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lunes, 30 de julio de 2018

Colima y Conabio se integran a corredor biocultural de Jalisco


El trabajo se despliega sobre más de 13 millones de hectáreas, y vertebra diversos tipos de sistemas de protección y de formas de vida humana

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El corredor biocultural del Centro Occidente de México, creado en 2011, que se ha fijado como meta mantener la conectividad biológica de ecosistemas diversos habitados por culturas campesinas y aborígenes sobre más de 13 millones de hectáreas de los estados de Jalisco, y seis más de la zona, recibió ayer dos nuevos miembros: el estado de Colima y la Comisión Nacional para Uso y Conocimiento de la Biodiversidad. 

En un acto protocolario realizado en la ciudad de Colima, al que asistió con la representación de Jalisco la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Magdalena Ruiz Mejía, fue presidido por el titular de la Conabio, José Sarukhán Kermez,quien asumió el compromiso deponer el conocimiento y la base de datos del organismo federal para garantizar los esquemas de conservación y manejo que se plantea la iniciativa.

“Es una iniciativa o plataforma interinstitucional conformada por siete instituciones de medio ambiente de Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán y Jalisco, por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, por organizaciones de la sociedad civil (Reforestamos México), y acompañada por dos organismos de carácter internacional [GIZ y WWF]. Su objetivo es establecer mecanismos de coordinación y colaboración para conservar y manejar sustentablemente las áreas naturales protegidas, los ecosistemas prioritarios y la biodiversidad, bajo la premisa de que son fundamentales para el bienestar de las comunidades que habitan en dicho espacio territorial”, dijo a este diario el director general de conservación y biodiversidad de la Semadet, Antonio Ordorica Hermosillo.

En 2009, a partir de una reunión nacional de autoridades ambientales, surgió la idea de la asociación. La Conanp “emitió una convocatoria para que funcionarios de los gobiernos estatales fueran capacitados en el manejo de las áreas naturales protegidas, pudieran intercambiar experiencias de manejo con otros estados y exploraran la forma de homologar o armonizar el manejo de las ANP, independientemente de su categoría y tipo. A raíz de dichos encuentros, los representantes gobiernos estatales de Occidente del país; particularmente Guanajuato, Jalisco y Michoacán, junto con la Conanp continuaron la comunicación y visualizaron la necesidad de ampliar la colaboración”, agregó.

El primer Acuerdo de Coordinación fue firmado el 29 de octubre de 2012, con la participación de Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, más la Conanp. “Desde el inicio, la iniciativa ha representado un reto en el diseño dada su complejidad: en el corredor se incorporan y consideran áreas naturales protegidas, áreas o sitios terrestres prioritarios para la conservación, continuidad de ecosistemas y comunidades rurales e indígenas dentro de estos territorios con alta biodiversidad y que manejan y usan los recursos biológicos de sus territorios. Un propósito secundario, ha sido la colaboración para fortalecer la gestión, administración y manejo de los sistemas estatales de áreas naturales protegidas de cada entidad federativa; sin embargo, esto evolucionó para ser uno de los grandes intereses entre los participantes y ha dado permanencia al acuerdo a pesar de los cambios administrativos”.

Como resultado del trabajo, “se definió el área de intervención del corredor, la cual se integró por 13 polígonos, que suman una superficie de 13 millones 174,720 hectáreas con ecosistemas de bosque tropical, bosque templado, bosque mesófilo de montaña y matorral xerófilo. Igualmente, se ha avanzado en el intercambio de experiencias y casos comunitarios para el manejo y uso de la agrobiodiversidad”.

Para 2017, los actores “cumplieron el objetivo de contar con el diseño del corredor, definiendo los polígonos de intervención, y lograron firmar un nuevo acuerdo de coordinación, en el cual se integraron la sociedad civil Reforestamos México e instituciones internacionales como WWF y GIZ [agencia de cooperación del gobierno alemán]”.

Los integrantes de esta iniciativa ya implementan proyectos de manejo y conservación de ecosistemas y biodiversidad, tales como monitoreo del jaguar, monitoreo en la ruta migratoria de la Mariposa Monarca, manejo de sistemas agroforestales y restauración de sitios degradados.

martes, 12 de junio de 2018

La extinción de especies, al alza, advierte experto


La destrucción de plantas y animales no es reversible y se acelera ante la falta de políticas y acciones suficientes en el país, señala Gerardo Ceballos de la UNAM.

Agustín del Castillo / Cancún, Q Roo. MILENIO JALISCO.

Dice el historiador de las ideas Peter Watson, en La gran divergencia (Crítica, 2012), que la humanidad actual rozó la extinción alrededor de 70 mil años antes de Cristo, con la gran explosión del Toba, un supervolcán del archipiélago indonesio cuya actividad sumió al mundo, por décadas, en la oscuridad, tal como dice el relato bíblico de la creación. La “huida” del Sol trajo el declive de millones de plantas y la quiebra de cadenas alimenticias completas. Y murieron de siete a nueve de cada diez Homo sapiens sapiens, que se encontraban en fase de expansión, desde África, hacia la conquista del mundo.

Una de las evidencias científicas de ese desastre, más allá del estudio de yacimientos geológicos y fósiles, es indirecta: el notable divulgador científico señala la baja variabilidad genética de la especie humana, pues con una base muy corta, la de los escasos supervivientes de ese caos memorable, volvió a prosperar. Era un hombre ligado a la naturaleza, que dependía de los ciclos biológicos para proveerse de animales y plantas para comer, cubrirse y defenderse.

Esto hace que dos humanos aparentemente separados por océanos de tiempo, espacio y apariencia física, como los aborígenes yanomame de la selva venezolana y los rubios descendientes de vikingos en Noruega, no tengan más diferencia que accidentes como el color de la piel y el tamaño.

Ironías de la historia natural: estos hijos de la Tierra, que pudieron desaparecer sin dejar gran huella por una catástrofe volcánica, han detonado hoy la que es la sexta extinción masiva en los 4,500 millones de años del planeta. El investigador de la UNAM, uno de los más reconocidos ecólogos de México, Gerardo Ceballos, al inaugurar el Simposio Internacional de Ecología y Conservación del Jaguar y otros Felinos del Neotrópico, en Cancún, al norte de la península de Yucatán, destacó la gravedad del proceso:

Esta extinción se distingue de las cinco anteriores por dos detalles esenciales, la primera es que la velocidad de desaparición de formas de vida es 280 tantos mayor al ritmo de extinción “natural”; la segunda es justamente la causa: no es en esta ocasión directamente un cataclismo geológico, un objeto extraterrestre de grandes dimensiones como el meteorito de Chicxulub, en esta misma región, o un cambio abrupto de temperatura por intensificación de la actividad volcánica. La causa es hoy, una sola especie, y su talento destructivo.

“Vivimos inmersos en otros problemas como la desigualdad, la pobreza, el cambio climático, el deterioro de la capa de ozono; y por allí llegamos a la pérdida de la diversidad biológica. A diferencia de casi todos los demás asuntos, la pérdida de la riqueza biológica es un problema irreversible: con suficiente tiempo podríamos recuperar el clima, podríamos recuperar los suelos dela contaminación, podríamos limpiar el océano; pero una vez que se extingue una especie, se extingue para siempre”, dijo en la ponencia magistral con que dio inicio el encuentro.

“Cuando una especie muere, un mundo termina; en ese sentido, la crisis de la extinción que se ha dado en los últimos años, no solamente nos tendríamos que poner revisar lo que está pasando con las especies en peligro, sino con las poblaciones; de ahí lo relevante de este proyecto, de este trabajo que hacemos en conjunto: si se acaban los jaguares en México, no importa que haya jaguares en Brasil, o en Perú, porque el papel que jugaban los jaguares en las estructura ecológica de este país, regional y nacionalmente se pierde; es decir, las extinciones locales, son un impacto en la función de los ecosistemas, por un lado, y en la producción de los servicios ambientales; por eso es tan importante que trabajemos juntos para atacar este grave flagelo…”, ponderó.

Lo que hasta ahora ha documentado la evidencia científica, sólo permite hablar de un planeta vivo en la miríada de estrellas que conforman el universo. “Solamente en este planeta tenemos la capacidad de tener vida, y esta increíble diversidad biológica sigue aumentando su registro: cada año tenemos nuevas especies descubiertas, 10 por ciento de todos los mamíferos, incluyendo ballenas, se han descubierto apenas en la última década, y si eso está ocurriendo con mamíferos, imagínense qué está ocurriendo con animales más pequeños, con plantas; se calcula que puede haber entre cinco y 50 millones de especies en la tierra, y apenas se han descrito 2 millones, es decir, conocemos muy poquito”.

Eso es suficiente para afirmar que “vivimos en la época de mayor diversidad biológica de toda la historia de la Tierra; es decir, un problema de extinción de especies, global, como el que estamos enfrentando, nunca tendría el impacto que en este momento, porque nunca había habido tantas especies de fauna y flora […] son especies que nos han acompañado a lo largo de la travesía como seres humanos, desde los primeros ancestros hace tres millones de años, y están en peligro básicamente por acciones del ser humano, por las acciones de nosotros, y esa es una mala noticia; la buena noticia es que por ser acciones humanas, tenemos la posibilidad de salvarlas, si hacemos los cambios necesarios para ello”.


La evolución de la norma oficial NOM-059-SEMARNAT-2010, que es el listado oficial de especies bajo alguna modalidad del riesgo de las que existen en el país, es la mejor prueba de que el proceso sigue en crecimiento.

Las especies en peligro de extinción en México aumentaron 25 por ciento en la NOM-059-SEMARNAT-2010 en relación con la norma de 2001; entre una y otra hay 71 nuevas especies y subespecies en alguna categoría de riesgo. De este modo, había 2,560 especies y subespecies en 2001, y ahora están 2,631 especies. Hay un proceso de revisión de la norma, en marcha, que establecería a más especies dentro de alguna categoría. De este modo, 4 por ciento de las especies registradas en el país, uno de los cinco más diversos del planeta, estarían por desaparecer.

