegido de La Primavera— mantiene a la ofensiva a un nutrido grupo de propietarios y ejidatarios, en posición de exigir más espacios y más poder de decisión en el nuevo organismo operador estatal que regiría los destinos en la zona a partir de la aprobación de la ley por los diputados locales.

El ejido separado, junto con miembros del ejido La Primavera y un propietario privado, el cónsul de Austria Eric Coufal, son identificados por el sector oficial como cabezas visibles de esa oposición, en que aluden que se les pretende aplicar una regulación legal similar a la expropiación, argumento que por cierto sostuvo Santa Ana para sacar adelante su juicio (revisión 465/2007 del amparo 413/2001), en el cual tanto el juez Tercero de Distrito como el Primer Tribunal Colegiado del Tercer Circuito consideraron que el decreto viola la propiedad privada.

“La superficie de terreno reclamada fue afectada por el decreto reclamado, lo que sin duda afecta su interés jurídico, en razón de que si bien dicho decreto no cancela los derechos de propiedad del ejido respecto de la superficie dotada, lo cierto es que le impide libremente gozar, disfrutar y disponer de la misma —características de la propiedad—, toda vez que prohíbe explotar de forma desmedida los recursos naturales que contiene, así como emplearla para fines urbanísticos…”, dijo entonces el juez (ver Público-MILENIO, 7 de junio de 2007 y 7 de julio de 2008).

Paradójicamente, Santa Ana Tepetitlán encabeza el reclamo de más asientos y poder de decisión para los ejidos, cuando por voluntad propia se separó de la reserva protegida. Otro núcleo de oposición importante está en los líderes del ejido La Primavera. En ambos casos se han canalizado millonarios apoyos en los últimos años en aspectos como pago de servicios ambientales, reforestación y restauración ambiental.

Pero mientras el caos urbano desatado en las tierras “liberadas” de Santa Ana suscitó el mayor incendio registrado desde 2005 (8,177 hectáreas en abril de 2012), algunos ejidatarios de La Primavera han instalado núcleos de recreo en abierta violación del decreto y su programa de manejo, como lo es un carril para carreras de caballos en el interior del bosque.

En el caso de Eric Coufal, hijo del famoso arquitecto austriaco cofundador de la escuela de Arquitectura de la UdeG, adquirió un paño de terrenos que pertenecieron al finado Jorge Dipp Murad, antaño el gran propietario de La Primavera. Su idea de lo que necesita el bosque protegido la esbozó claramente en la sesión en que se eligió a José Luis Gámez como actual director ejecutivo del bosque, el 9 de mayo de 2008: darle a propietarios y ejidatarios 50 por ciento de la representación de voz y voto en el órgano de gobierno, y establecer negocios “ecoturísticos” para compensar lo perdido con el decreto de 1980 (Público-MILENIO, 10 de mayo de 2008).

De manera que sí hay oposición, pese al optimismo de los diputados. Y en un mes se sabrá si son capaces de frenar o alterar la nueva ley para el órgano de gobierno del bosque.

jueves, 25 de julio de 2013

El OPD de La Primavera, retrasado pero “fortalecido”



La titular de la Semadet señala que se ha debido ampliar información y vencer resistencias para sacar adelante el nuevo organismo, único en el país
   
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

No se cumplió el propósito de contar en este mes de julio con la ley del nuevo organismo público descentralizado (OPD) que gobernará el bosque La Primavera, pero la secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Magdalena Ruiz Mejía, aseguró que eso se debió a que las negociaciones y el diálogo con las partes ha sido mayor del esperado, por lo cual “no se debe temer” por el destino de ese esquema que da voz y voto a propietarios y ejidatarios por primera vez en la historia de las áreas naturales protegidas de México.

“No hay otro organismo igual, se establecen por ley los consejos asesores, que son esos, asesores y no tomadores de decisiones; lo que tenemos con la propuesta que saldrá adelante en el Congreso es una representación formal con voz y voto, uno para los propietarios y otro para los ejidatarios, y se debe valorar como un avance sin precedentes”, subrayó la funcionaria, en entrevista
con MILENIO JALISCO.

Reconoció que la parte medular de la explicación de por qué no se tuvo en el tiempo previsto por el coordinador priista, Miguel Castro Reynoso, es que hubo demanda de clarificar los alcances del organismo, aunque las leyes en la materia los establecen de forma explícita.

“Por un lado, enfatizar que no estamos poniendo a negociación el cumplimiento de los objetivos del decreto de protección de 1980, esos son la esencia de la tarea no solo de las autoridades, sino de todos los ciudadanos, proteger los ecosistemas naturales y los servicios que nos brindan […] una segunda aclaración es que un organismo de este tipo no está por encima de la ley, es decir, el decreto impone condiciones a los usos de suelo pero nunca afecta el régimen de propiedad, que permanece privada o ejidal, o pública, según el caso”, dijo.

Un tercer aspecto muy solicitado es relativo a la representación. Ruiz Mejía consideró importante aquilatar el avance que representa el OPD de La Primavera, porque tanto la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente como la Ley de Áreas Naturales Protegidas, ambas federales, establecen la posibilidad de abrir consejos asesores con una representación legítima de propietarios y usuarios de los recursos naturales de una reserva. “Pero hemos ido más lejos, porque nosotros los metemos con voz y voto, podrán opinar pero ayudarán a decidir, eso no tiene comparación y rebasa con mucho la legislación en la materia”, subrayó.

De este modo, la funcionaria aseguró que se han ido venciendo resistencias y aclarando incertidumbres y cuestionamientos. La mayor parte de los propietarios y ejidatarios ya han dado el sí. Los principales organismos ciudadanos y ecologistas, también. La Universidad de Guadalajara se adhirió al objetivo, y los presidentes municipales y organismos públicos de participación social como el Cesjal (Consejo Económico y Social del estado de Jalisco) han recibido exhaustiva información, aseguró.

Permanece un reducto de opositores, sobre todo algunos ejidos y propietarios, que demandan más intervención en el organismo, pero Ruiz Mejía espera que en un mes, con el apoyo mayoritario, la nueva ley sea aprobada y promulgada.

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Grupo de vigilancia

- Las discusiones sobre el nuevo organismo operador no han sido solamente para dejar claro lo que la ley ya señala; hay aportaciones que serán incorporadas al OPD, señala la titular de la Semadet.

- La más importante es la habilitación de un grupo de vigilancia que no estaba previsto, y que es parte de las tareas de la actual dirección ejecutiva del bosque, la nueva formalidad es en aras de garantizar que no se violentará el programa de manejo y sobre todo, los objetivos del decreto de 1980.

martes, 23 de julio de 2013

Semarnat permitirá dragado de la laguna debido a “urgencia”


No se ha solicitado la remoción de la escollera, pero la dependencia buscará que se recupere el funcionamiento del sistema hidrológico original

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ya emitió una “exención” de manifestación de impacto ambiental (MIA) para el dragado de la laguna de Navidad, pues se ha demostrado la urgencia de eliminar el azolve en la zona ante la eventualidad de que arribe un nuevo ciclón que ponga en riesgo a la población del lugar, dijo ayer el subdelegado en Jalisco de la dependencia federal, Isidro de Jesús Lucio Virrueta.

En entrevista con este diario, el funcionario dijo que otros procesos que se pretenden hacer, como el retiro de la escollera-espigón construida en 1986 para proteger la marina del hotel Isla Navidad, o el relleno de geocostales con la arena dragada, o la reconstrucción de la playa, requieren de nuevas solicitudes en las cuales se deberá valorar si hay un impacto ambiental y de qué tipo es.

“La Semarnat llega hasta donde es la playa, la autorización de remover el espigón y la escollera tendrá que revisarse por nosotros, pero por lo que hemos podido recolectar de información, se construyó antes de la entrada en vigor de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente [LGEEPA], que es de 1988, y por eso no hubo una medición de su impacto, cuyas consecuencias ahora se tienen”, señaló.

De este modo, a la secretaría le corresponde “la autorización para quitar el espigón o la escollera o ambos, determinar si eso va a tener algún impacto ambiental mayor o va a afectar al sistema lagunar y a la parte marina; para eso ya se hicieron las investigaciones correspondientes […] pero la Semarnat autorizó el desazolve de la laguna como una medida urgente, porque así lo determina Protección Civil, y nosotros lo aplicamos de acuerdo con los artículos quinto y séptimo de la LGEEPA, como obras de emergencia”, justificó.

