sábado, 20 de julio de 2013

Playas perdidas, casos al alza en todo México


Puerto Vallarta lo había vivido en 2001 en Mismaloya, como ahora Barra de Navidad. Costos millonarios en restaurar las dunas costeras afectadas por eventos extremos y malos manejos humanos

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

La destrucción de playas debido a la intervención humana, proceso evidenciado por fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, tsunamis y grandes marejadas, es un problema cada vez más común en las zonas turísticas del litoral del país.

Ha sucedido en Barra de Navidad por el manejo inadecuado de los asentamientos humanos y los desarrollos turísticos contiguos, que modificaron el funcionamiento del sistema hidrológico que alimentaba su playa, la cual fue borrada de forma acentuada a partir del paso del huracán Jova en octubre de 2011 (MILENIO JALISCO, 16 a 19 de julio de 2013).
Pero en Jalisco hay otro antecedente importante al sur de Puerto Vallarta, donde ocurrió “la repentina desaparición de la playa de Mismaloya, la madrugada del 8 de septiembre de 2001, la cual dejó como evidencia un escarpe de aproximadamente dos metros de alto, así como restaurantes y palapas inundadas por el océano. Este evento sucedió en pocas horas”, reportan en un informe científico los investigadores Luis Antonio Cupul-Magaña, Amilcar Levi Cupul-Magaña, Francisco Javier Núñez-Cornú y Eduardo Gil-Silva, de la Universidad de Guadalajara y la Universidad Autónoma de Guadalajara (ver en www.cienciasmarinas.com.mx/index.php/.../331/283‎).

“Al amanecer, la playa había desaparecido casi en su totalidad, originando un escarpe vertical a lo largo de los casi 200 metros de playa y la zona costera se encontraba completamente inundada, con escombros y cimientos de construcciones descubiertos por la erosión”.

La mayoría de los problemas de erosión de las costas, añaden, “está asociada a un déficit en el aporte de sedimentos, así como con oleaje de tormenta, los cuales suelen ser estacionales o bien pueden deberse a eventos extremos tales como huracanes. […] otra de las causas más comunes de la erosión de la línea de costa es la construcción de estructuras costeras como espigones y rompeolas, los cuales actúan como trampas de sedimento provocando por una parte la depositación corriente arriba de la estructura y erosión corriente abajo de ésta”. Esto incluye casos como el de Barra de Navidad, donde un espigón ha traído un efecto similar acentuado por el hecho de que allí, se trata de una bahía pequeña que suele ser más golpeada por el mar.

En otras zonas del país, los huracanes, las obras civiles y las cimentaciones demasiado cercanas se han conjugado para generar desastres. El caso más emblemático es el litoral de Quintana Roo, que demandaron una inversión de más de 900 millones de pesos para el vertido de poco más de seis millones de metros cúbicos de arena para su recuperación, tras el paso del huracán Wilma en 2005. En ese evento, más de la mitad de las playas de la zona hotelera desaparecieron. El altísimo costo se debió a la falta de ríos en la península, por lo cual, el aporte en sedimentos terrestres es nulo. Las playas debieron rellenarse en 2005 y 2007.

La construcción de hoteles sobre las dunas es un factor perjudicial que agrava la pérdida de una playa, pues la duna es la reserva arenosa que permite al litoral restaurarse. En Barra de Navidad, por ejemplo, el médano está invadido por fincas e infraestructura, y esa tributación ya no existe.

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