“La categoría de En Peligro de extinción fue la que más cambió pasando de 372 especies en 2001 a 500 especies en la reciente norma […] la única categoría de la nueva norma que disminuyó en cantidad fue la de Protección Especial pero esto fue debido a que las especies subieron a la categoría de Amenazadas, y las de ésta última categoría subieron a En Peligro”, señala un análisis de la organización ecologista Greenpeace.

Ceballos citó a la lista roja de la Unión Mundial de Conservación de la Naturaleza (UICN), en 500 años se extinguieron 114 especies de plantas, 78 de mamíferos, 138 de aves, 22 de reptiles, 39 de anfibios y 104 de peces. De este total, más de la quinta parte corresponde a la América Tropical. Ese proceso coincide con la revolución industrial, el ascenso global de las temperaturas promedio, la expansión de las especies exóticas y la deforestación. También es cierto que en toda la historia del hombre, nunca hubo menos selvas y bosques que ahora.

- ¿Se están haciendo las acciones necesarias para hacer frente al problema de la extinción de especies en México?

- Podemos decir que se ha trabajado mucho en México para hacer frente a este problema, pero mientras hemos ganado muchas batallas, puedo decir que seguimos perdiendo la guerra.

La naturaleza tuvo una segunda oportunidad de exterminar al hombre decenas de miles de años después de Toba. El final de las últimas glaciaciones, la invasión de millones de kilómetros de tierra firme por el mar en avanzada, dio pie, especula Watson, a los mitos del diluvio, entre 12 mil y diez mil años atrás de nuestro tiempo. Tampoco ocurrió. El Homo sapiens parece que labrará solo su ruina. Gerardo Ceballos espera que la autocrítica, el sentido ético, la sensatez, que son parte de la inteligencia humana, conjure la tercera gran amenaza. Pero eso deberá suceder ahora y en muchas partes. ¿En realidad eso está sucediendo?



Claves 

Algunos datos alarmantes 

La tasa de pérdida de ecosistemas en el planeta ronda por año 1 por ciento de las tierras emergidas, es decir, alrededor de millón y medio de kilómetros cuadrados, equivalentes a tres cuartos de la superficie de México o a la extensión total de Mongolia, tendencia que de seguir, sumado a la devastación planetaria previa, no permitiría más de medio siglo de vida como la conocemos actualmente, según datos del Programa del Secretariado del Convenio de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (ONU)

Jalisco está entre las seis entidades más ricas en formas de vida de México, cerca de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Michoacán. Con cerca de un tercio de los inventarios nacionales presentes en apenas 4 por ciento del territorio del país

Es difícil predecir los efectos de la desaparición de una especie. En el caso de México, con la pérdida del lobo mexicano, florecen otros depredadores menores como el coyote y los perros ferales, los cuales podrían atacar con más frecuencia al hombre y al ganado, además de hacerle competencia al lince. También aumenta la presión sobre poblaciones de otras especies silvestres, como venados, pecaríes, coaties, y conejos. Si hay menos herbívoros por el aumento de los nuevos depredadores, habrá más hierbas y material combustible, lo que puede favorecer incendios más continuos y más destructivos

Al agotarse las presas y ser perseguidos como parte de programas de erradicación de estos depredadores, sus poblaciones podrían colapsarse más adelante, pero como no podría haber migraciones de nuevos depredadores al cerrarse los corredores, en una segunda fase habría muy pocos depredadores; entonces, los pequeños herbívoros de alta tasa de reproducción florecerían rápidamente [ardillas, conejos y ratones]. Estos roedores podrían afectar las zonas de cultivo y zonas urbanas en las zonas aledañas. Su control podría hacerse utilizando pesticidas y venenos [para alcanzar resultados rápidos], lo cual integraría elementos tóxicos en el ecosistema, suelo y agua

Ejemplos de proliferación de herbívoros en áreas sin depredadores es Australia. Con la introducción de los conejos por los colonizadores europeos; actualmente controlar esta infestación le cuesta al gobierno de Australia entre 113 y 600 millones de dólares

En un estudio de biodiversidad marina, el profesor Robert Paine identificó especies que pueden ser calificadas como piedras angulares [keystone species] y que tienen una importancia formidable para el equilibrio ambiental, a pesar de que a primera instancia pudieran parecer sólo una especie más. En un experimento en la zona costera de Estados Unidos, Paine removió de una zona una especie de estrella de mar; resultó que esta especie era el único depredador de ciertos mejillones y erizos, los cuales al quedarse sin depredador, alguno proliferaron hasta que eliminaron las demás especies presentes, incluyendo los corales.


martes, 2 de agosto de 2016

Acuerdan monitoreo de biodiversidad en 50 ANP



Las reservas de Manantlán, Chamela-Cuixmala, La Primavera y Nevado de Colima, de Jalisco, ya participan en el sistema

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Hoy se pactó entre cuatro instituciones fundamentales para la preservación del capital natural del país, la ampliación de un sistema de monitoreo de biodiversidad que en una primera fase se aplicará en 50 áreas naturales protegidas del país, tanto para conocer el estado como las tendencias de la flora y fauna que se conserva en esos espacios silvestres.

Es decir, no basta con saber si hay jaguar, puma, oso negro, guacamaya verde o escarlata, cocodrilo o monos saraguatos; se debe determinar si tienen poblaciones estables, si presentan presiones crecientes y si afrontan amenazas que obliguen a estrategias de conservación más contundentes.

Las instituciones mencionadas son la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Comisión Nacional Forestal (Conafor), y el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, AC (FMCN).

Sus representantes anunciaron la preparación del Sistema Nacional de Monitoreo de la Biodiversidad "que permitirá obtener información cuantitativa y cualitativa de los ecosistemas de México".

En el acto de presentación, el Comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Alejandro Del Mazo Maza explicó que con este sistema se almacenarán, analizarán y compartirán indicadores e índices clave entre instituciones para tomar acciones específicas informadas para la conservación de la biodiversidad.

"El Sistema está basado en el concepto de integridad ecosistémica, que cuantifica la salud y degradación de los ecosistemas y es útil para apoyar esfuerzos orientados a detener e incluso revertir la creciente pérdida de la riqueza natural de nuestro país".

Precisó que en coordinación con varios organismos de cooperación nacional e internacional, la Conanp mantiene 141 sitios de monitoreo en 35 áreas naturales protegidas. Y se trabaja para lograr que en 2018 se implemente el monitoreo en al menos 50 Áreas Naturales Protegidas, consolidando el compromiso institucional con esta iniciativa nacional.

Por su parte, José Sarukhán Kérmez, coordinador nacional de la Conabio, detalló que "el sistema se alimenta de la información generada la Comisión Nacional Forestal a través del Inventario Nacional Forestal y de Suelos y el del Monitoreo de diversidad y de fauna".

Añadió que la Conabio desarrolló tanto el marco conceptual para la integración de los modelos que cuantificarán la integridad de los ecosistemas, como las metodologías acordes para asegurar la calidad de los datos colectados en campo. También, junto con socios internacionales y nacionales está desarrollando tecnología de punta para el análisis automatizado de los datos generados por las fototrampas y las unidades autónomas de grabación. Esta tecnología tiene además aplicaciones mucho más allá del monitoreo biológico. Por lo tanto, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) está considerando apoyar el sistema con un programa científico para fortalecer el componente tecnológico del sistema y ampliar el uso y el desarrollo de nuevas tecnologías.

Jorge Rescala, titular de la Conafor, explicó que el Sistema Nacional de Monitoreo de la Biodiversidad, será estratégico ya que permitirá, entre otros servicios, obtener indicadores para evaluar la efectividad de las acciones y de las políticas de aprovechamiento sustentable, de conservación y de protección de los ecosistemas, generando elementos de análisis para fortalecerlas o reorientarlas.

En particular la Conafor, "a partir de 2014 aporta al Sistema Nacional, información de todos los ecosistemas forestales a través del Inventario Nacional Forestal y de Suelos que en total integra 26,215 unidades de muestreo para medición de información de la vegetación forestal".

Lorenzo de Rosenzweig, Director General del FMCN, ahondó en la importancia de la participación de la sociedad civil organizada para proteger el capital natural de México. Coincidió que este sistema es resultado de la colaboración público-privada entre el Gobierno Federal, las organizaciones de la sociedad civil, el apoyo de donantes como la Fundación Gordon y Betty Moore en beneficio del patrimonio natural de nuestro país. La información generada por el Sistema Nacional de Monitoreo de la Biodiversidad dará oportunidad a las comunidades rurales de valorar y dar un manejo sustentable a la diversidad biológica en sus territorios.

A la presentación sistieron representantes de organismos multilaterales como el Banco Mundial, el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Cooperación Alemana al Desarrollo (GIZ), el Banco Alemán de Desarrollo (KfW) y el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD, además acudieron representantes de las Embajadas de Alemania, Noruega, Estados Unidos, Honduras, Guatemala, Perú, Chile y Colombia; así como funcionarios del sector ambiental, investigadores y organizaciones de la sociedad civil.

sábado, 5 de diciembre de 2015

José Sarukhán será homenajeado por el Cucsur en la FIL



En el marco del quinto coloquio de biodiversidad de la FIL y del 30 aniversario del Imecbio de la UdeG, el coordinador de la Conabio recibirá el reconocimiento Alfred Russell Wallace.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

En el marco del quinto Coloquio Internacional sobre Biodiversidad, Recursos Naturales y Sociedad, el Centro Universitario de la Costa Sur (Cucsur) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), mañana en la tarde se entregará al ex rector de la UNAM y coordinador nacional de biodiversidad, José Sarukhán Kermez, el reconocimiento Naturaleza, Sociedad y Territorio que lleva el nombre del distinguido naturalista británico Alfred Russell Wallace, junto con Darwin, el teórico original de la evolución biológica como mecanismo de la vida en la Tierra.