Esto se fortalece con las recientes investigaciones de expertos de la UNAM y la UdeG (MILENIO JALISCO, 16 a 19 de julio de 2013), que aportan certeza de que el dragado no daña el ambiente y por el contrario, es indispensable.

“La Semarnat evaluaría en su momento las otras obras que se pretenden, tanto las que propone la UNAM, como las que propone la misma Sagarpa […] en el caso de las otras obras de emergencia que se quieren establecer en el mar –las estructuras para aminorar el oleaje-, eso obliga a que las autorice la Secretaría de Marina, porque todo vertimiento que se tenga que hacer en el mar, lo tienen que autorizar ellos, por ley”, añadió.

- Entonces, ¿el retiro de la escollera es un asunto que ustedes van a valorar?

- Sí, vamos a analizar lo que se proponga, el método de retiro del material, y si nos logran comprobar que no hay un impacto hacia los sistemas costeros, no tendríamos problema de poderlo eximir de la MIA.

- Respecto a los otros problemas detectados, ¿tienen alguna petición?.

- Bueno, esto del azolve lo deja evidenciado; las obras civiles que se hicieron en la laguna para las marinas, han venido afectando al ecosistema y agregado al tema de la escollera, está perfectamente claro que es la causa de lo que ahora se enfrenta, pero todavía no tenemos alguna petición formal.

- Para un ciudadano, ¿qué requisitos se deben cumplir para solicitarles la remoción de esas estructuras?

- Que se haga una petición formal, por ejemplo, del municipio o de alguien de la población; cualquier ciudadano lo puede solicitar, pero claro que debe de tener un sustento científico que nos permita tomar decisiones como delegación, pero es un derecho de todos.

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“Emergencia”

La Semarnat exime de estudio de impacto ambiental el dragado de la laguna de Navidad, en prevención de un desastre que ocasionaría la llegada de un huracán, aplicando dos artículos de la LGEEPA donde establece su competencia y la del gobierno del estado –vía la Unidad Estatal de Protección Civil- para hacerlo:

Artículo 5.- “Son facultades de la Federación: […] VII.- La participación en la prevención y el control de emergencias y contingencias ambientales, conforme a las políticas y programas de protección civil que al efecto se establezcan”.

Artículo 7. “Corresponden a los Estados, de conformidad con lo dispuesto en esta Ley y las leyes locales en la materia, las siguientes facultades: […] XII.- La participación en emergencias y contingencias ambientales, conforme a las políticas y programas de protección civil que al efecto se establezcan”.

lunes, 22 de julio de 2013

El gobierno retirará la obra que daña la playa



La Secretaría de Infraestructura y Obra Pública del estado de Jalisco plantea un proyecto para recuperar la línea de costa de Barra de Navidad en un largo plazo

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

La escollera o espigón sumergido que ha causado el desastre ambiental en Barra de Navidad deberá ser suprimido, en un plazo no mayor a seis meses después de que comiencen los trabajos de restauración de la laguna y la playa de ese destino de la Costa Sur de Jalisco.

Ese es el planteamiento que le hizo la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública del gobierno de Jalisco, en una presentación entregada al Ayuntamiento de Cihuatlán, tras la fuerte presión social que ha generado la casi total pérdida de la playa que se ha agravado en los último dos años (MILENIO JALISCO, 16 de julio de 2013).

La propuesta fue elaborada por una empresa denominada Ingeniería Marítima SA, y parte de los estudios previos y los planteamientos realizados por expertos del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a los que se hacen algunas adiciones, sin precisar los costos de todos los trabajos y otros estudios que se demandan, según una copia del documento que posee este diario.

“Dadas las afectaciones en el equilibrio dinámico y la disminución de la resistencia [sic] del sistema natural, es inevitable tomar medidas urgentes que garanticen la seguridad de la población, de la actividad económica y de la conservación de la playa”, señala el texto.

Las obras previstas son las siguientes: “construcción de estructuras provisionales de protección playera; demolición y retiro aproximadamente de 100 m de escollera sumergida; demolición y retiro de escombro de la playa; construcción de muro a base [sic] de tablestaca metálica de 250 metros; dragado y rehabilitación de playa”.

El tema de la estructura denominada “tablaestaca” para protección de las edificaciones a la orilla de la playa es controvertido porque a la larga podría implicar problemas al impedir la conformación natural de las dunas, pero por medio del ayuntamiento se está planteando en la actualidad al gobierno la necesidad de realizar nuevas reuniones con los expertos de la UNAM y del Departamento para el Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras de la UdeG, a efecto de discutir la pertinencia de algunos planteamientos.

En particular, la propuesta del gobierno modifica la de la UNAM en el tema de la barrera de protección contra el oleaje; el planteamiento de los ingenieros de la casa de estudios es de dos estructuras a 50 y 300 metros de la actual escollera de protección para la marina de Isla Navidad (edición del 19 de julio de 2013). Pero ahora se proponen tres estructuras con la idea de que cubrirían aún más el impacto del oleaje (ver gráficos anexos).

En cuanto a los tiempos, se prevén 16 meses para ejecutarlo todo, estudios y proyectos: las estructuras provisionales para contener el oleaje se harían a partir de 45 días, en un mes; la escollera o espigón se demolería a partir de los dos meses y medio, durante otros tres meses y medio; la tablaestaca metálica requiere de cinco meses a partir del término del mes cuatro. El dragado de la laguna y la rehabilitación de la playa requieren los siete últimos meses del programa.

No hay estimación de costos, pero el gobierno federal aportaría 31 millones de pesos vía la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y el gobierno de Jalisco ya anunció 30 millones de pesos más.

La secretaría señala la necesidad de los siguientes estudios, algunos ya realizados por la UNAM: estudio integral para la recuperación de la playa en el frente costero en Barra de Navidad; levantamiento batimétrico; análisis de procesos físicos en unidades naturales de comportamiento sedimentológico; modelación matemática de la dinámica litoral; ingeniería básica y de proyecto ejecutivo; plan maestro de ordenamiento urbano-costero que incluye además ordenamiento ambiental y portuario; y el controvertido proyecto ejecutivo del “tablestacado para protección de las estructuras urbanas localizadas en el frente costero en Barra de Navidad”.

Todos los trabajos, por intervenir una laguna natural (sitio Ramsar) y zonas de litoral, requieren de una manifestación de impacto ambiental, para evitar decisiones erróneas como las que se tomaron en el pasado.

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¿Por qué la escollera?

Según el lenguaje de los ingenieros, un espigón, rompeolas o escollera “es una estructura no lineal construida con bloques de roca de dimensiones considerables, o con elementos prefabricados de hormigón, […] que son colocados dentro del agua, en ríos, arroyos o próximos a la costa marítima, con la intención de aumentar el flujo en varias direcciones determinadas, reducir el oleaje o evitar la decantación de arena”, según la definición de Wikipedia. Se considera que la escollera es la parte emergida y espigón la sumergida. En el caso de Barra de Navidad, esta construcción, de unos 125 metros, alteró el esquema de depósito de arena desde la laguna de Navidad hacia la playa pues desvió la corriente que además, funcionaba para amortiguar el oleaje. Esto cortó la llegad de arena aluvial a la playa y aumentó la erosión marina, con las consecuencias vistas hoy en la zona.

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Sagarpa hace su propia
propuesta para Barra

La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) tiene su propia propuesta para resolver los daños ambientales que padece Barra de Navidad. Y de acuerdo a un consultor que trabaja para la dependencia, no se debe eliminar la escollera-espigón, sino cambiar su orientación, aunque esto no resolvería a fondo el problema de la playa.

“Se recomienda no realizar el dragado de la laguna sin tener un programa de rehabilitación para la costa de Barra de Navidad. Ya que de dragarse la laguna y depositar el material en la costa sin antes tener las modificaciones de escollera y ausencia de geotubos, el material se perderá sin haber logrado mejoras”, dice Pedro Tenorio Meyer, director de Operaciones Marinas de CGP Paragón.

Así, “se recomienda reforzar la escollera existente y de acuerdo a los estudios que se realizarán, hacer las modificaciones pertinentes, ya que existen geotubos colocados en el lecho marino que ya no están cumpliendo su función […] recomiendo rehabilitar la escollera y con base a los estudios, realizar los cambios en la configuración, ya que es muy probable que se tenga que alargar la escollera y realizar un corte a 45 grados de la longitud necesaria para desviar corrientes que están afectando hoy en día”, afirma.
De este modo, “se recomienda la colocación de geotubos frente a las costas de Barra de Navidad con la intención de detener la energía del oleaje mismo que está ocasionando la erosión de playas, afectando directamente a la infraestructura”.

El consultor resalta que al encontrarse en la entrada de la temporada de huracanes, hay poco tiempo para actuar. “Habilitando los puntos clave en la costa, entonces será importante iniciar con el dragado y aprovechar todo el material para colocarlo en las playas […] es una gran fortuna que el material a desazolvar dentro de la laguna sea el mismo en cuanto a propiedades químicas que el que se encuentra en las playas, motivo por el cual es la oportunidad de resolver dos problemas en un solo proyecto”.

Las recomendaciones de este consultor “fueron basadas en la inspección realizada los días 30 y 31 de mayo de 2013 en las zonas afectadas en el interior de la laguna y la costa, así como un análisis a toda la documentación oceanográfica con la que el municipio cuenta […] como conclusión, comento que es importante comenzar con los estudios previos […] los problemas que ahora existen crecerán, aumentando el riesgo para los habitantes. El presupuesto para desarrollar los proyectos que se recomiendan no será suficiente, de no atenderse de forma pronta”.

domingo, 21 de julio de 2013

El Zapotillo, el negocio de privatizar el agua



Conredes alerta: hay que informarse y resistir para impedir el despojo del bien, pues eso colapsaría la economía regional. En la foto, el hoy gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, como candidato visita a ganaderos alteños

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

El propósito de la megaobra en El Zapotillo y el acueducto para la ciudad de León es "un proceso de privatización del agua" que traerá graves consecuencias para la región de Los Altos de Jalisco, afirmó el presidente de la asociación Civil Consejo Regional para el Desarrollo Sustentable (Conredes), Juan Guillermo Márquez Gutiérrez.

El activista destacó la necesidad de comenzar con una campaña informativa para que los vecinos de la región y de todo Jalisco "se enteren de este grave despojo" que podría generar el colapso económico del campo, que en el caso de Los Altos, es el sustento de más de un millón de habitantes y además genera casi un tercio del producto interno bruto de Jalisco.

"El problema del agua en las poblaciones de Los Altos y de la propia región, no solo es climático -si llueve o no-, sino también de restricciones para el aprovechamiento del agua existente y disponible, o vedas -prohibiciones- que los responsables oficiales han impuesto", afirmó.

Con base en documentos oficiales y estudios serios, la conclusión es alarmante. Y se resume en lo siguiente:
Uno, "el objetivo del trasvase -llevar agua de una cuenca a otra- es la privatización del agua. Es el combustible que mueve a todo el proyecto, unos ingresos de por lo menos 1,300 millones de dólares"; dos, "su instrumento para lograrlo es la presa El Zapotillo; que es para llevar agua de reserva al valle de León -incluyendo veladamente al parque industrial Puerto Interior- y que tenga agua en abundancia. Como consecuencia Los Altos de Jalisco, el estado de Aguascalientes y parte de Zacatecas, desde el año pasado no pueden disponer de más agua –subterránea ni superficial-. Si alguien lo duda, solicite una concesión de agua".

Tres, " El agua de esta región se ha dado en concesión a la empresa española Abengoa por un periodo inicial de 25 años y la Comisión Nacional del Agua se comprometió con ellos a ser el ‘policía’ que les cuide ‘su agua’"; cuatro, "la cuenca del Alto Santiago (a la que pertenece el río Verde), en el 2006 tenía un déficit de 367 millones de metros cúbicos y a pesar de eso, insisten en llevarse el agua"; cinco, "quieren aplicar un convenio -que luego se convirtió en decreto- de distribución de agua que se firmó entre Guanajuato y Jalisco en 1995, 18 años después sin actualizarlo (los estudios datan de 1984) y lo peor: sin tomar en cuenta a los perjudicados".

Seis, no hicieron estudios que midan los impactos social, económico o al medio ambiente, ni lo que se viene con el cambio climático; ni la justificación de las vedas. “Todas estas medidas (clausura de pozos, entre ellas) parecen más bien encaminadas a doblegar a los alteños para que permitan que se les despoje de un bien esencial, como lo es el agua, a la que como mexicanos tienen legítimo derecho".

Siete, la presa puede ser aceptable si no inunda Temaca y se determina tomar agua sin afectar a terceros. El presidente de Conredes exhorta a la población a una campaña de oposición para impedir este “latrocinio”.

sábado, 20 de julio de 2013

Playas perdidas, casos al alza en todo México


Puerto Vallarta lo había vivido en 2001 en Mismaloya, como ahora Barra de Navidad. Costos millonarios en restaurar las dunas costeras afectadas por eventos extremos y malos manejos humanos

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

La destrucción de playas debido a la intervención humana, proceso evidenciado por fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, tsunamis y grandes marejadas, es un problema cada vez más común en las zonas turísticas del litoral del país.

Ha sucedido en Barra de Navidad por el manejo inadecuado de los asentamientos humanos y los desarrollos turísticos contiguos, que modificaron el funcionamiento del sistema hidrológico que alimentaba su playa, la cual fue borrada de forma acentuada a partir del paso del huracán Jova en octubre de 2011 (MILENIO JALISCO, 16 a 19 de julio de 2013).
Pero en Jalisco hay otro antecedente importante al sur de Puerto Vallarta, donde ocurrió “la repentina desaparición de la playa de Mismaloya, la madrugada del 8 de septiembre de 2001, la cual dejó como evidencia un escarpe de aproximadamente dos metros de alto, así como restaurantes y palapas inundadas por el océano. Este evento sucedió en pocas horas”, reportan en un informe científico los investigadores Luis Antonio Cupul-Magaña, Amilcar Levi Cupul-Magaña, Francisco Javier Núñez-Cornú y Eduardo Gil-Silva, de la Universidad de Guadalajara y la Universidad Autónoma de Guadalajara (ver en www.cienciasmarinas.com.mx/index.php/.../331/283‎).

“Al amanecer, la playa había desaparecido casi en su totalidad, originando un escarpe vertical a lo largo de los casi 200 metros de playa y la zona costera se encontraba completamente inundada, con escombros y cimientos de construcciones descubiertos por la erosión”.

La mayoría de los problemas de erosión de las costas, añaden, “está asociada a un déficit en el aporte de sedimentos, así como con oleaje de tormenta, los cuales suelen ser estacionales o bien pueden deberse a eventos extremos tales como huracanes. […] otra de las causas más comunes de la erosión de la línea de costa es la construcción de estructuras costeras como espigones y rompeolas, los cuales actúan como trampas de sedimento provocando por una parte la depositación corriente arriba de la estructura y erosión corriente abajo de ésta”. Esto incluye casos como el de Barra de Navidad, donde un espigón ha traído un efecto similar acentuado por el hecho de que allí, se trata de una bahía pequeña que suele ser más golpeada por el mar.

En otras zonas del país, los huracanes, las obras civiles y las cimentaciones demasiado cercanas se han conjugado para generar desastres. El caso más emblemático es el litoral de Quintana Roo, que demandaron una inversión de más de 900 millones de pesos para el vertido de poco más de seis millones de metros cúbicos de arena para su recuperación, tras el paso del huracán Wilma en 2005. En ese evento, más de la mitad de las playas de la zona hotelera desaparecieron. El altísimo costo se debió a la falta de ríos en la península, por lo cual, el aporte en sedimentos terrestres es nulo. Las playas debieron rellenarse en 2005 y 2007.

La construcción de hoteles sobre las dunas es un factor perjudicial que agrava la pérdida de una playa, pues la duna es la reserva arenosa que permite al litoral restaurarse. En Barra de Navidad, por ejemplo, el médano está invadido por fincas e infraestructura, y esa tributación ya no existe.

viernes, 19 de julio de 2013

Barra de Navidad, un siglo de destrucción natural


La alteración de los ecosistemas de la playa de Barra de Navidad comenzó en el año 1906, pero lo más grave ocurre desde 1970. Son historias de avaricia y desarrollo descontrolado. En la foto, Isla de Navidad desde la laguna

Agustín del Castillo / Cihuatlán. MILENIO JALISCO

"Este era un lugar lleno de abundancias”, asegura Alejandro Trujillo, viejo pescador de Barra de Navidad, cuando se remite a los tiempos en que apenas comenzaba el deterioro de los ecosistemas de la zona: la laguna que hoy se ha azolvado y la playa que ya ha desaparecido, bajo los golpes del mar y de las decisiones erróneas, que sustentaron beneficios privados en el corto plazo.