Previo al coloquio será el homenaje; Sarukhán Kermez –también investigador emérito de la UNAM, pionero de la protección de la costa de Jalisco y miembro titular de la Academia Mexicana de Ciencias y del Colegio Nacional-, será acompañado por otro de los más distinguidos conservacionistas mexicanos, Exequiel Ezcurra, director del Instituto para México y los Estados Unidos (UC Mexus) y profesor del Departamento de Botánica de la Universidad de California-Riverside.

“Los dos participantes son especialistas en los temas que se discutirán en el coloquio que tienen que ver con la importancia de la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad para el sustento y el bienestar humano. Los ecosistemas terrestres y acuáticos representan el sistema de soporte de vida de la humanidad; a través de los procesos ecosistémicos, en los cuales la biodiversidad  juega un papel central, se generan una serie de beneficios, reconocidos actualmente como servicios ambientales o ecosistémicos, de los cuales depende el mantenimiento de la vida en la Tierra, la regulación de las condiciones ambientales, el aprovisionamiento de recursos naturales y la preservación de valores culturales”, señala el comunicado enviado por la UdeG.

El desarrollo del sistema económico “que hoy en día impera en el mundo, ha provocado un proceso de cambio ambiental global que amenaza el futuro de la humanidad. Las políticas gubernamentales continúan reproduciendo un modelo de desarrollo que conduce a una mayor degradación ecológica y al agotamiento de los recursos naturales, además de amenazar severamente la integridad de los últimos espacios naturales. La conservación en el siglo XXI enfrenta grandes retos como la puesta en práctica de medidas efectivas de protección de la naturaleza, de aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y de formas alternativas de interacción entre las sociedades humanas y su entorno ecológico”, añade.

También participan en el coloquio como moderadores, Enrique Jardel Peláez, profesor-investigador del Departamento de Ecología y Recursos Naturales y Director de la División de Desarrollo Regional del Cucsur, y Eduardo Santana, Profesor-investigador y coordinador del Museo de Ciencias Ambientales del Centro Cultural Universitario de la UdeG.

El nombre del reconocimiento, Alfred Russell Wallace (1823-1913), “naturalista británico reconocido por su papel en el desarrollo de la teoría de la evolución por selección  natural, junto con Charles Darwin”, padre de la zoogeografía, estudioso  de la biodiversidad, la ecología y las culturas de los pueblos de los trópicos, y  activista en la lucha por la conservación de la naturaleza y reformas sociales como los derechos de las mujeres y el mejoramiento de las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera, coincide además con la presencia del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte como país invitado de la Feria Internacional del Libro, además de los 30 años de la fundación del Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad (Imecbio), institución que fue motor de la declaratoria de reserva de la biosfera paras la Sierra de Manantlán, una de las 25 reservas prioritarias del país.

“Se destaca que durante 30 años se ha realizado investigación ecológica de largo plazo, formación de recursos humanos, educación ambiental y conservación del patrimonio natural de Jalisco y occidente de México”. Para mayores informes sobre el programa del coloquio, se puede consultar la página www.cucsur.udg.mx

jueves, 8 de octubre de 2015

Economía decrece “por daño ambiental brutal”



Investigadoras lamentan el bajo gasto ambiental del país, que decrecerá casi un quinto en 2016, y cuestionan las cuentas de Hacienda, pues la realidad es que “no hay crecimiento”.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Las cifras de crecimiento económico que ofrece año con año la Secretaría de Hacienda y Crédito Público son inexactas porque el análisis no considera el costo ambiental de un desarrollo que ha sido históricamente subsidiado por la naturaleza. "La realidad no es que crecemos 1.5 por ciento al año, sino que decrecemos en promedio 6.5 por ciento cada anualidad", advierte la investigadora de la UNAM, Ursula Oswald Spring.

Entrevistada en el marco del IPCC Outreach event México, un encuentro de investigadores del Panel Intergubernamental de Cambio Climático para difundir el último reporte del tema, y a propósito de los decrementos de la inversión ambiental del país en 2015 y 2016, la ex secretaria de Medio Ambiente de Morelos destacó que lo que se destina de gasto ambiental es en su mayor parte "gastos fijos", y que para implementar proyectos proactivos "la Secretaría de Hacienda es el mayor obstáculo".

Añadió: "El costo ambiental anual es de 8 por ciento, pero eso nunca lo dice el secretario de Hacienda porque tendría que reconocer que tenemos un decrecimiento brutal por año; hablamos de que es menos 6.5 por ciento, y de acuerdo a cifras oficiales, eso sólo se vivió tras la crisis de 1994-1995", pero "tener la claridad de estos datos es crucial en la toma de decisiones".

Y como no se clarifica, las prioridades de inversión no van por ese camino. Lo ambiental no es prioridad porque no se considera el papel preventivo que tiene que cuidar los servicios ambientales para temas como la salud y la prevención de desastres.

"Hay presiones inmediatas en el tema de prevención de paludismo, de dengue y de chikungunya, pero se atienden como emergencias; la sociedad tiene una reacción fuerte frente a los temas de desastre, pero luego se desmoviliza, hasta el siguiente; falta la capacidad para transmitir y dar prioridad a un enfoque preventivo, incluso las noticias dan prioridad a los hechos de sangre, a datos duros y no a este tipo de enfoque de crear conciencia", subrayó.

Los ambientalistas y académicos han responsabilizado al gobierno mexicano de reducir a niveles de riesgo los presupuestos de las dependencias ambientales, bajo el argumento de la crisis económica. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) afronta para 2016 una disminución de 19 por ciento en comparación con su ejercicio de 2015, pero organismos como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor) han debido hacer recortes de cientos de plazas de personal operativo y administrativo. Las estadísticas del INEGI reflejan las pérdidas por deterioro ambiental entre 8.5 y 5.7 por ciento del PIB anual del país, en los últimos diez años, lo que va de 900 mil millones a 1.2 billones de pesos, mientras las inversiones públicas nunca pasan de 160 mil millones de pesos por anualidad.



Para la investigadora Patricia Romero Lankao, la economía mexicana tiene una escisión que explica con claridad por qué se invierte tan poco en medio ambiente: "La maquinaria del crecimiento se da en infraestructura para autos, no en infraestructura para transporte público; en general invertir en comunicaciones y transporte deja más dinero que invertir en saneamiento [...] lo que quiero decir es que las fuerzas que están determinan el crecimiento del riesgo ambiental no son las que están resolviendo ese riesgo, se habla de la necesidad de coordinar políticas, pero eso sigue siendo poco más que buenos propósitos".

La investigadora Ana Bertha Cuevas Tello, del Departamento de Estudios del Pacífico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), da contexto a este tema: "Tanto el crecimiento económico global como el deterioro ambiental han presentado tasas de aumento sin precedentes. El producto interno bruto (PIB) mundial pasó de 14.3 billones de dólares en 1970 a 53.1 billones de dólares en 2007 [...] durante estos 37 años la economía mundial presentó un crecimiento promedio anual de 3.6 por ciento, mientras que se incrementaron los gases de efecto invernadero (generadores del cambio climático), las tasas de deforestación de los bosques, la destrucción de la capa de ozono, la extinción de algunas especies de flora y fauna" (verhttp://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/republicana/pdf/ActaRep08/ActaRep08_3.pdf).

Un ejemplo: entre 1987 y 2007, "las emisiones de México [de gases de efecto invernadero] pasaron de aproximadamente 270 a casi 450 millones de toneladas métricas". Un costo ambiental que las cuentas de la SHCP no consideran. Pese a ello, el presupuesto ambiental estará en 2016 en su mínimo histórico en relación al gasto federal desde 1994.

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LAS FRASES



Patricia  Romero Lankao. Investigadora

"La maquinaria del crecimiento se da en infraestructura para autos, no en infraestructura para transporte público; en general invertir en comunicaciones y transporte deja más dinero que invertir en saneamiento [...] lo que quiero decir es que las fuerzas que están determinan el crecimiento del riesgo ambiental no son las que están resolviendo ese riesgo, se habla de la necesidad de coordinar políticas, pero eso sigue siendo poco más que buenos propósitos"



Ursula Oswald Spring, investigadora de la UNAM

“La realidad no es que crecemos 1.5 por ciento al año, sino que decrecemos en promedio 6.5 por ciento cada anualidad...

El costo ambiental anual es de 8 por ciento, pero eso nunca lo dice el secretario de Hacienda porque tendría que reconocer que tenemos un decrecimiento brutal por año; hablamos de que es menos 6.5 por ciento, y de acuerdo a cifras oficiales, eso sólo se vivió tras la crisis de 1994-1995”.

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En números

64 millones de hectáreas de bosques y selvas tiene México en 2015, contra alrededor de 69 millones de ha que poseía en 1990

450 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero produjo la economía mexicana en 2007, contra 270 millones de 1986

>5.4 por ciento en 1994, es la asignación a medio ambiente en relación al gasto federal, más alta de la historia del país. En la última década ha rondado ese gasto 2.2 por ciento

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Debilitamiento de la Conafor,  retroceso para la silvicultura

El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2016 "considera una reducción de 40 por ciento para la operación de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y un incremento del techo presupuestal destinado para subsidios de 155.69 millones de pesos, lo que en precios constantes significa recuperar el poder adquisitivo perdido por la inflación de 2015", destaca una nota de análisis del Consejo Civil Mexicano de Silvicultura Sostenible, en su boletín de Monitoreo de políticas públicas, difundido ayer.