La pesca era ubérrima, el vaso lacustre daba sustento de sobra: camarón, callo de hacha, ostiones y peces de todas las especies que demanda el paladar. Las palapas se multiplicaban entre la laguna y la barra, y el poblado era de dimensiones modestas, reconstruido tras los embates del huracán Lili, que asoló la región en 1958.

La destrucción del humedal costero más grande de Jalisco tiene mucho más tiempo. 1906 es el año de partida, pues se construyó en ese entonces el canal del Tajo por un particular que buscaba resolver el eterno problema de las avenidas del río Marabasco, que anegaban periódicamente el valle de Cihuatlán. Ese canal, asociado a la creciente deforestación de la cuenca, multiplicó la llegada de suelo desprendido de las montañas, que comenzó lentamente a azolvar la laguna.

El diagnóstico del Plan integral de manejo y conservación de la laguna de Navidad, elaborado en 2010 por el Departamento de Estudios para Desarrollo Sustentable de Zonas Costeras de la Universidad de Guadalajara, señala el bajo impacto ambiental de una aldea de 20 familias en las primeras décadas del siglo XX, con todo y la tala de mangle.

La historia se aceleró. En 1950 “comenzó la construcción de los canales del actual hotel Cabo Blanco […] con la obra se produjeron fuertes modificaciones a la laguna, incluyendo la tala de una gran extensión de mangle, rellenos, terraplenes y la modificación de los patrones hidrodinámicos y de la topografía en el margen de la laguna, […] en esta década, la pesca en la laguna y en la bahía alcanzó una importancia alta, debido en parte al crecimiento y consolidación de la actividad turística y el inicio de la comercialización de diversos productos pesqueros, figurando entre los más importantes la tortuga marina y el tiburón”. Fueron los dorados sesenta, cuando la empresa paraestatal Propemex impulsó la pesca comercial a gran escala sobre especies que con el tiempo se agotaron.

Fruto de una larga gestión agraria (ver edición de este diario del 22 de julio de 2007), en 1970 se funda Colimilla, al otro lado de la laguna. En esos años también se construyeron las carreteras federales 200 (Manzanillo-Puerto Vallarta) y 80 (San Patricio Melaque-Guadalajara), lo que además de alterar la cuenca, detonó un gran crecimiento económico y urbano.

“Los procesos de cambios más importantes en la laguna fueron la tala de mangle y rellenos o terraplenes para la creación de nuevos espacios destinados a la urbanización y las actividades turísticas, degradación de la calidad del agua debido al incremento en la contaminación por descargas de aguas domésticas, cambios en los patrones de circulación del agua, debido al incremento en el azolve y eliminación de dos de las cuatro islas existentes”.

Isla Navidad o Grand Bay, comenzó en la década de los ochenta en el Cerro de la Culebra y “produjo las mayores transformaciones e impactos en el sistema lagunar”. Se taló “una franja de mangle de aproximadamente 500 metros de longitud por 80 metros de ancho en la zona sur de la laguna, […] también se modificó la topografía del margen suroeste de la laguna por medio de rellenos, terraplenes y dragado, la alteración del patrón de circulación de mareas y el volumen de agua en la laguna, debido al dragado permanente del canal de ingreso a la laguna y la degradación de la calidad del agua por la contaminación de descargas domésticas y de hidrocarburos de las embarcaciones resguardadas en la marina del hotel”. Y se construyó la escollera.

Entre 1985 y 2000 desapareció 39 por ciento de la vegetación de manglar en la laguna; el espejo de agua disminuyó y su profundidad se redujo; el pueblo creció hasta montar fincas en la misma duna costera. La laguna del Tule fue azolvada por las arenas resultantes del dragado de las marinas de Cabo Blanco e Isla Navidad, hoteles propiedad de la familia Leaño Álvarez del Castillo.

Sin duda, “estos dos desarrollos han sido los principales causantes del deterioro ambiental actual […] el primero de ellos realizó una tala importante de manglar, dragó parte de la laguna para la construcción de los canales de la marina y rellenó zonas para luego tramitar su desincorporación de los bienes nacionales y venderlos como propiedad privada”. El segundo, le dio el tiro de gracia al sistema natural a partir de 1986 con la construcción de la escollera-espigón, el muro de piedra que alteró la entrega de arena en la playa aluvial.

Hoy, el mundo feraz que conoció don Alejandro Trujillo se ha hundido entre un mar de errores humanos, impulsados por la avaricia y la desmesura de los sueños de progreso que quisieron encarnar.

“Estructura de emergencia” detiene erosión de línea costera


Se trata de la instalación de dos bloques que contienen oleaje y mareas; la playa se puede recuperar con dragado de laguna; a la larga se debe eliminar escollera

Agustín del Castillo / Cihuatlán. MILENIO JALISCO

La propuesta de “estructura de emergencia” que hizo el Instituto de Ingeniería de la UNAM para el gobierno de Cihuatlán y la federación local de pescadores, y que entregó para su análisis el pasado mes de junio, detalla la tecnología para contener la acción destructiva del mar sobre la playa de Barra de Navidad en un corto plazo, pero no de forma definitiva.

El documento se intitula: Propuesta de estructura de emergencia para la protección del sistema playero en Barra de Navidad, y está firmado por José Antonio González Vázquez, Edgar G. Mendoza Baldwin y Rodolfo Silva Casarín. Se presentó en junio de 2013 y MILENIO JALISCO posee una copia.-

En resumen, es una obra en dos segmentos que se implantan a 3.5 metros de profundidad en el lecho marino, y se elevan hasta el nivel del bajamar —a donde llega la marea baja— con la idea de que no se vean. La primera sección mediría cien metros y estaría a 50 metros de la escollera; la segunda, a 300 metros de la escollera y con una longitud de 60 metros. La separación entre ambas es de 60 metros. La zona del litoral se ubica a unos 70 metros en ambos casos (ver imagen anexa).

En lo que respecta a los materiales, “el diseño fue propuesto a base de geobag, que son elementos formados de geotextil, rellenos de arena, sus características estarán en función de las condiciones morfológicas del lugar y de los efectos metaoceánicos”.

Con la construcción de las dos estructuras, “se observa una disminución en los valores de altura de ola” y al impacto con la costa se extraerá menos arena hacia el mar. “Resulta un cambio en la dirección de las corrientes generadas por oleaje, lo cual garantiza que el transporte de sedimento será disminuido […]. El cambio es una condición favorable para reducir los efectos de pérdida de playa”, añade.



Sin embargo, en Barra de Navidad, las corrientes generadas por marea “condicionan parcialmente el transporte de sedimentos, particularmente de y hacia el sistema lagunar. […] La zona donde se proponen las estructuras de emergencia y que es la zona de mayor erosión no es afectada por este fenómeno, como resultado de la dirección del flujo afectado por la escollera a la salida de la laguna”; es decir, si no existiera la escollera-espigón implantada para favorecer la marina de Isla de Navidad, esos sedimentos llegarían a la playa, como sucedió por miles de años.

Para solucionarse la ausencia del aporte de sedimento, “es necesario analizar la remoción de por lo menos la parte sumergida” de la escollera-espigón.

En conclusión, la obra propuesta “en ubicación, geometría y tipo de material, fue analizada en las condiciones reinantes y dominantes más desfavorables para oleaje, corrientes generadas por oleaje, evaluando su comportamiento y verificando que contribuye a la disminución de las condiciones de erosión, resultando ser una buena opción para las condiciones de emergencia […] pero la obra propuesta, por ningún motivo debe considerarse como solución definitiva”, insisten los expertos.

jueves, 18 de julio de 2013

La UNAM presenta propuesta para detener deterioro en Barra de Navidad

Se trata de la instalación de 2 estructuras que contienen oleaje y mareas, y disminuyen la erosión playera; la playa perdida se puede recuperar con el dragado de la laguna azolvada. Es una solución solo para 3 a 5 años, advierten en documento al alcalde de Cihuatlán



Agustín del Castillo / Cihuatlán. MILENIO JALISCO

La propuesta de “estructura de emergencia” que hizo el Instituto de Ingeniería de la UNAM para el gobierno de Cihuatlán y la federación local de pescadores, y que entregó para su análisis el pasado mes de junio, detalla la tecnología que contendría la acción destructiva del mar sobre la playa de Barra de Navidad en un corto plazo.

El documento se intitula “Propuesta de estructura de emergencia para la protección del sistema playero en Barra de Navidad, Cihualtán Jalisco”, y está firmado por José Antonio González Vázquez, Edgar G. Mendoza Baldwin y Rodolfo Silva Casarín. Su fecha de presentación fue en junio de 2013 y a continuación se ofrece una amplia exposición del proyecto.

Diseño geométrico “Está dividida en dos secciones, la primera a una distancia de 50 metros de la escollera y la segunda a 300 metros de esta”.

Ambas secciones “son desplantadas a una profundidad de -3.5 metros y tienen una elevación hasta el nivel de bajamar medio inferior, esto con el fin de contar con una estructura que no sea visible la mayor parte del tiempo. La sección 1 cuenta con una longitud de 100 metros y está a una distancia de 50 metros al norte de la escollera. La sección 2, está a 300 metros de la escollera y cuenta con una longitud de 60 metros; las secciones se encuentran separadas entre ellas una longitud de 150 metros”.

Por otro lado, “en lo que respecta a los materiales y considerando, que es una estructura de emergencia, que deberá ser implementada en el menor tiempo posible. El diseño fue propuesto a base de Geobag, que son elementos formados de geotextil, rellenos de arena, sus características estarán en función de las condiciones morfológicas del lugar y de los efectos metaoceánicos”.

Así, “se determinó la geometría de la estructuras de emergencia, resultando las características mínimas que deberán cumplir los elementos para garantizar un correcto funcionamiento. Es importante considerar, que los procesos constructivos así como los fabricantes influyen de manera significante en el costo de la obra, por lo cual, se considera un intervalo en el diseño, tal que permita optimizar procesos y costos”, añade el documento.

Con la construcción de las dos estructuras, “se observa una disminución en los valores de altura de ola, para las zonas donde fueron propuestas las secciones, si bien, la reducción en la magnitud de la altura de ola, entre secciones es menor, las condiciones de ambas estructuras deberán de limitar su transporte hacia el mar, esto como resultado del cambio en la dirección de las corrientes generadas por oleaje”.

De este modo, “de la implementación de la estructuras, se resulta un cambio en la dirección de las corrientes generadas por oleaje, lo cual garantiza que el transporte de sedimento será disminuido […] para verificar el cambio en la magnitud y dirección de las corrientes, se realiza un análisis que permita observar el cambio entre las condiciones actuales y después de colocar la estructura de emergencia […] de tal forma que se garantiza la disminución del transporte en las zonas de mayor afectación actual. El cambio es una condición favorable para mitigar el transporte de sedimentos hacia el mar y por tanto reducir los efectos de pérdida de playa”.



El fenómeno de las corrientes generadas por marea “condiciona parcialmente el transporte de sedimentos, particularmente de y hacia el sistema lagunar. Para este caso el transporte de sedimento de la laguna hacia la costa, por lo que se evalúa bajo condiciones actuales […] se observa dentro del ciclo de marea la magnitud y dirección en la fase de salida de la laguna de Barra de Navidad. En particular, en la zona donde se proponen las estructuras de emergencia y que es la zona de mayor erosión, no es afectada por este fenómeno, esto como resultado de la dirección del flujo que es afectado por la escollera a la salida de la laguna”.

Este efecto “si bien negativo por la ausencia de aporte de sedimento (que para solucionarlo es necesario, analizar la remoción de por lo menos la parte sumergida de estructura), también puede funcionar como abrigo, para considerar un posible relleno posterior a la implementación de las estructuras de emergencia, con material resultado de un dragado de la laguna, y que dicho material cuente con buena calidad para su uso”.

La estructura propuesta “en ubicación, geometría y tipo de material, fue analizada en las condiciones reinantes y dominantes más desfavorables para oleaje, corrientes generadas por oleaje, evaluando su comportamiento y verificando que contribuye a la disminución de las condiciones de erosión, resultando ser una buena opción para las condiciones de emergencia”.



Del comportamiento de las estructuras y considerando un análisis detallado de las condiciones de dragado sumado a una buena calidad de sedimentos que sean extraídos de la Laguna de Barra de Navidad, “es posible pensar en un posible relleno. Para esto, será necesario considerar un estudio de transporte de sedimento, tal que sea complementario y a su vez, una solución a largo plazo para las condiciones de erosión que se presentan actualmente”.

Como complemento “y bajo un proceso a largo plazo, se deberá analizar el comportamiento de los ciclos de marea y efectos de corrientes bajo la condiciones de dragado de la laguna, considerando el posible relleno y estableciendo el transporte, para así estimar y evaluar el comportamiento del sistema playa-laguna en un proceso a largo plazo. La obra propuesta, por ningún motivo debe considerarse como solución definitiva”.

El gobierno gestiona obra para recuperar la playa



No es la solución de fondo, advierte Instituto de Ingeniería de la UNAM. Al alcalde de Cihuatlán le prometieron apoyos de 30 millones de pesos por "Jova"; así, sumarían apenas 91 millones de pesos de diversas fuentes

Agustín del Castillo / Miguel Ángel Puértolas. Cihuatlán/ Guadalajara. MILENIO JALISCO

 El gobierno del estado invertirá 30 millones de pesos para construir una obra que permita la recuperación de playa en Barra de Navidad: se trata de establecer una estructura que retenga la arena de la playa y logre disminuir el desgaste erosivo proveniente del mar.

Expertos del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advierten que eso sólo es una solución provisional, y que se requiere eliminar al menos parcialmente el espigón y la escollera que bloquean la salida de agua y arena de la laguna hacia la bahía, dinámica que permite la formación natural de la playa.

Según Roberto Dávalos López, secretario de Infraestructura y Obra Pública de Jalisco, “sólo se está a la espera de que concluyan los estudios correspondientes” para definir la estrategia que se seguirá en el proyecto de recuperación de la playa el municipio de Cihuatlán, inversión que será adicional a los 31 millones de pesos que ya se tienen para el dragado del lago [provenientes de la Sagarpa], y los 30 millones de pesos que canalizará la Secretaría de Turismo estatal.

La pretensión del gobierno es que luego del estudio y con información hidrográfica suficientes se determine la mejor opción para recuperar la playa con el menor impacto ecológico y paisajístico de la zona. Una de las posibilidades que se analizan es la colocación de barreras submarinas “a manera de retén” que disminuyan el impacto del oleaje, lo que permitiría la colocación de arena y así estabilizar una playa, eje del concepto turístico que genera el arribo de paseantes a la zona.

Entrevistado en MILENIO RADIO, el presidente municipal de Cihuatlán, Jesús Huerta, dijo que tras las revelaciones del desastre del puerto turístico y la falta de llegada de recursos para restaurar los daños del huracán Jova, de 2011, tienen la promesa de 30 millones de pesos extra, que son “muy poco” frente a las necesidades locales: por citar un dato, los empresarios turísticos de Barra de Navidad señalan que los daños en sus fincas frente a la playa alcanzaron cien millones de pesos por ese evento.

El caso, agregó, es que la ocupación hotelera en este momento, que es temporada vacacional de verano, apenas alcanza 10 por ciento de los cuartos del lugar.

El Instituto de Ingeniería de la UNAM acudió en apoyo del gobierno municipal para estudiar el problema de la playa.

Tras una serie de estudios y registro de datos de campo, señalaron en junio pasado: “De los resultados de oleaje y corrientes, es posible proponer una estructura de emergencia, en ubicación y geometría, que sea capaz de mitigar la pérdida de sedimento en las zonas más afectadas y como una medida urgente para reducir la pérdida de playa”.

Dicha estructura “está dividida en dos secciones […] ambas secciones son desplantadas a una profundidad de -3.5 metros y tienen una elevación hasta el nivel de bajamar medio inferior, esto con el fin de contar con una estructura que no sea visible la mayor parte del tiempo. La sección uno cuenta con una longitud de cien metros y está a una distancia de 50 metros al norte de la escollera. La sección dos está a 300 metros de la escollera y cuenta con una longitud de 60 metros; las secciones se encuentran separadas entre ellas una longitud de 150 metros”.