"Mantener el presupuesto destinado a subsidios del sector forestal parece una buena señal y puede leerse como una apuesta por mantener el impulso al sector forestal y un compromiso gubernamental para lograr las metas planteadas [...] sin embargo, el recorte a la operación de la Conafor se ha traducido en la eliminación del personal a cargo de los programas de silvicultura comunitaria y una reducción importante del personal en las gerencias estatales que suponen un riesgo para avanzar en el manejo forestal", lo que podrían convertir a la Conafor "en solo una ventanilla para dispersar subsidios y sobre todo, pueden provocar que las obras en campo tengan menor efectividad".

Para 2016 "será casi un hecho ver retrocesos en la implementación de la estrategia de REDD+ [estrategia de Naciones Unidas para la Reducción de la Deforestación y Degradación de los bosques con componentes de desarrollo social] con el cierre de la Gerencia de Proyectos y Mercados Forestales de Carbono, la cancelación del financiamiento a las agencias de desarrollo local y los agentes públicos de desarrollo territorial y un menor impulso al manejo comunitario de bosques con la desaparición de los programas que atendían esta actividad".

A lo anterior "hay que sumar el riesgo que se corre al limitar la capacidad de Conafor, bastante mala en algunos aspectos de por sí, para operar y orientar correctamente sus programas y hacer llegar los subsidios a tiempo a los beneficiarios. Esto podría generar subejercicios y recortes de facto al dinero que llega a campo, provocando afectaciones importantes a las comunidades, ejidos y pequeños propietarios que estaban haciendo esfuerzos para mejorar sus acciones de manejo y las condiciones de sus bosques".

De este modo, subraya el documento, "podríamos ver para los próximos años una concentración de los esfuerzos de la Conafor para desarrollar el manejo y aprovechamiento forestal en empresas contratistas y grandes productores y el abandono de los pequeños, a la par que podríamos ver de vuelta una inversión creciente en acciones de reforestación con fines asistenciales", nada de lo cual es deseable.

Así, "el voluntario o involuntario debilitamiento de la estructura operativa de la Conafor por recortes presupuestales y salida de personal con experiencia no parece mejorar la capacidad de la institución para cumplir con su objetivo y supone un riesgo de involución de la política forestal del país que podría traducirse en la pérdida de años de esfuerzos por avanzar hacia la organización social, la gobernanza de los bosques y el fortalecimiento de empresas comunitarias". El análisis completo se puede consultar en http://www.ccmss.org.mx/wp-content/uploads/2015/10/NOTA-43-Presupuesto-y-cambios-en-Conafor-2016-1.pdf.

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Claves

Sobre recorte

- A pesar del recorte de 40 por ciento a su presupuesto de operación, la Conafor contará con 5,178 millones de pesos para otorgar subsidios durante el ejercicio fiscal 2016, cifra equivalente al presupuesto de subsidios 2015”

- El recorte “traerá cambios a las Reglas de Operación, desaparición de los programas especiales y nuevos retos para avanzar en el manejo forestal sustentable y la conservación de los ecosistemas forestales”

- La “desaparición de gran parte del personal dedicado de la Conafor, vinculado con la silvicultura comunitaria produce un riesgo serio de retrocesos en la agenda forestal del país para los próximos años”


sábado, 19 de septiembre de 2015

En peligro, presupuestos para el jaguar



México no invierte sino “morralla” en vida silvestre, pese a poseer 12% de la diversidad biológica del planeta: expertos en conservación del felino

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

En el mejor de los casos, un jaguar en México recibe 3,500 pesos anuales de presupuesto, si se toma como base el recurso que maneja este año para la especie la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, de alrededor de 14 millones de pesos, y una población de felinos estimada en cuatro mil individuos, 100 de ellos en Jalisco y 400 si se incluye todo el occidente mexicano.

En el peor de los casos –nada infrecuente-, el superdepredador recibirá una bala o comerá un cebo envenenado, por ganaderos molestos o cazadores furtivos.

En el hipotético caso de que ese fondo se reparta en rigurosa equidad, su alcance es limitado: un radiocollar de buena calidad para monitorear sus desplazamientos cuesta alrededor de 35 mil pesos; una cámara de fototrampas, para tomar evidencias de su paso por comederos o estanques y del número de crías, alrededor de 3,500 pesos; lograr compromiso de vigilantes comunitarios obligará a contratación de talleres y capacitación de expertos, varios miles de pesos; un vehículo equipado para vigilancia, de 100 mil a 200 mil pesos; gasolina y mantenimiento, miles de pesos más.

Y si va a la base de todo: el territorio que requiere la Panthera onca como coto de caza, que puede ir de 100 a 400 kilómetros cuadrados según la disposición de presas, cambia de escala el análisis, pues el "tigre" americano, como punta de la cadena trófica, demanda que haya árboles frondosos, ríos cristalinos y una pirámide alimenticia –a partir de los hongos y micorrizas formadores de suelo- bien conservada.

Dicho de forma simple, que los jaguares sobrevivan hará que el patrimonio natural de México se mantenga, pero ante el fenómeno económico de aprovechamiento de las selvas por poblaciones pobres o por desarrolladores de negocios turísticos e inmobiliarios de alta plusvalía, eso requiere invertir para alcanzar un manejo sustentable que no destruya la frontera forestal y sus servicios.

Y si de por sí ya era tarea compleja y precaria con tan raquítica asignación, la situación está en riesgo mayor ante la reducción presupuestal planteada por la Secretaría de Hacienda, bajo el peso de la "desaceleración" económica, para el gasto de 2016.

Si en 2015, el presupuesto total del sector ambiental fue de 67,976 millones de pesos, para 2016 la iniciativa de la SHCP propone 57,490 millones, esto es, una reducción de más de 18 por ciento. Si se compara el sector ambiental con el gasto total del gobierno, esto apenas ronda 2 por ciento del total. Pero de ese monto, las áreas de vida silvestre, incluida de forma predominante las áreas naturales protegidas, son también minoritarias: 2 por ciento del 2 por ciento. No alcanzan siquiera 1,200 millones de pesos.

Un último ejercicio: si se repartiera la totalidad del recurso que se pretende asignar en el presupuesto de 2016 a inversión en vida silvestre y áreas protegidas, en un país que alberga 12 por ciento de la diversidad biológica mundial, esto es, unas 200 mil especies de flora y fauna, hay solamente seis mil pesos para cada especie.

Estas frías cifras pretenden demostrar que en México no se apuesta por proteger el patrimonio natural, considerando que "obras son amores y no buenas razones". Le llegan migajas.

"Creemos que es un mal síntoma, de entrada, un signo que hay que atender y no permitir; es urgente incidir en la discusión de los presupuestos para el próximo año, porque a una década del Año del Jaguar, reconociendo los avances, estos son limitados; hay programas que han hecho que la comunidad se involucre con la conservación, como son los programas de monitoreo biológico, los programas de vigilancia comunitarios, que han sido exitosos para que la comunidad reconozca y valore, y así proteja sus recursos naturales; un bajo presupuesto puede significar un retroceso importante el querer trabajar sin ese dinero público", destaca el director de la Alianza Jaguar Nayarit, Érik Saracho Aguilar

"Es fundamental trabajar con este principio de que el cerro le tiene que dar de comer a la gente, antes de que la gente se coma al cerro; estos programas de vida silvestre y de áreas protegidas, de alguna manera lo impulsan, y buscan dar una valoración adecuada al uso sustentable, no extractivo, de los recursos naturales; por eso acudiremos a nuestros diputados y senadores para que le den el peso que merece este componente, que es base del bienestar humano".

Gerardo Ceballos González, del Instituto de Ecología de la UNAM, apunta: "el recorte es de gran magnitud y puede traer un impacto severo; recordemos que la Comisión Nacional de áreas Naturales Protegidas, que de por sí recibe presupuestos insuficientes, está encargada de administrar y dar viabilidad a más de 10 por ciento del territorio del país, y que la biodiversidad debe ser protegida porque forma, por decirlo de algún modo, los ladrillos de los ecosistemas, y además de un valor intrínseco, tiene un valor utilitario muy grande porque nos da a toda la sociedad enormes beneficios con servicios ambientales como agua, captura de carbono, estabilidad climática, protección de cuencas y las propias posibilidades alimentarias y medicinales de plantas y animales".

Recuerda además que en esas zonas están las personas más pobres del país, y que darle sostenibilidad económica a sus vidas previene la influencia del crimen organizado además de la preservación de vida silvestre, como el jaguar.

"El recorte es inadecuado y estamos articulando un análisis para hacerlo llegar a los senadores, a los diputados y al propio presidente de la república [...] se debe hacer bien, sobre lo no prioritario, por ejemplo, los senadores anunciaron que renuncian a sus autos y teléfonos, y eso significa 500 millones de pesos menos, ¡la mitad del presupuesto de la Conanp!", subraya con sorpresa.


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"Es urgente incidir en la discusión de los presupuestos para el próximo año, porque a una década del Año del Jaguar, reconociendo los avances, estos son limitados; hay programas que han hecho que la comunidad se involucre con la conservación, como son los programas de monitoreo biológico”

Érik Saracho Aguilar
Director de la Alianza Jaguar Nayarit

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Propuestas para el jaguar

Los expertos sobre jaguar le hicieron a los senadores propuestas para obtener más recursos en la preservación del jaguar, en agosto pasado:

- Crear un fondo económico, proveniente de multas para la conservación, que se aplique en los programas que privilegien la conservación del jaguar y la protección del hábitat en que se distribuye, así como las actividades productivas de sus habitantes o usufructuarios

-Considerar la preservación del jaguar como asunto de seguridad nacional

- Que se considere al jaguar como el símbolo nacional de la conservación

- Que las áreas de distribución del jaguar se establezcan por acuerdo secretarial como “hábitat crítico” y en su momento, cuando el reglamento de la Ley General de Cambio Climático sea publicado, como “corredores biológicos”

- Que se establezca, a la brevedad posible, el Consejo Nacional de la Vida Silvestre, ya que su existencia es indispensable para el establecimiento legal de hábitats críticos

- La creación de un órgano consultivo conformado por expertos en conservación y manejo sustentable del jaguar y otros felinos silvestres

- Mayor presupuesto a los programas de fomento y/o de subsidios del Ejecutivo y adecuar los conceptos de apoyo a las necesidades de conservación del jaguar y su hábitat

- Los pobladores “deberán ser favorecidos con apoyos gubernamentales para mejorar su calidad de vida a través del desarrollo sustentable y fomentar el respeto al medio ambiente”

- Se debe revisar la normatividad vigente y formatos, “para que los programas de desarrollo rural, tanto en las actividades productivas como en la infraestructura necesaria, garanticen la conservación del medio ambiente y el beneficio social y económico, es decir, la sustentabilidad”

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Números de la diversidad

49 especies extintas

475 en peligro de extinción

896 amenazadas

1185 sujetas a protección especial, son las principales categorías de riesgo de acuerdo a la norma oficial mexicana de especies en riesgo (NOM 059); otras categorías son las especies endémicas y las “raras”

2 por ciento del presupuesto nacional está dedicado a preservar el ambiente, lo que constituye menos de medio punto porcentual del producto interno bruto

4000 millones de pesos se asignaron en el Programa Nacional Forestal de 2015 para proyectos de manejo y conservación de ecosistemas del país, cuyos servicios ambientales en 2004 fueron calculados por la FAO en 136,770 millones de pesos anuales; estos sustentan una economía de 1,283 billones de dólares

4000 jaguares hay en México, según el gran censo levantado entre 2009 y 2010; 10 por ciento de estos se encuentran en el México occidental: Jalisco, Nayarit, Colima y Michoacán. La selva Maya, que incluye península de Yucatán y sur, hasta Chimalapas, alberga más de 60 por ciento

1995 ha sido el año, desde 1989, con más inversión en vida silvestre; alcanzó 1.5% del presupuesto de medio ambiente mientras desde 2001 ha sido apenas 0.1% del presupuesto



Fuentes: FAO/Semarnat/Conanp/Carlos Manterola

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"El recorte es de gran magnitud y puede traer un impacto severo... la Comisión Nacional de áreas Naturales Protegidas, que de por sí recibe presupuestos insuficientes, está encargada de administrar y dar viabilidad a más de 10 por ciento del territorio del país, y que la biodiversidad debe ser protegida porque forma, por decirlo de algún modo, los ladrillos de los ecosistemas”
Gerardo Ceballos González
Instituto de Ecología de la UNAM

sábado, 5 de septiembre de 2015

La salvación del Tecuani



Doce años de vida de una hembra de jaguar y un proyecto en las selvas de la costa del estado de Jalisco han traído reconocimiento y respeto para la gran fiera americana. Fotografías de Nacho Reyes, La Pecas de El Tuito

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

La Pecas salió de entre la maleza e intimidó a Lucky, quien se quedó oculto y agazapado. La señora de la selva mostró sus dientes afilados a los intrusos, pero luego se paseó confiada, casi indiferente, frente a sus asombrados espectadores, extasiados en su hermosa vestimenta ocelada, tersa como el terciopelo ; en las zarpas formidables que delatan a la fiera; en el cuerpo atlético y grácil, portador de los esplendores luminosos de la vida silvestre.

Ya cumplió doce años, y esta hembra de jaguar es el símbolo más reconocible de la conservación de la Panthera onca en el presionado litoral de Jalisco.

La intención de que se reproduzca ha sido fallida. Dos machos –Heracles y el propio Lucky- han cohabitado con la felina desde 2007; y si bien se ha alumbrado tres camadas, los cachorros se perdieron. No hay, de cualquier modo, mucho entusiasmo de los naturalistas en que estos animales, los superdepredadores de las junglas mexicanas, nazcan en cautiverio; se busca que se conserven sus deteriorados hábitats para que se mantengan poblaciones silvestres viables.

¿Qué pasó con esas camadas?, se le pregunta a Carlos Bravo, comunero de Bioto (Santa Cruz del Tuito) y que trabaja en la atención de la "tigra" y su pareja en turno. "Bueno, una llegó a los seis meses de vida y se murió; otra la mató al nacer, la apachurró; el tercero creció pero ya no lo vimos, así que se supone que el jaguar macho se lo comió, para ponerse en celo otra vez... y ya, ahorita nomás vemos que se ubra [sic], pero no podemos ver las crías ni nada".

El fracasado proyecto tiene un anverso menos polémico, y que es definitivamente exitoso: La pantera ha hecho que los aldeanos de estos poblados nahuas de la costa norte de Jalisco, y los curiosos provenientes del cercano Puerto Vallarta, vean en directo un ejemplar nativo del mítico tecuani (en náhuatl, "fiera"), especie aferrada a sostenerse en un entorno sitiado por la infraestructura, los desarrollos turísticos y la ganadería extensiva.

"La Pecas ha sido un icono regional que identifica bien a esta unidad de manejo ambiental [uma] del municipio de Cabo Corrientes, aparte de Tomatlán y Vallarta, con los que conforma un corredor natural del jaguar que tiene muy buena conectividad hacia la sierra de Vallejo en Nayarit o hacia la sierra de Manantlán al sur, también en Jalisco; este es un atributo de alto valor que debemos subrayar para que concurran los programas sobre la conservación del jaguar", explica el técnico responsable del albergue y sus gatos, Gonzalo Curiel Alcaraz.

El experto en selvas tropicales destaca que aparejado al crecimiento y el cuidado de la fiera en cautiverio, los monitoreos que de forma paralela realiza su despacho técnico, en el contexto del programa nacional de jaguar que coordina Rodrigo Núñez Pérez, con base en foto-trampas, demuestran que La Pecas ha provocado un efecto colateral saludable: los ganaderos ya no matan "tigres" con la misma soltura que en el pasado, sabedores de que se trata de una especie en peligro de extinción, de que ello los haría acreedores de sanciones severas de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) -el valor de una multa equivale al de 100 vacas en el rastro de Guadalajara-, y de que si quieren un futuro, deberán adaptar su oficio para evitar conflictos con la fiera moteada –lo que a su vez es oportunidad: lo silvestre se abre paso en todo el planeta como componente esencial del nuevo turismo de aventura, un turismo de alto poder adquisitivo que está ligado a la conservación de los ecosistemas-.

Por si fuera poco, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (Sagarpa) ha implementado un seguro ganadero que paga a los animales cazados por el gran gato y otros depredadores. Más allá del burocratismo del proceso –situación que se puede mejorar-, hoy se tienen condiciones que en el verano de 2003, cuando La Pecas fue rescatada por don Gil, un aldeano de Bioto ni por asomo existían.

"Se han hecho campañas con los ganaderos, ellos lo están entendiendo, y como evidencia tenemos a machos jóvenes que se están desplazando a zonas nuevas, creemos que por la expulsión del territorio de un macho alfa", añade Curiel Alcaraz.

La Pecas ha entrado al otoño de su existencia, aunque en las buenas condiciones en que se encuentra, podría vivir otros seis u ocho años. Su más valioso papel ya lo cumplió: hacer reconocible a una fiera evasiva y misteriosa –el jaguar es la pantera menos conocida del mundo- en una gran comunidad campesina, cuyo respeto es esencial para que el asesino moteado de rugido poderoso siga como gran cacique de estos trópicos. El jaguar podría haber conjurado su riesgo de extinción local, aunque es muy temprano y poco prudente reconocerlo.


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Los desafíos

Cabo Corrientes es, por razones históricas y culturales,el municipio mejor conservado de la Costa de Jalisco. Es junto con la sierra de Manantlán, el único asiento permanente de indígenas nahuas desde la conquista, y mantiene un tejido comunitario que ha sido obstáculo para los proyectos depredadores de infraestructura, de desmontes agrícolas y de minería, aunque las tres actividades prevalecen. Con poco más de 2 mil kilómetros cuadrados de territorio, alberga desde bosques templados hasta selvas medianas y bajas, ecosistemas muy húmedos y semiáridos, lo que explica su gran diversidad biológica. La demarcación afronta la necesidad de aprender sobre la marcha: conservar sus valores naturales y abrirse al desarrollo económico.


jueves, 2 de julio de 2015

Bosque mesófilo del Nevado de Colima, en peligro de extinción



Las comunidades forestales de niebla de la alta montaña son discontinuas y sometidas a fuertes presiones por actividades humanas, destaca en una publicación el organismo federal.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Los bosques mesófilos de montaña, o de niebla, del macizo volcánico del Nevado de Colima, donde se ha autorizado un aprovechamiento del ejido de Huescalapa que ha generado controversia en la comunidad ecologista y científica del occidente, están entre los más expuestos a riesgos de fragmentación y desaparición por actividades humanas, por lo cual es indispensable establecer estrategias de conservación que tiendan a compensar a sus dueños y a aplicar de forma estricta la ley, señala la Comisión Nacional para Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

“Esta es probablemente la subregión de menor continuidad con respecto a las demás, puesto que está separada por una zona semiárida de baja altitud conocida como Llano Grande. Se definió a esta subregión de prioridad alta con base en los criterios de calidad y amenazas a la permanencia […] contiene elementos importantes y representativos de la biodiversidad que difieren de las otras subregiones, tales como, su origen geológico (ígneo extrusivo, por ser volcán), su condición fisiográfica (es la única subregión que corresponde a la Franja Neovolcánica Transversal) y aislamiento geográfico, por lo que se considera que se requieren acciones a corto plazo encaminadas a la protección de los remanentes de bosque mesófilo. La subregión ocupó el tercer lugar en amenazas a la permanencia y el nivel más alto de amenazas a la calidad”, dice la publicaciónElBosque Mesófilo de Montaña en México: Amenazas y Oportunidades para su Conservación y Manejo Sostenible, del organismo federal, publicada en 2010.