La cual “deberá ser implementada en el menor tiempo posible. El diseño incluye […] elementos formados de geotextil, rellenos de arena, sus características estarán en función de las condiciones morfológicas del lugar y de los efectos metaoceánicos”. Pero no es la solución definitiva, reiteran; para ello se requiere “muy probablemente retirar parte de la infraestructura existente que está generando los desequilibrios en la zona”.

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Sitio Ramsar

- La Convención de Ramsar de la ONU en 2005 define que “el uso racional de los humedales es el mantenimiento de sus características ecológicas, logrado mediante la implementación de enfoques por ecosistemas, dentro del contexto del desarrollo sostenible”

- La laguna de Navidad es sitio Ramsar, pero está lejos de ser una zona de conservación y sostenibilidad. “Muchos humedales costeros siguen siendo destruidos a un ritmo alarmante como consecuencia de una amplia variedad de actividades de desarrollo […] la restauración y rehabilitación de humedales debiera ser uno de los mecanismos para compensar, cuando proceda, una parte del hábitat destruido en el pasado y restablecer las importantes funciones naturales de protección de la costa desempeñadas por los humedales”, señala un estudio de la UdeG

miércoles, 17 de julio de 2013

El desastre de la playa se iba a dar sin "Jova"


Investigadores de la UdeG y la UNAM advierten que los errores humanos de tres décadas antes pasaron factura. Los megadesarrollos son responsables de los daños. La foto aérea es de 2008 y es cortesía del Centro de Estudios sobre Desarrollo Sustentable de la Costa, de la UdeG

Agustín del Castillo / Cihuatlán. MILENIO JALISCO

Con la pérdida de la playa en Barra de Navidad, un error grave sería pensar que se trata de un simple e ineludible desastre natural, cuando son claros los factores humanos que potenciaron el proceso. Y es doblemente importante porque perder esa claridad podría impedir tomar una decisión seria y a largo plazo, sostienen investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Francisco Silva Bátiz, director del Departamento de Zonas Costeras de la UdeG, advierte que “es claro que existe una relación de las modificaciones en la laguna y la erosión de la playa […] es importante destacar que el dragado de la laguna es sólo una medida temporal de rehabilitación, y que la solución al problema del azolvamiento de la laguna debe de considerar un estudio integral de la cuenca del río Arroyo Seco así como del papel que juegan las estructuras y rellenos dentro de la laguna”.

El departamento a su cargo elaboró en 2010 para la Secretaría de Turismo de Jalisco, un plan de restauración de la laguna, que es sitio Ramsar por su importancia como humedal para la comunidad mundial.

En ese documento, se señala: “El desarrollo Grand Bay es el principal causante del deterioro ambiental y de los cambios hidrológicos que han generado una serie de problemas que han llevado a la desaparición de importantes recursos pesqueros en la laguna [como el callo de hacha]. Ha generado el azolvamiento de la laguna y la pérdida del espejo de agua debido al incremento de tamaño de la boca de la laguna y la construcción de la escollera en este sitio, lo cual modificó el patrón natural de circulación del agua así como los procesos naturales de erosión-depositación”.

De hecho, “fue a partir de la construcción de esta escollera [comenzada en 1986] que se incrementó la depositación de arena dentro de la laguna contribuyendo de esta manera a su azolvamiento y generando al mismo tiempo la necesidad de dragar la zona de la boca para permitir la entrada de los yates y veleros a las dos marinas existentes en la laguna”. También “se modificó el proceso natural de erosión y depositación de sedimentos en la playa y debido a eso, una extensa zona de la playa marina a partir del malecón y la escollera se fue perdiendo…”.



Tres años después, luego de Jova, Rodolfo Silva Casarín y Edgar G Mendoza Baldwin, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, señalaron que la información estudiada “refleja contundentemente los efectos antropogénicos que ha sufrido el sistema litoral integrado por las playas de Melaque, San Patricio y Barra de Navidad y las lagunas del Tule y de Barra de Navidad. Si bien algunos efectos han sido más notorios bajo la influencia de eventos naturales muy intensos, tales como el tsunami provocado por el sismo de octubre de 1995 y el oleaje, corrientes, marea de tormenta y precipitaciones extraordinarias generadas por el huracán Jova en octubre de 2011, con o sin ellos el proceso de erosión que sufre la playa de Barra de Navidad se iba a presentar dada la inestabilidad que han provocado las actividades humanas en el sistema”.

Así, “pudimos corroborar que existen una serie de actuaciones que sensiblemente han disminuido la resilencia [capacidad de autorregeneración] y aumentado la vulnerabilidad del sistema costero. Entre las modificaciones más sobresalientes destacan la deforestación, rellenos y construcción inadecuada de infraestructura, que han alterado el equilibrio dinámico del ecosistema y, como consecuencias principales, se tienen el azolve de la laguna Barra de Navidad y erosiones en la zona de playa desde Barra de Navidad hasta San Patricio, estas últimas debidas esencialmente a una disminución de las fuentes naturales de arena, un aumento local de la magnitud de las corrientes inducidas por el oleaje a lo largo del frente costero y alteraciones en los patrones de corrientes en el sistema lagunar.

“Se tienen que tomar acciones inmediatas para contener la erosión costera, de no hacerlo se corre el grave riesgo de que se presente un problema mayor con consecuencias sociales, ecológicas y económicas muy severas ya que, eventualmente, la zona marina seguirá avanzando hasta el grado de generar brechas y bocas entre el mar y la laguna destruyendo propiedades y poniendo en peligro vidas humanas”, advierten.


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Claves

Sin playa por 6 causas

1 Dragado de un canal de navegación y remoción del “morro del puntal” –el extremo de la barra arenosa-, “el elemento que más ha contribuido a la pérdida de estabilidad del sistema costero”

2. Construcción de un espigón que presenta una sección exenta [escollera, emergida] y otra sumergida. “Esta obra rompió el equilibrio dinámico de la barra y está direccionando los sedimentos, que antes alimentaban de forma natural a la playa, hacia aguas más profundas en donde la acción del oleaje y las corrientes marinas no son capaces de transportar la arena hacia la playa”. También provoca que el efecto del oleaje sea más erosivo en el frente de playa

3. Relleno y tala de mangle. “Estas actividades se han realizado en diferentes áreas del sistema lagunar cambiando drásticamente el patrón de corrientes y los suministros naturales de sedimentos”

4. Los rellenos, particularmente el que se encuentra frente a la marina dentro del sistema lagunar “están generando un efecto de embudo en las corrientes y por ende mayor sedimentación aguas arriba”

5. Desecado de mangle y deforestación

6. Infraestructura sobre la duna costera. “En algunos casos se han construido cimentaciones inapropiadas a base de tablestacas o elementos verticales que, cuando son alcanzados por el oleaje, incrementan el poder erosivo”

martes, 16 de julio de 2013

Sin playa ni turistas, Barra de Navidad está en agonía


Un espigón y una escollera construidos hace un cuarto de siglo demostraron su daño con las marejadas y el huracán "Jova": la playa ha desaparecido

Agustín del Castillo / Cihuatlán. MILENIO JALISCO

El mar indómito que se bate sobre Barra de Navidad podría ser un espléndido motivo para una estampa del artista japonés Kaktsushika Hokusai –autor de La ola: el océano que devora una embarcación con el impasible volcán Fuji al fondo-, pero da la clave para una tragedia muy distinta que hoy vive este risueño puerto de pescadores del Pacífico del sur de Jalisco: la playa desapareció bajo el oleaje, se fueron los turistas y la economía de la localidad se muere.

Es una historia de viejo aliento, que tiene que ver con decisiones erróneas que tomó la autoridad federal para favorecer al megadesarrollo turístico Grand Bay o Isla de Navidad, pues permitió la construcción de un espigón y una escollera que modificaron el flujo de agua y arenas desde la laguna costera hacia la playa.

La falta de intercambios de adentro hacia afuera, ocasionado por esta barrera artificial, ha generado que la playa aluvial –alimentada con la arena de río que arrastran milenariamente el arroyo Seco y el río Marabasco- deje de recibir materiales. La erosión causada por marejadas registradas en mayo de 2011, y la fuerza del huracán Jova, terminaron la obra del hombre.

Hoy, el oleaje golpea los cimientos de las fincas de restaurantes y hoteles y ningún bañista penetra en la agitada orilla. Los lugareños miran desconsolados lo que podría ser el final de un centro turístico que junto con Melaque, en la propia bahía de Navidad, ha sido el imán de la llamada Costalegre por más de medio siglo.