El serio deterioro de estos bosques “está asociado fundamentalmente a factores como la transformación a cultivos (caña y pastizal, y más recientemente, huertos de aguacate), la ganadería extensiva, los incendios forestales, la tala ilegal (extracción hormiga) con propósitos agropecuarios y la expansión de caminos. Los factores que afectan a la calidad son: la extracción de leña, la producción de carbón vegetal, pastoreo en el bosque, la cacería furtiva que ha llevado a la desaparición casi total de dos especies de importancia cinegética como es el venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y el jabalí de collar (Tayasu tajacu)”.  Existen dos áreas protegidas: el parque nacional, con decreto federal de 1936, y el parque estatal, con decreto de 2007, que es específicamente para el bosque de niebla en cuatro polígonos. A todas luces, ha sido insuficiente.

Entre las características biológicas relevantes “destacan que 10 por ciento de las especies son endémicas de México y un 4 por ciento endémicas a Mesoamérica; se encuentran bajo alguna categoría de riesgo diez especies de plantas, incluidas la Tilia mexicana y el oyamel Finkii.

Se reportan 124 especies de mamíferos, ”sin embargo, las especies reportadas y estudiadas sólo para la región protegida del Parque Nacional comprenden 59 especies (37 por ciento son murciélagos por ser los mejor estudiados: les siguen en abundancia los roedores y carnívoros). También alberga especies amenazadas o en peligro de extinción como el tecolote (Asio stygius), de distribución restringida como la gallina de monte (Dendrortyx macroura) y el tapacamino (Caprimulgus ridgwayi)”, y otras especies de aves de distribución más global, “además del registro de otras nueve especies en la NOM-059 y que son endémicas. En el grupo de reptiles sólo se cuenta con un listado potencial de 41 especies”, agrega el texto, disponible en http://www.biodiversidad.gob.mx/ecosistemas/pdf/BMM_parte%201.pdf.

miércoles, 8 de abril de 2015

Costa de Jalisco, área prioritaria de murciélagos



70 especies, 51% de las existentes en México, deambulan por las montañas y llanuras selváticas del litoral del estado; ya es zona protegida internacional

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

La vasta región que va de la Sierra de Manantlán, al sur, a Cabo Corrientes, al norte, paralela a la costa de Jalisco, ha sido designada “área de importancia para la conservación de murciélagos [Aicom]”, dada la notable presencia de especies de ese mamífero cuyo papel para el funcionamiento de los ecosistemas es fundamental, no obstante la imagen que le han generado las leyendas populares, adversa para su conservación.

“A finales de 2013, el doctor Luis Ignacio Iñiguez Dávalos, profesor-investigador del Departamento de Ecología y Recursos Naturales del Centro Universitario de la Costa Sur, especialista en ecología y conservación de fauna silvestre, en particular murciélagos, comenzó a trabajar en una iniciativa que sería propuesta a la Red Latinoamericana para la Conservación de Murciélagos a fin de que la región fuera declarada […] recientemente dicha red aprobó la incorporación de las primeras 30 Aicom de México, en la que incluye a Manantlán-Cabo Corrientes”, informó dicha institución educativa.

Esto lleva a “un reconocimiento a la diversidad biológica y el valor ecológico de este grupo de mamíferos en la región y resalta la necesidad de promover su conservación. La declaratoria facilitará la realización de más trabajo en conjunto entre investigadores locales y nacionales, así como con diversas instancias gubernamentales y no gubernamentales, como el Programa de Conservación de Murciélagos Mexicanos (PCMM)”, dijo el investigador promotor de la iniciativa.

El área es una franja alargada que se extiende aproximadamente 200 km en dirección sureste-noroeste y abarca parte de los estados de Jalisco y Colima. “En ese territorio están representadas siete familias de murciélagos, con un total de 70 especies, que representan el 51 por ciento de las especies de México. Siete de ellas corresponden a especies endémicas a México o al occidente de México. Según la NOM-SEMARNAT-059-2010, se encuentran una especie en peligro de extinción, tres amenazadas y tres bajo protección especial”, añadió.

Esto llevará a distintas acciones de conservación de la especie, por lo que se deberá trabajar con campañas de educación ambiental; “es necesario destacar su papel como polinizadores y dispersores de semillas, la importancia de conservar los corredores para las migraciones altitudinales y “el alto valor de la región de Cerro Grande para los murciélagos cavernícolas del occidente de México”.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Urge reconocer el valor económico real de los manglares



El fenómeno de desaparición es grave en Bahía de Banderas y otras regiones turísticas del país; falta asignar un valor económico realista a esos bosques costeros para que realmente se financie su ...

Agustín del Castillo / Bahia de Banderas. MILENIO JALISCO. 

En el fenómeno de pérdida de humedales costeros de Jalisco y Nayarit, a la Comisión Nacional para Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio) le preocupa de forma especial la destrucción de amplios manchones de manglar, una de las comunidades vegetales más frágiles y productivas del planeta.

En ambas entidades, es el cambio de uso de suelo por desarrollo urbano y turístico la principal causa. En el fondo, subyace una “infravaloración” de la escasez y los servicios ambientales que proveen estas comunidades, advierten los ecólogos Ciro Calderón, Octavio Aburto y Exequiel Ezcurra, en la publicación Biodiversitas que emite el organismo federal.

“México ocupa un lugar entre los cinco países con mayor número de manglares a nivel mundial, pero también uno de los primeros lugares en cuanto a desaparición de estos ecosistemas. La superficie de manglar calculada por Inegi en 1976 fue de un millón 41,267 hectáreas […] la superficie total detectada como manglar en el año 2000 fue de 880,000 ha aproximadamente”, de manera que “la tasa de pérdida anual de superficie de manglar entre 1976 y 2000 fue de 2.5 por ciento. De acuerdo con estos datos, se proyecta que de seguir así en un periodo de 25 años se habrá perdido alrededor de 50 por ciento del manglar en México”.

¿Cuál es la causa fundamental? “Las modificaciones antropogénicas realizadas en un sistema, al modificar los patrones de circulación del agua marina y dulce, pueden provocar la desecación parcial de lagunas con comunicación intermitente al mar y la mortandad de manglares. Ejemplo de esto fue la apertura del canal Cuautla, en el estado de Nayarit, lo que provocó la mortalidad de 18 por ciento del bosque de mangle”, destacan.

La opción es dar valor económico al manglar. Pero “asignar valores monetarios a recursos naturales, en particular para obtener valores de no uso, es complicado y además riesgoso ya que por lo común no se cuenta con todos los elementos para la valoración, y se tiende a subvaluar todo el ecosistema. No obstante, asignar valores para usos directos e indirectos de los recursos y servicios del ecosistema es de suma importancia para medir parcialmente los beneficios económicos”, apuntan.

Se debe considerar que “los manglares son pilares del ciclo de vida de una gran diversidad biológica: proveen hábitat, lugares para apareamiento y reclutamiento, así como nutrientes. Una gran variedad de peces y moluscos comerciales o no comerciales depende de los bosques costeros, sobre todo para sobrevivir su estadio juvenil. Invariablemente, cuando un bosque de mangle es talado hay una disminución de la pesca local”.

Diversos estudios “han tratado de calcular el aporte monetario de los ecosistemas costeros a las economías mundiales, con el propósito de evaluar las consecuencias económicas del cambio de uso de suelo”. De acuerdo con Costanza y colaboradores (1997), los manglares generan alrededor de 466 dólares por hectárea al año. Acharya y colaboradores (2002) calcularon que la producción pesquera de los manglares asciende a más de mil 500 dólares por ha al año. Y en 2008, el mismo Aburto y un equipo de trabajo evaluaron de forma más integral: 37,500 dólares por ha.

Los detalles: "utilizando una amplia base de datos pesqueros y geográficos, han estimado que el valor de los servicios que proveen los manglares a las pesquerías es de alrededor de 37,500 dólares por hectárea cada año. Los manglares del Golfo de California mantienen a más de 26 pesquerías de alto valor económico, incluyendo pargos, robalos, chanos, jaibas, lisas, mojarras y bagres, entre muchas otras especies de valor comercial. Los investigadores llegaron a estos resultados a través de una combinación de estudios de campo, análisis geográficos y valoraciones económicas, y encontraron que trece regiones costeras del Golfo de California produjeron un promedio de 11,500 toneladas anuales de peces y jaibas derivadas de los manglares entre los años de 2001 y 2005; generando un promedio anual de 19 millones de dólares para los pescadores locales. Los investigadores determinaron que una hectárea de mangle rojo en el Golfo de California –el manglar de franja que está directamente en contacto con el mar– mantiene una productividad pesquera anual de unos 37,500 dólares. Como parte del interés que arroja el capital natural calcularon el valor de largo plazo del ecosistema de manglar rojo que en un periodo de 30 años (tiempo equivalente a una generación humana) será superior a los 600,000 mil dólares.

¿Cuánto valen otros servicios ambientales que prestan los manglares al ser humano? "Muchos son los servicios provistos por los manglares al hombre que podrían ser cuantificables monetariamente; entre los más importantes o notorios se encuentran la regulación de perturbaciones, el abastecimiento y regulación de agua, la formación de suelos, el tratamiento de desechos y la producción alimenticia, así como servicios recreativos y culturales. De manera sorprendente, son los valores indirectos los que repercuten y los más productivos, en términos económicos, para el hombre. Uno de gran importancia, especialmente para las comunidades costeras, es el manejo de desechos en el agua. A nivel mundial se estima un valor de 6,700 dólares por hectárea al año, y para muchas ciudades de nuestro país, el ahorro ocasionado por los servicios sanitarios prestados por los manglares supera los 200,000 dólares al año".

Por otro lado, "se calcula que la protección de costas de las tormentas, ciclones y tsunamis, a nivel mundial es de alrededor de 3,000 dólares por hectárea. Durante el tsunami que sacudió el sureste asiático en 2004, aquellas poblaciones ubicadas en zonas con manglares sin perturbaciones importantes sufrieron pérdidas humanas mucho menores que aquellas en donde los manglares prácticamente ya no existen. Los manglares sirven como doble protección; la primera franja de mangles, que casi siempre son los rojos, gracias a su flexibilidad y raíces enredadas absorbe el impacto de las olas, mientras que la segunda franja de mangle negro funciona a manera de un muro que resiste gran parte de los embates del mar agitado".

En cualquier caso, muy lejos de lo que la Comisión Nacional Forestal estableció en 2006 como valor de restauración: apenas 1,020 dólares por ha. “Valores tan bajos permiten a inversionistas hacer uso de amplias extensiones de tierra y modificar todo el ecosistema”, como sucede en Riviera Nayarit. Si a esto se suma la inoperancia de la vigilancia gubernamental y la corrupción usual de autoridades, los riesgos son elevados para la conservación.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Abeto exclusivo del Nevado podría desaparecer por tala





En la mayor montaña de Jalisco hay una especie nueva, el Abies colimensis, y otro oyamel protegido que ya está en norma, el Abies flinckii, lo que cambia el panorama previo en que se reconocía la presencia del abeto más común, el Abies religiosa; expertos coinciden que estas especies se deben salvar de la destrucción reinante

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

Estudios genéticos realizados por expertos en botánica han demostrado de forma gradual que los bosques de Abies (abeto u oyamel) del Nevado de Colima y de la vecina Sierra de Manantlán representan una forma de vida diferente y endémica al occidente del país, lo que significa que la tala de estos ejemplares pondría al borde de la extinción a una especie que apenas comienza a ser documentada por la ciencia.

En medio de la polémica por el otorgamiento del permiso de aprovechamiento del ejido Huescalapa, en septiembre pasado, que aprovechará alrededor de dos mil 170 metros cúbicos de madera de oyamel del Nevado en diez años, botánicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad de Guadalajara (UdeG) dieron a conocer el fruto de años de investigación que apuntan a fortalecer una hipótesis publicada en 1989: de que en esta zona sobrevive de forma exclusiva el Abies colimensis, totalmente diferenciada del Abies religiosa de las montañas del Eje Neovolcánico y, por ende, con material genético e historia evolutiva distintas, además, hay la posibilidad de la presencia en el sitio de otra clase de abeto también en peligro de extinción.

“Durante nuestros estudios en la región del Nevado de Colima colectamos una población que está descrita como Abies religiosa —población R21—, aunque para Rushforth esas poblaciones representan una especie particular y endémica a la región, Abies colimensis […] usando marcadores moleculares, descubrimos que ésta población, junto con la población de Abies religiosa —población R22— ubicada en la Sierra de Manantlán, son poblaciones genéticamente muy diferentes a las del resto de la especie, ya que están genéticamente aisladas […] esto en sí nos indica que en estas poblaciones tenemos recursos genéticos únicos en el mundo, que se perderían junto con sus adaptaciones a las condiciones particulares de la zona si se permitiera la tala de estos bosques”, señalan en una nota de trabajo dada a conocer la pasada semana, el grupo de investigadores del Instituto de Ecología de la UNAM, que conforman los doctores Érika Aguirre Planter, Juan Pablo Jaramillo Correa y Luis Enrique Eguiarte Fruns.

Agregan: “La diferenciación genética de estas dos poblaciones, la R21 y R22 es tal que se podrían considerar como subespecies o variedades de Abies religiosa, o aún una especie diferente, como propuso [el botánico] Rushforth […] por otro lado, la distribución de la población del Nevado de Colima estudiada en nuestro trabajo es muy cercana geográficamente a poblaciones de Abies flinckii, mientras que estudios preliminares de nicho ecológicos hechos por nuestro grupo por encargo de la Conabio [Comisión Nacional para Conocimiento y Uso de la Biodiversidad], y cuyos resultados finales estarán disponibles a mediados de 2013, nos indican que es posible la existencia de ésta especie en la región”.

Abies flinckii, subrayan, “es la especie más diferenciada genéticamente del resto de las del género en México […] y está sujeta a protección especial en la Norma Oficial Mexicana 059”.

En resumen, “está demostrado que los bosques de los alrededores del Nevado de Colima son un reservorio de genotipos particulares, únicos en el mundo de Abies religiosa, que tal vez representen una subespecie, variedad o especie endémica a la región, y por ésa sola razón deben de ser conservados y manejados con cuidado. Adicionalmente, existen fuertes posibilidades de que dichos bosques mantengan poblaciones de Abies flinckii, para lo cual se necesitaría de estudios detallados en el campo y en el laboratorio…”.

En el artículo Oyameles del Occidente de México: Taxonomía y conservación, los botánicos Antonio Vázquez García, Viacheslav Shalisko, Mantilla Blandón, Víctor Fuentes Quintero y Sonia Navarro Pérez, del Instituto de Botánica de la UdeG, arriban a conclusiones similares.

Explican que la presencia de Abies flinckii, fue descrita en la zona de El Izote, al norte del macizo volcánico, a una altitud de dos mil 350 metros sobre el nivel del mar (msnm); mientras la de Abies colimensis Rushforth & Narave “fue descrita rumbo a la cima, a tres mil 150 msnm”, y aunque el hallazgo sucedió hace más de dos décadas, “en la actualidad sólo una de las dos especies, Abies flinckii, ha alcanzado una amplia aceptación, mientras que Abies colimensis tiene una incipiente aceptación, aunque también ésta es tendiente hacia la alza”.

Añaden: “la divergencia genética y estructura poblacional de los oyameles mexicanos debe ser tomada en cuenta para definir sus estrategias de conservación in situ, particularmente su protección como zonas núcleo, especialmente en el Eje Neovolcánico Transversal, donde existe la mayor diferenciación poblacional de su DNA, tanto de mitocondria como de cloroplasto, zona en la que además existen las mayores presiones antrópicas [humanas] sobre los bosques”.

Por ello, no basta con áreas protegidas. Es urgente crear condiciones de desarrollo social para los propietarios de la montaña, de manera que conservar el oyamel sea garantía de recursos económicos que sustituya la vieja receta de la tala. De otro modo, se podría gestar ahora una nueva extinción, ante la mirada impotente de la ciencia.




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Claves

Oyamel o abeto

Oyamel proviene del náhuatl oyametl, y “figura entre los árboles más majestuosos e imponentes de México, ya que pueden llegar a alcanzar hasta los 60 metros de altura y dos metros de diámetro”; habitan desde 1,700 hasta 4,000 msnm.

Por su belleza, se han usado principalmente como decorativo navideño; en el Eje Neovolcánico, entre Michoacán y México, sus bosques constituyen la residencia de la migratoria mariposa monarca, para la especie más extendida del país: Abies religiosa.

En el pasado, predominó la generalización de que en el Nevado de Colima existían dos variedades de “oyamel” o “pinabete”: Abies religiosa variedad religiosa, descrita originalmente del sur de Chilpancingo, y Abies religiosa variedad emarginata, descrita originalmente en Mil Cumbres, Michoacán, recuerdan los investigadores de la UdeG.

Trabajos de Jaramillo y otros, publicados en 2008, “con base en evidencia genética de DNA mitocondrial, revela la existencia de tres mitotipos raros que muy posiblemente son endémicos del occidente de México y sugiere además que son derivaciones recientes a partir de mitotipos ancestrales: uno de ellos, el mitotipo VII, se encuentra restringido al Nevado de Colima y Cerro Grande-Manantlán, lo cual sin duda apoya la propuesta original de Rushforth (1989) de que Abies colimensis debe ser reconocida como especie distinta”

Para comprobar la presencia de Abies flinckii “sería necesario realizar un análisis molecular de una muestra representativa de todos los bosques de Abies de la zona. En nuestros laboratorios contamos con la infraestructura y marcadores moleculares necesarios para llevar a cabo dicho estudio en caso de que la autoridades del Parque Nacional Nevado de Colima y la Semarnat lo consideraran necesario, y los podemos hacer de manera eficiente, aunque necesitaríamos apoyo logístico para el muestreo en el campo”, señalan los botánicos de la UNAM.

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La Semarnat deberá replantear políticas de aprovechamiento



Los descubrimientos espectaculares sobre la singularidad genética de las poblaciones de oyamel o abeto del Nevado de Colima deben obligar a replantear las políticas de aprovechamiento forestal en la zona, pues la ley así lo establece, advierte el director del Parque Nacional Nevado de Colima, José Villa Castillo.

“Hay elementos para pensar que es una nueva especie, pero no soy perito en esa materia; sin embargo, esos estudios de los autores nos llevan a pensar que hay que tener precauciones en los destinos de esos recursos genéticos, porque hay estudios de último nivel, estudios genéticos moleculares, donde sale a relucir que estos bosques de Abies deben de tratarse con mayor cuidado y eso no lo sabíamos; con el fundamento de una carta del año 2000, se ha sostenido que es Abies religiosa y que se pueden aprovechar, pero ahorita tenemos elementos de la ciencia nueva, que dicen lo contrario”, señaló en entrevista telefónica con MILENIO JALISCO.

Es obligatorio echar una mirada a la legislación en la materia, afirma. “La Ley de Desarrollo Forestal Sustentable, señala que los criterios obligados de la política forestal de carácter ambiental y silvícola deben de orientarse también a la protección, conservación, restauración y aprovechamiento de los recursos forestales, al uso sustentable, al mejoramiento ambiental del territorio nacional a través de la gestión de actividades forestales, para que se contribuya a la manutención de este capital genético, a la diversidad, la calidad del entorno […] este ese capital genético ya está ampliamente observado, descubierto, por estos investigadores, pues es un elemento clave para su conservación, entre las cosas que marca la ley ; obviamente, habrá que explorar los conceptos de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente, en varios articulados, en que se señala que debe prever el cuidado de estos nuevos descubrimientos”.