“Previo al huracán, tuvimos el embate de marejadas, de la contracorriente ecuatorial y desde ahí ya tuvimos desperfectos, en lo que era la barrera protectora de nuestra infraestructura, frente a la playa […] se han dado ciclos de marejadas, cada quince a 18 años; a veces erosionaban la playa, y dañaban una o dos construcciones, pero esto que fue como un efecto dómino, se dio con el paso de Jova”, señala el presidente del Consejo Consultivo de Turismo de Cihuatlán, y restaurantero de la zona, Pedro Morett García .

- ¿Usted ve causas naturales o la modificación artificial por las obras de hace 25 años?

- Creo que ambas; es decir, no hubo un estudio de impacto ambiental en su momento, y ahora estamos impactados, esa sería la palabra que nos describe […].



Según datos oficiales, la escollera y el espigón comenzaron a construirse en 1986 y culminaron a comienzos de los años noventa; los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas lo autorizaron pese a que se daba el grito de alerta por las alteraciones que podría ocasionar. Jova remató un amargo silogismo.

“Es triste reconocerlo, pero definitivamente lo que es la actividad turística decayó hasta en 70 por ciento; es decir, de todo el flujo de visitantes que teníamos con anterioridad, ahorita no vienen por el hecho de que no tenemos playa, es decir, está mutilada, aunque tenemos una gastronomía extraordinaria, un pesca magnífica, un pueblo muy pintoresco, pero el factor playa nos ha pegado con mucha dureza”, añade Morett García.

Respecto a los perjuicios, “cada establecimiento afectado tiene sus números propios, pero frente a la playa estamos 30 asentados, y lo que ha sido la recuperación de los inmuebles, meter muros nuevos, la cimentación nueva, edificar de nueva cuenta, pues ahí estamos hablando de cien millones de pesos”.

Pero a la larga, nada de eso vencerá al mar. 30 por ciento de los negocios del poblado ya se vieron obligados a cerrar y se ha despedido a decenas de empleados, de las 300 familias que viven de todo el sector económico, desde loncherías y tiendas de recuerdos hasta restaurantes y hoteles.

Sobre el tema, el delegado regional de la Costalegre por la Secretaría de Turismo, Alfonso Germán Espinoza Estrada, señala que no le extrañó el problema, sino la profundidad del efecto. “Así como ha tenido cambios el comportamiento cíclico del mar, todo mundo pensaba que se iba a recuperar, hasta que nos dimos cuenta que esto no tenía para cuando retirarse, y luego viene el Jova, y nos da la puntilla […] el impacto ha sido muy grave para la población, tanto así que hemos tratado de plantear estrategias de cómo dar alternativas de venir a la playa, sin tener la playa, porque Barra de Navidad se necesita reaclientar”.

Parece una resignación realista. “Buscamos que Barra sea un centro de población atractivo, a donde llegue la gente, con espacios funcionales para los visitantes, y que de aquí se puedan desplazar a otras playas, sin olvidar el tema de la gastronomía, para poder contrarrestar las pérdidas que hemos tenido; hemos llegado a tener ocupaciones de 5 por ciento en algunas semanas…”.

De 2,860 habitaciones desde Cabo Corrientes hasta Cihuatlán, “entre Melaque y Barra de Navidad tenemos entre 1,600 y 1700 habitaciones; esta es una zona turística, y cuando no hay turismo, no hay dinero”, subraya.

Ilustra esta realidad el gerente del restaurante Pancho, Martín Díaz, mientras observa con desilusión el golpeteo incesante del oleaje a sus cimientos, al lado de estructuras ya colapsadas: “la semana pasada no tuvimos una sola mesa”.

Es mediodía. Unos pocos visitantes pasan atónitos por las calles llenas de edificios vacíos, con letreros “for sale” a la puerta, debajo de una pertinaz llovizna que llena de glorias verdes a los cerros que rodean el drama de esta aldea. La niebla disfraza la enorme edificación neocolonial de Isla Navidad, con algunos yates y muchas barcazas entre las dos orillas. El monumento en bronce a la hazaña de la exploración de las Filipinas, acaudillada por López de Legazpi en los albores del Nuevo Mundo, se exhibe al comienzo del espigón. Es mudo testigo de la victoria final de los elementos sobre los breves y equívocos esplendores de la obra humana.

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Recuento de daños

El sistema natural está compuesto por las playas de Melaque, San Patricio y Barra de Navidad y las lagunas de Tule y de Barra de Navidad, los cuales han sido alterados por obras humanas

Las modificaciones más significativas datan de más de un siglo: la apertura del canal del Tajo alteró el flujo del río Marabasco, en busca de inducirlo hacia la laguna de Navidad; ya en los años ochenta y noventa, con Grand Bay, se hizo un dragado de un canal de navegación y remoción; la construcción del espigón que presenta una sección emergida y otra sumergida; el relleno y tala de mangle y la infraestructura [hoteles y restaurantes] sobre la duna costera

Así, “La deforestación, rellenos y construcción inadecuada de infraestructura, tienen como resultado el azolve de la laguna y la respuesta negativa de la costa, ocasionando la erosión de la playa hasta San Patricio, debido a la disminución de las aportaciones naturales, al aumento en la magnitud de las corrientes de oleaje y la alteración de sus patrones de dirección”

Fuentes: UdeG / UNAM

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Obtienen recursos para dragar laguna de Navidad

Con la gestión de la Federación Regional de Sociedades Cooperativas de la Industria Pesquera de Jalisco, con sede en Barra de Navidad y del Ayuntamiento de Cihuatlán, se han conseguido alrededor de 31 millones de pesos para hacer las obras de urgencia que demanda el puerto con miras a no enfrentar su definitiva decadencia por la pérdida de la playa y el azolve de la laguna, que ha mermado severamente la pesca local.

La entidad donante es la Sagarpa (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, del gobierno federal), que entra al quite ante la inoperancia del rescate que el gobierno del estado prometió en 2011 tras el paso de Jova.

El problema de la escollera y el espigón ha sido estudiado desde el comienzo de la construcción; cuando se decretó la laguna de Navidad como sitio Ramsar (nombre de la convención internacional de humedales de la ONU), la ficha elaborada por el Departamento de Zonas Costeras de la UdeG destacó el problema de azolves que padece el cuerpo de agua por las obras de modificación de su flujo hacia la playa de Barra de Navidad. El desastre fue evidenciado en 2011 por el huracán Jova. Se han continuado desde entonces propuestas de soluciones. Científicos de la UNAM se han sumado al trabajo.

La propuesta de una estructura de emergencia elaborada por el Instituto de Ingeniería de la UNAM, entregada el pasado mes de junio (elaborada por José Antonio González Vázquez, Edgar G. Mendoza Baldwin y Rodolfo Silva Casarín) destaca la necesidad del dragado de la laguna para aprovechar ese material y rellenar la playa extinta, sí como establecer estructuras provisionales que aminoren el daño que ocasiona el mar.

“La obra propuesta, por ningún motivo debe considerarse como solución definitiva, ya que para remediar el problema de fondo es necesario complementar los estudios, definir un plan de manejo costero y muy probablemente retirar parte de la infraestructura existente que está generando los desequilibrios en la zona”, señala el documento.

Así, “se propone una estructura de emergencia de carácter temporal [cinco años de vida útil], para la zona más afectada por la erosión costera”. Del comportamiento de las estructuras “y considerando un análisis detallado de las condiciones de dragado sumado a una buena calidad de sedimentos que sean extraídos de la laguna, es posible pensar en un posible relleno […] será necesario considerar un estudio de transporte de sedimento, tal que sea complementario y a su vez, una solución a largo plazo para las condiciones de erosión que se presentan actualmente”, pone en relieve.


martes, 9 de julio de 2013

Huajimic contra Tateikie, la otra conquista serrana





San Andrés Cohamiata ha sido la comunidad Huichola más asediada; se le cercenó territorio en Durango y Nayarit, así como se dañó su unidad cultural

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

"Los conflictos de límites son conflictos de intereses”, señala el geógrafo Hirineo Martínez Barragán, jefe de la unidad de análisis de límites territoriales del gobierno de Jalisco. Como relato, inevitablemente se cuenta desde la perspectiva –la visión de mundo, los intereses económicos y políticos- de alguien.