Por lo pronto, en el caso Huescalapa, el Parque Nacional ha pedido ya un dictamen técnico-jurídico al Instituto de Derecho Ambiental; “ellos están haciendo el análisis más profundo de lo que corresponde y desde mi punto de vista, con todos estos nuevos elementos, tanto del bosque mesófilo como del Abies colimensis, debemos de pugnar por una mejora en las políticas basadas en la ciencia para la toma de decisiones”.


sábado, 8 de diciembre de 2012

Sin política ni ciencia seguirán los ecocidios


Sarukhán, Halffter y Gómez Pompa, destacan la falta de políticos con conocimiento y decisión para contener el deterioro, así como una sociedad hostil a la ciencia. En la foto, una ladera quemada en el Pico de Orizaba, entre Veracruz y Puebla. FOTOGRAFÍA: MARCO A. VARGAS

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

Los limitados alcances de la ciencia antigua y medieval explican desastres como La Muerte Negra, que mató a un tercio de los europeos —no fue sino cinco siglos después que se conoció su mecanismo de difusión y se aisló la bacteria que la genera—, las plagas bíblicas, la peste sobre Troya, la atroz viruela sobre los pueblos amerindios o la alta mortalidad por cólera, disentería o gripe, del todavía cercano siglo XIX.

Esos fracasos derivaron de una fatal ausencia de luces: no habían llegado descubrimientos fundamentales en temas como la higiene y la prevención de la salud, ni fármacos poderosos como la penicilina y otros antibióticos. Pero lo que sorprende a los modernos sabios ecólogos mexicanos es la aparente voluntad de ceguera que afecta al gobierno y la sociedad contemporánea, que parecen cerrar los ojos a los desastres ambientales que se cultivan con un modelo de desarrollo que privilegia la economía, pero no cuida su base fundamental: el llamado capital natural.

El retroceso de ecosistemas y bienes naturales lleva al calentamiento climático, a sequías y ciclones extremos, a pérdida de tierras agrícolas y de fuentes de agua, a desequilibrios bióticos que propician plagas, a enfermedades oportunistas y nuevas pandemias. Todo esto se sabe con una dosis regular de ciencia a través de manuales.

Por eso, “no estoy convencido de que el oscurantismo con sus más conspicuas manifestaciones, no sea la amenaza real; de que esto sea simplemente una amenaza de hechos económicos, del capitalismo”, advierte Gonzalo Halffter, padre del modelo de reserva de la biosfera mexicana. “Estamos en una época de anticiencia, los científicos no somos queridos, aunque no nos queman hasta ahorita; pero si las decisiones en este país van por otro lado, nos quemarán”, dice con humor negro.

Su participación se da en el Coloquio Internacional sobre Biodiversidad, Recursos Naturales y Sociedad, del Centro Universitario de la Costa Sur de la UdeG, al que asiste lo más granado de la ecología mexicana: sus colegas José Sarukhán, ex rector de la UNAM y coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y Arturo Gómez Pompa, experto en ecología tropical (galardonado en esta ocasión con el reconocimiento Naturaleza, Sociedad y Territorio, en el marco de la Feria Internacional del Libro).

“Hay toda una sociedad egoísta, hecha en el consumismo más desaforado, que desarrolla las creencias más exóticas y más intolerantes […] no solamente hay que salvar el medio ambiente, hay que salvar el medio de vida civilizado y humano que nos gusta. Tenemos que ayudar a educar a la gente. No hay manera de que los políticos cambien si no tienen una sociedad que les demande un cambio”, añade.

La inquietud es clara: de si el nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto va a disponer de los mejores hombres para hacer frente al desafío ambiental. Los tres coinciden en que aparentemente no, aunque Gómez Pompa pone el acento en la falta de hombres del poder convencidos de la necesidad de cambio —como lo fue en su momento Julia Carabias, exsecretaria de Medio Ambiente, quien atestigua el diálogo—, y sus pares, subrayan las carencias de la sociedad.

“La única posibilidad es tener acceso a los altos niveles de poder: mientras en ese nivel de alta decisión no se logre un cambio de actitud, va a ser muy difícil cambiar al país. En México tenemos alto nivel científico, en el mundo entero se reconoce, pero con esa calidad, ¿por qué estamos tan mal? Una de dos, o los científicos no saben cómo entrarle y cómo comunicarse, o los tomadores de decisiones no tienen interés en mezclarse con la ciencia para usarla como mecanismo de solución de los problemas”, destaca Gómez Pompa.

Sarukhán Kermez matiza: “están los intereses de la sociedad; esos intereses, algunos de ellos políticos y poco sensatos, la única manera de enfrentarlos es con muy buena información, pero no nada más información académica, sino con el convencimiento de las comunidades de que las cosas se pueden hacer de otra manera, de que hay formas de conservar y al mismo tiempo tener recursos para vivir, la única manera sensata y honesta que tenemos es tener la mejor información para contrarrestar esas cosas y meterle también un poco de músculo político, para hacer ver que las cosas se están haciendo mal”.

Regresa Halffter: “Arturo piensa, y con razón histórica en México, que la cabeza resuelve todo […] lo que hay que cambiar es la apreciación del problema, insisto en que la época es mala, porque es asombroso el grado de desinformación que se está enfrentando, y hay una demagogia creciente…”.

No es sólo una persona, porque funcionar depende de estructuras y de aceptación social. Por eso tampoco hay que esperar a las nuevas generaciones, “porque si no cuidamos lo que tenemos, los niños de hoy, mañana no tendrán nada qué conservar”, remata Sarukhán. Lo inaceptable es que puedan repetirse desastres ambientales y humanos por una simple vocación voluntaria e irresponsable por la ceguera.

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Claves

Algunas explicaciones del deterioro

Gobierno improvisado, con políticos ignorantes en los niveles de toma de decisiones y en los de aplicación de las políticas públicas que buscan contener el deterioro; políticas “esquizofrénicas”: áreas de gobierno combaten la deforestación, la contaminación y la pérdida de especies, y otras las estimulan a nombre de la economía y el desarrollo.

Baja inversión pública y privada en la contención de daños y la restauración ambiental. Se estima que la destrucción genera pérdidas equivalentes a 11% del producto interno bruto nacional, pero el presupuesto ambiental apenas rebasa 1%.

Ilegalidad e impunidad. Las procuradurías ambientales tienen presupuestos reducidos que apenas apuntan a una presencia simbólica en la vigilancia de los recursos naturales; las autoridades municipales y estatales ignoran su responsabilidad de combatir los delitos, aunque sean ambientales, y la Procuraduría General de la República (PGR) pone su investigación al final de la lista de sus prioridades.

Esta cultura de ilegalidad se manifiesta en la actuación de los propios gobiernos. Ejemplos en Jalisco: carreteras construidas en la costa y la región Huichola sin cumplir las normas para impacto ambiental y cambio de uso de suelo forestal; permisos para edificaciones en zonas de fragilidad ambiental, como el estadio de Atletismo al ingreso de La Primavera (para el que se destruyó un bosque con tolerancia de la Secretaría estatal del Ambiente) y la Villa Panamericana en la zona de alta recarga de agua de la región metropolitana.

En las ciudades, los desarrollos inmobiliarios especulativos ocupan áreas de importancia ambiental sin ser obstaculizados por los gobiernos (caso del bosque del Nixticuil, en Zapopan).

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Nuevo titular de Semarnat no genera confianza en el ecólogo Arturo Gómez-Pompa

El empresario Juan José Guerra Abud, nuevo titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del gobierno federal, no genera gran confianza en el connotado ecólogo Arturo Gómez Pompa, quien destaca la importancia de que la cabeza del sector sea calificada en los temas y se rodee de personajes con nivel técnico y sensibilidad sobre el tema ambiental.

“No lo conozco, no veo que tenga una gran relación con los temas ambientales, ni experiencia, así que insisto en que necesitamos que dos o tres funcionarios públicos estén convencidos de que el tema ambiental es totalmente prioritario, que es el gran cambio […] esperemos que tenga una buena gestión, pero si te entra la duda si los funcionarios del campo no conocen, pero le deseo bien”, subraya.

Del deterioro “hay muchos culpables, pero si uno se pone a pensar realmente cuál es el papel del gobierno, de acuerdo a las definiciones clásicas, hace lo que los ciudadanos por sí mismos no pueden hacer; por eso el Ejército realiza una acción fundamental, y creo que aquí es donde le hemos fallado, porque quien debe ser responsable del cuidado de los recursos naturales tiene que ser el gobierno, y puede organizar ese cuidado en muchas formas, favoreciendo la participación de la sociedad civil, haciendo sistemas especiales de participación, en leyes que rijan la ordenación territorial, pero hay un responsable, y ese responsable tiene que ser el gobierno”, señala en entrevista con MILENIO JALISCO.

“Cuidar el medio ambiente es una misión fundamental, y se han desentendido, y en esa desatención sacrificas otras áreas […] el gobierno busca que haya recursos, alimentos, y está demostradísimo, los ecólogos lo han demostrado: por ejemplo, deforestamos todo el sureste del país porque ese iba a ser el futuro granero de México, y cuál futuro granero, lo que quedó ahí fueron puras zonas deforestadas y los habitantes del trópico están tan pobres como siempre”, (ver Las tragedias de Uxpanapa, en Público-MILENIO, 8 de agosto de 2010).

Eso fue en los tiempos de Echeverría, pero la clase política parece evolucionar poco, aunque se tengan ya 20 años de leyes e instituciones ambientales, destaca con pesar.
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