Así, las disputas territoriales del siglo XX y XXI en la frontera norte de Jalisco y Nayarit, se leerán, según el autor de relato, como la épica de los conquistadores de la sierra que introducen en la civilización a una de las regiones más remotas del occidente mexicano y la insertan en la economía global, o bien, como la resistencia de las comunidades aborígenes para mantener su integridad territorial, sus esquemas de organización y su versión más o menos mágica de la realidad.

Lo cierto es que los datos duros hablan de un encuentro en tonos que van de la tensión pacífica a la violencia abierta entre colonos criollos y mestizos –evangelizadores, administradores o invasores- y los huicholes, aliados del rey de España durante la guerra de El Gran Nayar (1722), pero sometidos a un proceso de aculturación gradual que permanece a casi tres siglos.

Esa historia es materia de los afanes de Víctor Manuel Téllez Lozano, discípulo de Phil Weigand –uno de los grandes documentadores de las civilizaciones precortesianas en la región-, que con la distancia a que obliga el oficio del historiar, ha dedicado parte de su labor profesional a reconstruir la historia de Guadalupe Ocotán (Xatsitsarie), antiguo anexo de la comunidad de Tateikie (San Andrés Cohamiata), constituido en 1961 como comunidad indígena independiente (bajo el control de los ganaderos de Huajimic), pero retomada por los Wixaritari en 1985, que terminan aceptando su pertenencia al estado de Nayarit.

Desde otra perspectiva, es la explicación de por qué Jalisco perdió amplios territorios en una zona que su clase política apenas atendía. Tateikie enfrentará a partir de 1960 un desmembramiento por los vecinos: al poniente se separa Guadalupe Ocotán con 24,775 hectáreas; al norte, se dota a ejidos mestizos 10,720 hectáreas de superficie comunal (Bancos de Calitique). Un territorio comunal que se ha calculado en 110 mil ha se limitará a un reconocimiento, en 1965, de 74,940 ha, según datos del investigador Heliodoro Ochoa.

No puede ser mayor el contraste con la comunidad del sur, Wuaut+a (San Sebastián Teponahuaxtlán), que tiene un historial de éxito en restituciones a punto de culminarse (MILENIO JALISCO, 24 y 25 de junio de 2013).



“Hay un cronista de Nayarit que me decía que el territorio de Jalisco se adscribió a Nayarit de forma razonada, y yo le decía que eso no era cierto, que tenía el caso de Guadalupe Ocotán, donde hubo muertos entre personas, muerte del ganado y muchas formas de presión para obligar a los huicholes a convertirse en parte de Nayarit; porque la parte tradicional del anexo mantenía la idea de seguir con San Andrés, en Mezquitic, como parte de Jalisco, y las presiones hacen que se unan a Nayarit en una forma alevosa, para hacerse de tierra de los huicholes”, dice Téllez Lozano.

“Es un proceso raro –añade-; los invasores prácticamente han ocupado una tercera parte del territorio de la comunidad –por contratos de arrendamiento-, y los huicholes han tratado de manera pacífica y no tan pacífica de mantener la unidad comunitaria; pero en este caso, los intereses creados por misioneros, ganaderos o arrieros que llegaron a la comunidad para vivir en ella, y a generar más alianzas con la gente de Huajimic, empieza a mover el tapete, y por la introducción de mercancías, de ofrecerle algo al huichol, hacerlo compadre, te regalo un becerrito o te lo dejo a un bajo precio, empiezan a generar alianzas”.

- ¿Fue como un soborno?

- Sí; comercio, te traigo licor, cerveza, y productos a los que no tienes acceso, te los doy a crédito, o te los consigo, y hace que volteen al lado criollo o mestizo, cuando ven estos beneficios; y no olvidemos que se lo ofrecían a la gente que no era originaria de Guadalupe Ocotán, o que no tenia raíces, huicholes que venían de Huaynamota, de El Roble, de la zona cercana al río Santiago.

De esta manera “se genera un enfrentamiento de huicholes contra huicholes; de los tradicionalistas con los de los nuevos modelos, para hacer que entre ellos se maten; los mestizos ya habían hecho un intento en los años treinta para nombrar las tierras de Guadalupe Ocotán como de Huajimic, que lo logran hacer en 1961, y tiene que intervenir el INI (Instituto Nacional Indigenista); y hubo hasta un momento tenso con dos gobernadores indígenas, uno representando la unidad con San Andrés y el otro con Huajimic, con sus respectivas matanzas, ahorcamientos, asesinatos…”.

Los de Huajimic se salieron con la suya, pero su control fue efímero. Poco a poco, muchos viejos aliados convergieron con los tradicionalistas y restituyeron la unidad en torno a la cultura india. En 1985 lograron que la comunidad se designara Guadalupe Ocotán. Hoy, un tercio permanece invadida por los rancheros con los que disputan en los tribunales agrarios. La otra verdad es que Tateikie y Jalisco ya quedan al otro lado de las montañas.


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:claves

Tierras en disputa

-Los huicholes han habitado por siglos las sierras del norte del río Santiago, en relación con los coras y los Tepehuanes, y otros pueblos extintos o amestizados como los tepecanos

-Originalmente son tres grandes comunidades wixaritari: San Andrés Cohamiata (Tateikie), Santa Catarina Cuexcomatitlán (Tuapurie) y San Sebastián Teponahuaxtlán (Wuaut+a). San Andrés tenía un “anexo” en Xatsitsaire (Guadalupe Ocotán) y San Sebastián lo mantiene aún en Tutsipa (Tuxpan de Bolaños)

-Tateikie sólo obtuvo la restitución de 60 por ciento de la superficie de sus títulos, según el investigador Helidoro Ochoa García, del Iteso

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Xatsitsaire, los muertos callados

El clientelismo fue un factor esencial para que muchos aceptaran unirse al estado vecino, sostiene historiador



Víctor Manuel Téllez Lozano se ha topado, en su indagación de la historia violenta que llevó a la separación de Xatsitsaire de la gran comunidad huichola de San Andrés Cohamiata, con los apegos a la desmemoria.

Son hechos de un par de generaciones atrás, “hay gente, descendientes de ambos bandos, que no estarían muy a gusto, con esta información sobre los muertos”, revela el doctor en historia e investigador de la Universidad de Guadalajara.

“Hay familias unidas hoy por lazos de sangre que fueron antiguos enemigos, y mejor prefieren no hablar de estas cosas; hubo aliados que sabían leer y escribir, que apoyaron la unión de Guadalupe Ocotán a Huajimic, y con el tiempo se volvieron tradicionalistas […] corrió mucha sangre”.

El proceso de invasión desde Huajimic lo controlaron los viejos invasores de la sierra, que llegaron desde mediados del siglo XIX, pero en la historia de Xatsitsaire “también hubo injerencia de los mestizos pobres; los criollos tomaron el poder, y sus aliados mestizos se vieron relegados de 1961 a 1985, pero articularon nexos con tradicionalistas, y esto hace que los antiguos líderes del movimiento separatista se convirtieran en aliados de los tradicionalistas, y pugnaran por convertirse en una comunidad indígena; el nieto del que provocó que se separaran de Jalisco es después un personaje en la cohesión, para que en 1985 les dieran los títulos a Guadalupe Ocotán”.

Pero los criollos se quedaron, y ostentan aún, la crema de las tierras comunitarias.

La llegada del plan Huicot (Huicholes Coras Tepehuanos) del gobierno federal, en los años setenta, fortalece el nexo político con Tepic por la vía clientelar. Los wixaritari de la zona mantienen nexos con la gran comunidad serrana huichola, pero no han restituido su vinculación estrecha con Tateikie. Siguen menos frecuentes los viajes a Wirikuta y otros sitios sagrados comunes, pero enfrentan sus propios desafíos.

“Esta historia sigue generando conflictos; en el momento que hacia la tesis doctoral había un proyecto que llevaban el comisario de bienes comunales, los delegados municipales y las autoridades tradicionales, estaban cohesionados, para pelear en conjunto por los derechos territoriales”.

El descuido de Jalisco contó para la separación. “El maestro Andrés Fábregas […] tenía la hipótesis que Jalisco nunca ha tenido cuidado de sus indígenas, salvo casos como Agustín Yáñez, eso lo aprovechan muy bien los nayaritas: les damos caminos y clínicas, entonces les conviene ser parte de Nayarit”.
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